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Prólogo

Paula Jullian y Ana María Neira

Acerca de este libro

La historia de los discursos de La idea de una universidad

La obra del cardenal inglés John Henry Newman que hoy conocemos como The Idea of a University consiste en una colección de ensayos y discursos impartidos por Newman como primer rector durante la etapa fundacional de la Universidad Católica de Irlanda.

Si bien este tratado consta de dos partes, el título The Idea of a University habitualmente se le atribuye a la primera, mientras que la segunda, bastante menos divulgada, es conocida por el subtítulo University Subjects. Su historia es bastante compleja ya que inicialmente cada uno de los textos fue reproducido por separado en formato de folletos o como artículos en las revistas de la universidad1. Luego ambas series fueron recopiladas y publicadas en volúmenes aparte en distintos años y con numerosas modificaciones y títulos que variaron según la edición2.

El primer libro comprende nueve clases magistrales dictadas en Dublín en 1852[3] antes de la fundación para dar a conocer el proyecto de la futura universidad a los irlandeses4. En su exposición aborda el tema del fin de una universidad desde una perspectiva filosófica y expone una reflexión sobre el ideal de lo que debiera ser tal institución y especialmente una católica. La tanda completa de estas conferencias más un prefacio fue publicada en noviembre de ese año como Discourses on the Scope and Nature of University Education.

El segundo volumen recoge diez textos5 del periodo en que la universidad ya estaba en marcha. A diferencia de los anteriores que estaban dirigidos a un público general, estos apuntaban a audiencias particulares: académicos y estudiantes de alguna facultad sobre sus áreas específicas del saber en eventos tales como inauguraciones o celebraciones de fechas señaladas. En ellos se refiere a sus disciplinas con un enfoque más bien aplicado y su relación con la fe.

La primera compilación tiene mayor cohesión, ya que los discursos fueron planificados como una unidad, dirigidos a un mismo público y para ser dictados secuencialmente. La segunda, por el contrario, es más diversa en su contenido ya que trata asuntos de interés para cada contexto. Esta colección fue publicada como un volumen en 1859 con el título Lectures and Essays on University Subjects.

Solo años más tarde, en 1873, las dos series de escritos fueron recopiladas y editadas en un solo volumen, con un nuevo prefacio y el nombre de The Idea of a University: Defined and Illustrated6. Esta colección es la que conocemos el día de hoy.

El contenido de este libro

La traducción editada que se presenta aquí corresponde a la segunda parte: Lectures and Essays on University Subjects7, dando así continuidad a la versión editada de La idea de una universidad (2016, Ediciones uc), con el fin de revisar la obra completa, siguiendo el mismo criterio para la selección de los textos escogidos, la metodología de traducción y formato del anterior.

El propósito fue, sobre todo, destacar la contribución de Newman y darles un espacio a aspectos de su pensamiento que permanecen vigentes en la discusión universitaria a pesar de que el desafío actual de la universidad es por cierto más complejo que entonces. Para ello recogimos pasajes que tratan temas universales y que relacionan el cristianismo y algunas ciencias particulares, y que pueden ofrecer un aporte a la reflexión sobre el vínculo entre una universidad católica y el conocimiento humanista y científico.

Como ya se explicó, el primer volumen esboza cuestiones que se encuentran en el centro de la actividad académica, que aún no han caído en desuso en una universidad católica, tales como la búsqueda de la verdad, la unidad y armonía de todas las ciencias en su estudio del universo y la creación, la centralidad de la teología, el desarrollo del pensamiento y cultivo del intelecto, el valor del conocimiento

como un bien en sí mismo, el rol de la Iglesia como garante de la educación que esta otorga.

En esta publicación hemos optado por un ensayo y cinco conferencias que pronunció en las facultades de Filosofía y Letras y en la de Ciencias8, que abarcan algunos de los grandes temas que Newman veía como centrales dentro de la universidad. En ellos trata sobre las raíces cristianas de la cultura occidental, el don inefable del lenguaje ejercitado en su forma más elevada en la literatura, la compatibilidad de la fe con la razón y de la teología con la ciencia, los distintos métodos de investigación y la tarea formadora de la Iglesia católica.

Las dos primeras conferencias hablan de las letras y la literatura, un tema especialmente preciado para Newman, pero mirado con recelo por muchos católicos de sus días, ya que juzgaban que muchas obras eran una amenaza para la fe e inocencia de los estudiantes9.

La primera conferencia, “Cristianismo y letras”, se llevó a cabo en la Facultad de Humanidades10, el 9 de noviembre de 1854, el día en que la universidad abría sus puertas. En ella realza la centralidad del estudio de las letras como la disciplina universitaria por excelencia y luego traza la evolución del mundo occidental remontándose a las civilizaciones clásicas de la antigüedad en el Mediterráneo, de donde argumenta datan las raíces culturales del mundo occidental. Newman invitaba a los jóvenes a conocer y estudiar sus orígenes, que han sido llevados a su momento culminante con la influencia del cristianismo.

La ponencia titulada “Literatura”, también en la Facultad de Humanidades, fue presentada el 8 de noviembre de 1858, al comienzo del año académico, en uno de sus últimos días en Dublín. En ella desarrolla lo que entiende por buena literatura y lo que hace que una obra sea universal, refiriéndose en especial al valor de las Sagradas Escrituras como la más perfecta de las expresiones literarias.

Los otros tres capítulos seleccionados corresponden a actividades académicas en la Facultad de Ciencias y giran en torno a los conflictos entre fe y razón, ciencia y revelación, en respuesta a los desafíos que el positivismo planteaba a la religión, que los declaraba entonces campos incompatibles y excluyentes. Muchos cristianos de la época veían con temor el avance científico y el desarrollo tecnológico como una amenaza a la fe, ya que no tenían respuestas a los desafíos que la modernidad planteaba en cuestiones religiosas.

Con la clase Cristianismo y Ciencia Física inauguró el año académico de la Escuela de Medicina, en diciembre de 1855[11]. En ella, Newman aborda el supuesto antagonismo entre el estudio de la teología y de las ciencias, argumentando que las incomprensiones habían surgido, entre otras cosas, a causa del error de estudiar la una o la otra con el método inapropiado, remarcando que el inductivo es propicio para las ciencias y el deductivo es conforme a la teología. Por un lado, los científicos rechazaban la validez de las verdades reveladas porque estas no podían ser comprobadas por medio del método científico, y por el otro los teólogos intentaban explicar fenómenos naturales con argumentos propios del estudio de las ciencias sagradas.

Probablemente el texto más famoso es “Cristianismo e investigación científica”, donde se explaya sobre la perfecta compatibilidad del progreso de las ciencias con la Verdad Revelada. En esta ocasión expone que sus objetos de estudio son de diferente orden, y por lo tanto sus conclusiones no pueden resultar en verdades contradictorias. Newman advierte a teólogos y científicos sobre el riesgo de transgredir los propios límites y entrometerse en terrenos que nos les son propios. Llama a la apertura a los teólogos a no temer a los avances en las ciencias como una amenaza a la religión y anima a los segundos a investigar con absoluta libertad, pero con la cautela de no buscar explicaciones científicas en materias que trascienden lo meramente físico. Esta conferencia no llegó a ser dictada, ya que por consejo de sus colaboradores comprendió que no sería bienvenida por las autoridades eclesiásticas, con lo cual solo fue publicada en The University Gazette.

En el libro original los textos no aparecen cronológicamente, sino más bien están agrupados por el tipo de contenidos que tratan. Sin embargo, la conferencia “Cristianismo y ciencia médica” ocupa el último lugar en la colección y es también la última en el tiempo, ya que fue impartida el 4 de noviembre de 1858, el mismo día, y pocas horas antes que Newman dejara la universidad definitivamente. En ella previene a los futuros médicos del peligro de limitar su atención solo al cuidado corporal del enfermo, descuidando la atención de sus almas. Es entonces cuando les recuerda su propia dimensión espiritual y la guía moral que deben respetar en su ejercicio profesional, la cual les habla por medio de la consciencia y es confirmada por la Iglesia católica. Esta disertación concluye con una emotiva despedida a los alumnos, pero que ciertamente es también su adiós a la universidad.

Aquí en lo referido a los contenidos del libro, aclaramos que para esta edición hemos excluido cinco de los diez capítulos que juzgamos de poca relevancia para la actualidad y demasiado sujetas a su contexto histórico temporal. Se dejaron para una próxima edición secciones sobre la literatura católica inglesa, estudios elementales, alusivo a la enseñanza de las lenguas clásicas, predicación universitaria, que era entonces una instancia semiacadémica, infidelidad de los tiempos, sobre la exclusión de la teología de los estudios universitarios, y desarrollo mental, en la que elabora sobre la tradición católica de Irlanda como fundamento para establecer en ese país una universidad católica.

¿Por qué una nueva traducción?

Hasta hace poco no había una traducción al español de este segundo volumen, pero en el 2011 se publicó una selección de tres discursos (Cristianismo y ciencias universitarias, Eunsa), y en el 2014 una traducción de la obra completa, tarea bien lograda por Víctor García Ruiz (Temas universitarios, Encuentro). Cabe preguntarse entonces por el motivo de una nueva traducción cuando ya hay dos ediciones recientes.

El propósito de este trabajo difiere del anterior en varios aspectos. Para comenzar se trata de una selección de pasajes que incluye discursos de las letras como de las ciencias, que fueron escogidos según se expuso. Otra diferencia radica en que se trata de una traducción editada. Se entiende por editada que hicimos una meticulosa selección, parafraseo y resumen de ideas más relevantes de cada capítulo a fin de proporcionar una mirada transversal sin vulnerar el contenido total. Teniendo en cuenta que el estilo de escritura de Newman es complejo, en la misma línea editorial, optamos por un registro lingüístico sencillo, por un estilo amistoso que haga su lectura más asequible para quien se acerca al autor por primera vez. En este sentido, en parte sacrificamos el estilo del autor en favor de la claridad, ya que muchos de los recursos retóricos y estilísticos que usa no conservan toda su fuerza al traducirlos al español, menos aún en una que persigue la simpleza del lenguaje, aunque esto supusiera renunciar a lo artístico del estilo.

Su valor reside además en que aun sin recoger la totalidad del texto, no altera ni empobrece la esencia del mensaje. Se proyectó una visión general y concisa de los puntos centrales que el autor quiso comunicar. Para esto el texto fue depurado de información muy ligada al contexto local y temporal que hoy son de poca relevancia para nuestra realidad: se eliminaron fragmentos que hacen referencia a personas, temas y lugares desconocidos que no tienen hoy la importancia que gozaban en los tiempos del autor. Estos son innecesarios para nuestro lector objetivo e irrelevantes para el propósito del libro. Se destaca también que, siguiendo el estilo de la publicación anterior, hemos resumido los puntos principales de cada capítulo en la sección “Ideas clave” que sirven como guía para el lector. Lo mismo se puede decir de los recuadros con algunas citas que hemos querido destacar.

Un rasgo distintivo del estilo del autor es su inconsistencia en el uso de las letras mayúsculas que, en muchas ocasiones, no deja claro cuál fue el criterio aplicado para hacer uso de ellas. Por esto, entre las decisiones metodológicas optamos por mantenerlas según aparecían en el texto original. Lo mismo se puede decir del uso de cursivas, en cuanto que no siempre es evidente el criterio adoptado.

El texto abunda en frases latinas, las que se conservaron en su original, y en el caso de algunas poco conocidas, proporcionamos la fuente de donde se tomó y la traducción. Lo mismo se puede decir de los nombres que menciona. En los discursos, Newman evoca una enormidad de personajes históricos y contemporáneos que hoy nos son bastante desconocidos, por ese motivo, proporcionamos una breve nota biográfica en el caso de aquellos que podían ser ajenos para la mayoría de los lectores.

Sobre los ensayos introductorios

Finalmente, nos planteamos la pregunta de si estos discursos conservan alguna actualidad en los tiempos modernos. Para eso hemos agregado algunos ensayos de expertos en disciplinas afines después de cada sección, que comentan sobre su interés y relevancia en el siglo xxi. El objetivo de esta iniciativa era traer al presente algunas de las ideas que Newman expone y reflexionar en torno a ellas.

[ 1 ] The University Gazette y The Atlantis que fueron publicadas entre junio de 1854 y diciembre de 1856 y enero de 1858 y 1970, respectivamente.

[ 2 ] Estos discursos son una indagación sobre el conocimiento, a los que se les podría considerar estudios epistemológicos, aunque su intención fue elaborar una teoría de este orden, no solo reflexionar sobre el significado del saber.

[ 3 ] De estos, solo cinco fueron impartidos mientras que los otros cuatro no llegó a dictarlos a causa de una demanda judicial en su contra, conocida como el caso Achilli, que no le permitió trasladarse a Irlanda.

[ 4 ] Dada su larga trayectoria en Oxford y su prestigio académico, Newman fue invitado por el obispado irlandés a participar en el proyecto de fundar la nueva universidad y asumir su dirección. Este cargo fue ratificado por el papa Pío ix.

[ 5 ] Este comprende una colección no solo de discursos sino también incluye algunos ensayos. Él denomina esta sección como Addresses, conferences and essays.

[ 6 ] Esta, a la vez, fue publicada con diferentes subtítulos para cada uno de los volúmenes: 1. Nine discourses delivered to the Catholics of Dublin, 2. Occasional lectures and essays addressed to the members of the Catholic University

[ 7 ] El texto que usamos para la traducción corresponde a la edición de 1859, disponible en http://www.newmanreader.org/works/idea.

[ 8 ] La Facultad de Ciencias comprendía una Escuela de Ciencias y una Escuela de Medicina. La de Ciencias nunca llegó a ejecutarse mientras que la Medicina resultó ser la escuela más exitosa de la universidad por su calidad y prestigio. Recibió reconocimiento oficial del Royal College of Surgeons of Ireland y entidades estatales en 1856, lo que le permitió otorgar títulos académicos y profesionales, algo que no lograron los estudios de otras facultades. Permaneció en funcionamiento hasta 1908 cuando fue absorbida por la Universidad Nacional. La Escuela de Ciencias que no llego a desarrollarse como se proyectó, comprendía un currículo que abarcaba áreas de las ciencias naturales tales como arqueología, astronomía, agronomía, geología, meteorología, minería y química, entre otras.

[ 9 ] Véase la argumentación de Newman para disipar temores sobre este tema en el Discurso ix del primer volumen de La idea de una universidad, “Deberes de la Iglesia en relación al conocimiento”, en el que sugiere preparar a los estudiantes para encontrarse con libros que en esos días eran prohibidos más que apartarlos de ellos. Señala que esto no haría más que despertarles curiosidad y ansiedad de leerlos por su cuenta. Esto representaba una postura muy de avanzada en la educación católica de entonces.

[ 10 ] Hemos traducido Faculty of Arts como Facultad de Humanidades para evitar confusiones con las bellas artes, aunque esta no es equivalente. Arts deriva de su origen Liberal Arts como se usaba en la universidad medieval, cuyos contenidos no eran necesariamente lo que hoy comprendemos como humanistas, tales como matemáticas, lógica, astronomía, música, etc. Sin embargo, en el mundo universitario anglosajón, hasta hoy existen Faculties of Arts que frecuentemente se asocian a disciplinas tales como la filosofía, las letras y la historia.

[ 11 ] Esta conferencia se dio un par de semanas más tarde del comienzo del año académico e inauguración de la Escuela de Medicina, ya que por motivos de salud Newman no pudo recibir a sus alumnos como estaba previsto, con lo cual le delegó esta tarea al recién nombrado decano de esta facultad, William K. Sullivan.

Discursos y ensayos sobre estudios universitarios

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