Читать книгу ¡El egoísmo es bueno! Principios del egoísmo saludable - Christian Bernard - Страница 2

En nuestro tiempo, el egoísmo ya no se llama un rasgo definitivamente negativo, sino que se refiere principalmente a los miembros progresistas de la sociedad. La misma masa de su sociedad moderna sigue culpando a las personas egoístas que se preocupan por sus propios intereses, pero son capaces de sacrificarse por el bien de otro que está bien ser llamado el mejor de los mejores.

¿Esta posición es correcta? La respuesta a esta pregunta se intentó formular en su nuevo libro Peter Schwartz, un famoso científico estadounidense que ocupó un alto cargo en el Instituto de Ain Rand. Se las arregló para desacreditar una serie de mitos sobre las manifestaciones de egoísmo y para establecer que cualquiera de nosotros tiene derecho a cuidar de nuestros propios intereses y utilizar los recursos obtenidos para nuestras propias necesidades.

Nuestra noción del mundo que nos rodea está conformada por varios conceptos. Sin embargo, por alguna razón, en el proceso de educación, la noción de egoísmo saludable a menudo se excluye de nuestro léxico, la misma palabra “egoista” aparece exclusivamente en un color negativo, incluso abusivo.

Inicialmente, el egoísmo se definía como la capacidad de actuar de acuerdo con la voz de la razón y los intereses personales. Pero este concepto parecía olvidado y bloqueado por otro. Es difícil llamarlo un error accidental, es más como una distorsión deliberada de los hechos, solo los altruistas se benefician de ello.

Después de todo, en esta situación no se puede argumentar, como el altruismo puesto inicialmente en el lado de “bueno” y el egoísmo “mal”, y cuando sólo hay blanco y negro, la discusión de otros colores y matices posibles.

¿Quién se puso en primer lugar, usted u otros?

Los altruistas llaman a los egoístas personas indiferentes, a veces incluso insensibles. Se cree que las personas llaman egoísta, puede sólo está interesado en el dinero y diversos beneficios derivados de ellos, que los conceptos metafísicos como el amor y la amistad no tienen valor para ellos. Y el egoísmo en general conduce a la misantropía.

Sin embargo, no es difícil ver que tenemos un gran interés no sólo en los bienes materiales, sino también en el espiritual. De hecho, la amistad, como el amor, sólo el egoísta, después de todo, como un amigo y socio en la vida que elegimos las personas con las que estamos interesados en el bien y agradable. Es decir, aquellos en quienes tenemos un interés personal. Y no queremos perder a estas personas precisamente porque las necesitamos. ¿No es egoísmo?

Y de eso se trata la vida. ¿Recuerdas con qué frecuencia lograste amar a la primera persona que conociste? Y el enemigo? Sería un acto de autosacrificio que requeriría una abnegación total. Hay muy pocos de esos héroes.

Después de todo, amor, si es real, y no artificial, un concepto egoísta. No puedes amar a alguien por caridad, no es para ti dar caridad. Amamos solo a aquellos que tienen valor para nosotros, siendo, de hecho, invaluables.

En este caso, es importante priorizar correctamente. ¿A quién poner en primer lugar en la relación: usted, cónyuge, hijos? Pero, después de todo, descubrimos que amar es ante todo una posición egoísta, determinada por el hecho de que queremos a la persona adecuada para nosotros. Por lo tanto, el principio del egoísmo saludable es óptimo, cuando una persona se pone a sí misma primero. Sólo alguien que es capaz y capaz de cuidar de sí mismos, realmente puede amar a sus seres queridos y compartir con todo lo que tiene de ellos.