Читать книгу Perspectivas pragmáticas - Sebastián Alejandro González, Carlos Germán van der Linde - Страница 9

Notas al pie

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1 No deja de sorprender que Chomsky haya producido (v) cuando conocía los postulados de Hymes (1972, 1974).

2 Utterance fue traducido por Carrió y Rabossi como “expresión” (la versión castellana de How to do Things with Words, en la editorial Tecnos); no obstante, Alfonso García Suárez prefiere traducir utterance por “emisión”, pues considera que “expresión” es un mejor traducción de phrase, esto es, la diferencia entre phrase y utterance es que la primera no es una oración propiamente dicha, phrase se acerca a la noción de sintagma. Utterance, por su parte, ya es un unidad completa en sí misma, tanto así que Suárez deja el título de “Emisiones realizativas” para su traducción de las primeras conferencias de How to do Things with Words, que aparece en La búsqueda del significado (Valdés –edit.–, 1991).

3 La autora continúa su exposición afirmando que Lakoff tiene por base dos reglas: “1. Sea claro y 2. Sea cortés; la segunda de ellas prevalece sobre la primera y se articula en las reglas 1. No te impongas. 2. Ofrece alternativas. 3. Contribuye al bienestar de tu interlocutor –sé amigable-–” (Bertuccelli, p. 95).

4 Sin embargo, queda claro que dentro de la naturaleza de la lingüística filosófica no se halla la perspectiva psicologizante, que también fue rechazada por Husserl, y que Apel y Habermas critican tanto al segundo Searle, y por supuesto también deja por fuera Wittgenstein (1992: § 64), cuando dice que los pensamientos no son perlas dentro de un cofre (=mente) y que la vela un misterio.

5 “Philosophic problems are intimately connected with language and somehow emanate from it.” “Linguistic Philosophy is conceived not merely as a therapy or euthanasia, but also as prophylaxis, and as a prophylaxis against a necessarily ever-present danger.” (Traducción libre mía).

6 Por ejemplo, el carácter “desentrecomillador” de la convención T de Tarski, según ésta, una teoría de la verdad sobre un lenguaje formal tiene la forma “P” es verdadera en L (el lenguaje formal), si y sólo si, P, y “si y sólo si” quiere decir en últimas que P es una oración cualquiera de L. ello se debe a que la teoría de la verdad se formula tomando como metalenguaje el mismo lenguaje que ella tiene por objetos de estudio. En otras palabras, el esquema de la definición de Tarski para la explicación tiene la estructura “El enunciado ‘p’ es verdadero si y sólo si p”. Tómese el siguiente caso: “El enunciado ‘el gato está sobre el sofá’ es verdadero si y sólo si el gato está sobre el sofá”. No obstante, Apel cuestiona ¿cuál es el caso que afirma que el gato se halla sobre el sofá? Es decir, ¿cuándo se da efectivamente el caso para la proposición “el gato se halla sobre el sofá? Este cuestionamiento, de base, pregunta por “condiciones comprobables” en que se puede afirmar que tal, y no cual, es el caso. A estos cuestionamientos, cree Apel, “Wittgenstein y Tarski deberían responder: precisamente esto no lo podemos describir sin repetir la oración proposicional, en la que se describe el hecho como tal. La representación del mundo por medio del lenguaje –más exactamente en este caso por medio de oraciones proposicionales– es precisamente irrebasable. En ello se muestra el primado metodológico del a priori del lenguaje (Apel, 2002, pp. 101). O sea, el carácter desentrecomillador del lenguaje se produce según el principio a priori del lenguaje.

7 Como puede apreciarse, el concepto de verdad es susceptible de nuevas concepciones. “Para aclarar cómo es semejante concepto de verdad, piénsese en la diferencia entre las maneras en que Sellars y Davidson abordan la conocida idea antipragmatista de que Sellars distingue dos sentidos en que esta idea es válida. Uno es que existe una distinción entre enunciabilidad desde el punto de vista de un usuario individual finito de un sistema conceptual y enunciabilidad desde el punto de vista de un usuario omnisciente. El omnisciente Juan sólo realiza enunciados correctos, porque tiene toda la información adicional que las reglas le exigen antes de abrir la boca. El finito Samuel, en cambio, ve justificados sus enunciados incorrectos por su falta de suficiente mundo y tiem po. Así pues, la verdad ha de definirse como enunciabilidad por S, enunciabilidad por Juan, en vez de por enunciabilidad ordinaria por usted, yo o Samuel. El segundo sentido en el que esta tesis anti pragmatista es sólida es que Juan, a pesar de su omnisciencia, pue de estar utilizando un conjunto de reglas semánticas de segundo or den. Por ejemplo, puede ser un Neanderthal o un aristotélico. Así, sus afirmaciones, aunque correctas según su criterio, siguen siendo —tenderíamos a decir los modernos— falsas. Esto es lo que Sellars desea destacar en la representación imaginal como rasgo diferente de la verdad, para permitir enunciabilidades S cada vez mejores” (Rorty, 1996b, p. 210).

8 “To say that a statement is true is to endorse it. A statement, it would seem, is like a check. It is a claim for money in the bank. In endorsing the check, we assert the claim” (traducción libre mía).

9 La representación imaginal es la dimensión extra que relaciona las prácticas sociales (el nomos) con algo que va más allá de ellas (la Physis). En síntesis, la representación imaginal es la resistencia a los marcos conceptuales basados en la figuratividad retrato-mundo; en una palabra, representacionismo. Se trata de una resistencia al representacionismo residual de la distinción kantiana entre analíticos y sintéticos, resistencia a la obligación de adecuar los juegos de lenguaje (históricamente dados) al mundo, a su referente denotativo.

10 Esta intromisión que hace el propio autor, a través del paréntesis, está en sintonía con parte del parágrafo anterior cuando habla de la aparente uniformidad del lenguaje (uniformidad que podemos interpretar como debida a esa concepción pictórica del Tractatus), pero que en realidad es difícil de retener a la hora de observar sus diversos empleos: “Ciertamente, lo que nos desconcierta es la uniformidad de sus apariencias cuando las palabras nos son dichas o las encontramos escritas o impresas. Pero su empleo [Verwendung] no se nos presenta tan claramente” (1986, §11).

11 Austin diferencia tres casos o momentos en que se pueden dar los infortunios que corresponden a las letras A, B, C. Cuando se transgreden los apartados A y B se denominan desaciertos (misfires) y se da cuando se emite la fórmula de forma incorrecta o cuando sobre quien recae el acto no es el adecuado. De esta forma es un acto intentado pero nulo (void). Por otro lado, están los abusos (abuses) que son la trasgresión de los apartados del tipo C, y es cuando el acto es llevado a cabo, pero las circunstancias en que se llevaron a cabo son insinceras de manera que constituye un abuso del procedimiento. De esta forma es un acto pretendido pero hueco (hollow). Las subdivisiones correspondientes a cada caso se resumen en el esquema de Austin (1998: 59) sobre los infortunios.

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