Читать книгу La valoración de la condición física en la educación infantil - Carlos Ayán - Страница 6
ОглавлениеCapítulo I
LA VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA EN LA EDUCACIÓN INFANTIL: ESTADO DE LA CUESTIÓN
Actualmente existe gran preocupación entre los países más industrializados por el nivel de forma física de sus habitantes más jóvenes. En efecto, no hace muchos años se tendía a señalar la existencia de un envejecimiento denominado «adquirido», que trataba de explicar la aparición de una serie de patologías cardiovasculares y metabólicas en la población adulta como consecuencia del elevado sedentarismo existente. Con el paso del tiempo, esta preocupación se ha ido haciendo extensiva a grupos poblacionales más jóvenes, hasta llegar a los niños y niñas que cursan la etapa Educación Infantil (Ward y cols., 2010).
Como consecuencia de la alarmante prevalencia del sedentarismo en el denominado primer mundo, comenzaron a aparecer estudios destinados a identificar el nivel de forma física en diferentes poblaciones por medio de la valoración de la condición física como indicador de salud, haciéndose especial hincapié en la adolescencia y pre-adolescencia (Ruiz y cols., 2006). Sin embargo, en el mundo de la Educación Infantil dichas investigaciones apenas han tenido lugar, y la valoración de la condición física en niños y niñas menores de 6 años es a día de hoy un tema pendiente, por diferentes motivos. En primer lugar, y pese a que en otros países ya se ha detectado un preocupante aumento en el nivel de obesidad registrado en criaturas de tan corta edad, y consecuentemente los poderes públicos se han encargado de diseñar estrategias de promoción de la actividad física dentro del marco de la Educación Infantil (Roth y cols., 2010b), en España dichas acciones están siendo centradas en la educación primaria, por lo que el problema no parece estar siendo abordado convenientemente.
En segundo lugar, la educación física apenas tiene relevancia en el currículo de este primer nivel educativo. Aunque en la educación primaria, secundaria y primer curso de bachillerato se han establecido como obligatorias dos horas a la semana de educación física, incluyéndose entre sus contenidos la valoración de la condición física de todos los alumnos que la cursan, la situación es muy distinta en la Educación Infantil. De hecho, en esta etapa, la educación física no existe como tal: el currículo educativo contempla la posibilidad de desarrollar contenidos relacionados con el juego y el movimiento, que suelen integrarse en una especie de asignatura que, con el nombre de psicomotricidad, se centra en fomentar el desarrollo motor de los alumnos, sin adjudicarle una carga horaria concreta que permita desarrollar tal empresa.
En tercer lugar, el empleo de pruebas físicas con niños y niñas de tan corta edad ha estado principalmente centrado en la valoración de aspectos vinculados al desarrollo motor, por lo que este tipo de pruebas han sido diseñadas con el objetivo de identificar el nivel de competencia en las antiguamente denominadas «cualidades motrices», manifestadas principalmente a través de las diferentes dimensiones de la coordinación y el equilibrio. Por lo tanto, la valoración de la condición física ha ido quedando relegada a un segundo plano. Finalmente, la formación académica de los profesionales que realizan labores docentes en guarderías, escuelas o centros de Educación Infantil apenas profundiza en el tratamiento y desarrollo de ciertos aspectos de especial relevancia en el área de la educación física, como es el caso del estudio de la condición física y de los distintos procedimientos y métodos existentes para su valoración. A este respecto, con la entrada en vigor del Espacio Europeo de Educación Superior y la aplicación del Plan de Bolonia, algunas facultades que ofrecen entre sus titulaciones el Grado en Educación Infantil, han optado por incluir una mención específica en educación física en su plan de estudios, la cual se espera que ofrezca una formación más completa y homogénea para los futuros docentes.
1.1. La valoración de la condición física saludable
A medida que las titulaciones universitarias vinculadas a la educación física se han ido consolidando en el mundo académico actual, su corpus de conocimiento ha ido avanzando y se ha ido enriqueciendo con los cada vez más frecuentes estudios relacionados con esta temática. En concreto, uno de los aspectos más investigados y tratados es el de la conceptualización, necesaria para identificar los diferentes contenidos sobre los que se asientan las ciencias de la actividad física y el deporte. En relación con esto, y dada la gran importancia que en los países anglosajones se le ha venido dando al tema de la promoción de la salud a través de la práctica de la actividad física, muchos de los conceptos que actualmente se encuentran vinculados a la condición física surgen de interpretaciones de diferentes estudios científicos y de opinión publicados en lengua inglesa. De este modo, el término fitness se ha venido asociando con el concepto de forma física, mientras que physical fitness podría ser identificado como condición física. En esta línea, y dado que la práctica de actividad física se traduce en considerables mejoras en la forma física, que a su vez inciden positivamente en el estado de salud, el concepto de healht-related fitness está siendo utilizado cada vez con más frecuencia para hacer referencia a la condición física saludable. Consecuentemente, se ha pensado que al identificar el nivel de cada componente de la condición física saludable, se obtiene una valoración global que permite determinar en cierto modo el nivel de salud directamente relacionado con aquélla. Así, de acuerdo con Latorre y Herrador (2003), la condición física saludable en el marco escolar viene definida por cinco componentes principales, tres de ellos tradicionalmente considerados como capacidades físicas (resistencia en su dimensión cardiovascular, fuerza-resistencia muscular y elasticidad muscular), y los dos restantes vinculados a la antropometría (composición corporal) y a la ergonomía (higiene postural), respectivamente. Sin embargo, en el contexto de la Educación Infantil quizás sea necesario realizar una valoración de la condición física mucho más global, y mayormente centrada en las distintas capacidades físicas que la componen. Esto es debido a que, por un lado, la valoración de la composición corporal en estas edades debe ser labor exclusiva de los profesionales del campo de la pediatría, mientras que la higiene postural es un concepto mayormente entendido como contenido educativo, que debe ser fomentado y afianzado a lo largo de todas las etapas educativas por las que los alumnos transcurren. Por otro lado, el movimiento es un medio fundamental para que el niño afiance su desarrollo motor y consolide su plasticidad neuronal, por lo que todas sus dimensiones deberían ser evaluadas, al objeto de conocer no sólo su nivel de competencia motriz, sino también, de acuerdo con lo expuesto anteriormente, de determinar en cierto modo su estado de salud. A partir de todas estas ideas y conceptualizaciones, la tabla 1 recoge las diferentes capacidades físicas —entendidas como potencialidades del ser humano que permiten la realización de movimiento y que pueden ser estimuladas a través del ejercicio físico— que deberían ser identificadas para poder llevar a cabo una completa valoración de la condición física, principalmente centrada en el segundo ciclo de la Educación Infantil (3-6 años). Como se puede observar, determinar el nivel de condición física en este grupo poblacional es una tarea un tanto más compleja, puesto que supone abordar la evaluación del estado de un mayor número de capacidades en comparación con otros grupos de edad. Así, en el estudio multicéntrico realizado recientemente en España, «Alimentación y valoración del estado nutricional en adolescentes» (Ruiz y cols., 2006), se valoraron principalmente la resistencia aeróbica, diferentes dimensiones de la fuerza muscular y la agilidad, obviándose otras dimensiones de gran importancia en los niños y niñas más pequeños, como son el equilibrio y la coordinación.
Tabla 1. Capacidades físicas y dimensiones que valorar en la Educación Infantil
CAPACIDAD | DIMENSIÓN | ASPECTO QUE VALORAN LOS TEST FÍSICOS |
Resistencia | Aeróbica | Posibilidad de retrasar y/o soportar la aparición de la fatiga durante la realización de esfuerzos continuos que exigen cierta intensidad en el movimiento desarrollado |
Fuerza | Resistencia | Capacidad de generar y mantener la tensión muscular de manera prolongada en el tiempo |
Explosiva | Capacidad de generar la mayor tensión muscular posible, en un intervalo de tiempo muy breve y frente a resistencias de baja magnitud | |
Flexibilidad | Estática | Amplitud de movimiento existente en una articulación en función de la posición corporal adoptada y de la elasticidad de los grupos musculares que se insertan en aquélla |
Velocidad | Cíclica | Posibilidad de desplazarse por el espacio en el menor tiempo posible |
Acíclica | Capacidad de realizar y repetir un gesto en el menor tiempo posible sin que exista desplazamiento | |
Reacción | Emisión de una respuesta motriz específica ante un estímulo determinado | |
Agilidad | Corporal | Habilidad para modificar la posición corporal en el espacio y para adaptarla a diferentes situaciones de manera rápida y eficaz |
Equilibrio | Estático | Capacidad para alcanzar y mantener una posición corporal previamente adquirida en el tiempo |
Dinámico | Posibilidad de desplazarse en diferentes posiciones y sobre distintas superficies sin modificar la verticalidad corporal | |
Coordinación | Dinámica general | Capacidad para realizar movimientos implicando a grandes grupos musculares de manera precisa y económica |
Óculo-manual | Eficacia en el control visual de la acción motriz cuando ésta exige principalmente la actividad de los miembros superiores | |
Óculo-pédica | Eficacia en el control visual de la acción motriz cuando ésta exige principalmente la actividad de los miembros inferiores |