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4) ¡OFRÉCETE VOLUNTARIO!


Tu tiempo es oro. Siempre hay monopatines por montar, libros por leer y galletas por comer. Pero tu tiempo también es PODEROSO. Puedes ofrecérselo a una organización que haga algo increíble por el mundo. ¿Te preocupa la basura en la playa? ¿Plantar árboles te parece importante? Hay muchos grupos que necesitan ayuda y agradecerían la energía y el optimismo que puede aportar alguien como tú.


Savanah Blessing, de catorce años, colabora como voluntaria una vez a la semana en un comedor de beneficencia que sirve comida vegana a personas sin hogar o necesitadas. Hasta doscientas personas hacen cola para que les sirvan la cena cada noche, y para ella el servicio es una experiencia tremendamente gratificante. «Veo la alegría reflejada en las caras de la gente cuando les reparto un plato de comida rica y caliente», explicó.



Si no encuentras un sitio donde ofrecerte voluntario, siempre puedes hacer lo que hizo Jonas Corona cuando tenía tan solo seis años: ¡montar una organización! Jonas quería ayudar a los niños sin hogar, pero todos los sitios con los que se puso en contacto le dijeron que era demasiado joven para ser voluntario. Así que, con la ayuda de sus padres, puso en marcha Love in the Mirror, que recoge comida y ropa, y la reparte entre quienes viven en la calle, en refugios, o entre personas que esperan una casa de acogida.

Quizá prefieras hacer como Felix Finkbeiner. A los nueve años descubrió que el calentamiento global ponía en peligro su animal preferido: el oso polar. Animó a sus compañeros de clase a plantar un millón de árboles en cada país del mundo. Un año después, Felix y sus amigos fundaron la iniciativa infantil Plant-For-The-Planet, presente en todo el mundo. Su lema es: «Para de hablar, empieza a plantar». Desde entonces, otros niños y niñas de todos los rincones del planeta han seguido su ejemplo.

¡PASA A LA ACCIÓN!

1. ¿Qué injusticia te preocupa?

2. Busca organizaciones locales que tengan experiencia en la materia.

3. Llámalas o visita su página web para asegurarte de que aceptan voluntarios de tu edad. Diles algo que se te da bien y que podría serles útil. (Quizá seas muy hábil disparando bolitas de papel, imitando pedos y ganando al Jenga, pero eso no es tan útil como portarse bien con los animales, lavar la lechuga y las patatas, y recoger basura).

4. Diles a unos cuantos niños y niñas de tu barrio que te acompañen. Hasta tu hermana pequeña podría unirse a ti (o tu hermana mayor, si necesitas que alguien te lleve en coche). ¡Quizás hasta puedas convencer a tu colegio para que patrocine actividades con esa organización!


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