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Introducción

Kim Chunsu es uno de los poetas más notables de la poesía co-reana contemporánea, semejante a Octavio Paz tanto por su gran calidad poética de estirpe vanguardista, como por su liderazgo espiritual entre los poetas coreanos actuales. Recientemente un crítico coreano dijo que Kim es hijo natural del posmodernismo, refiriéndose a que su poética no sigue ninguna tendencia vigente. Sin embargo, el mismo poeta tampoco está de acuerdo con el modo derridiano de leer la realidad:

La teoría derridiana de la deconstrucción parece estar de moda entre nosotros. Sin embargo, no es más que eso: una moda. Hace tiempo me llamó la atención dicha teoría, pero con los años voy perdiendo el interés, porque creo que aun si Derrida tiene parte de razón, ignora que el hombre necesita del sistema, de una y otra forma. Personalmente creo que el hombre ama más la superación de las deconstrucciones.

Se advierte que Kim Chunsu quería estar siempre a la vanguardia renovadora de la poesía coreana. El poeta participó en la tendencia simbolista en sus primeros tiempos, para rebelarse en seguida contra su poética anterior, acusándola de “inercia imaginativa”, préstamo de las tradiciones literarias anteriores. El poeta se dio cuenta de que el simbolismo tiende a reproducir las ideas nuevas basándose en analogías insólitas, mas siempre inspiradas por el imaginario de la tradición literaria coreana.

Él quiso descubrir las realidades íntimas de las cosas que nos circundan, como Platón trató de llegar al mundo de las “ideas” negando las realidades sensibles y espirituales. El mundo de las ideas se nos presenta siempre como algo borroso, inalcanzable, sin sentido. A partir de ahí empezó a definir su poética con el nombre de poesía sin sentido, término que recuerda la descripción de lo intrascendente de la greguería de Ramón Gómez de la Serna. En el escritor español predominan las metáforas de las realidades vistas y sentidas, casi siempre con intención humorística (de ahí su intrascendencia), mientras que en el poeta coreano abundan los meros apuntes y descripciones de la realidad observada, sin pasar, a primera vista, por el proceso de escrutinio de las analogías escondidas, operación muy necesaria para producir metáforas.

A Kim Chunsu le siguen gustando los símbolos: la flor, la rosa, la nieve, la nube, etc., sólo que estos símbolos se encuentran rodeados casi siempre de imágenes insólitas e incongruentes. En cierto modo, es un superrealista, no por su modo de escribir —automático—, sino por buscar para su poesía las imágenes a toda costa inconexas, como lo define Carlos Bousoño en su libro Superrealismo y simbolización. Pues bien, si el superrealista es, al fin y al cabo, un simbolista, Kim Chunsu no deja de ser poeta del simbolismo, pues declara que su poesía busca las analogías preconscientes. A propósito, veamos una de las primeras muestras de su poética:

Prólogo de un poemario para la flor

Soy ahora una bestia peligrosa.

Si te tocan mis manos,

te conviertes en tinieblas lejanas.

Floreces, te marchitas

sin nombre

en la punta de una rama trémula del ser.

[…]

Y mi llanto poco a poco se convierte

en brisa loca de alta noche

y sacude la torre

y hace de la piedra, oro.

—¡Oh, mi novia con su rostro cubierto por un velo!

Cada vez que el poeta intenta apresar la realidad, ésta se aleja más de sus manos. Vemos que hay un tú que “floreces, te marchitas/sin nombre/en la punta de una rama trémula del ser”, pero no puede expresarlo con “el nombre exacto de las cosas” juanramoniano. De ahí “mi llanto”, “brisa loca de alta noche”. Y este sacudimiento “hace de la piedra, oro”.

“Mi novia” es una criatura de la torre del silencio que no se deja ver ni oír. Sin embargo, no por eso deja de existir. “Mi novia” se encuentra más allá de mis manos y palabras. “Mi novia” es una aparición apenas perceptible, siempre “cubierta por un velo”. Y esta ausencia no es un mero obstáculo o negación para amar. Todo lo contrario: nos provoca más entusiamo y ansias de conocerla.

El poeta enamorado se dedica a describir punto por punto los detalles y las formas de los seres sin “rostro”, sin “nombre”, que nos rodean. Ésta es su poética:

Mi poema

Dicen que alguien ha dicho

que mi poema

es un accesorio de lujo.

Muy bien dicho.

Oscar Wilde dijo

que el accesorio

“no se desgasta por su significado cualquiera”.

[…]

Como el sol, como la luna en el cielo, mi poema

“no se desgasta

por el significado”:

sólo se cuida

para estar en forma

aun al calor de 39° centígrados.

Está claro. Entre los seres del universo no puede haber discriminaciones de existencia. Todo existe: las cosas vistas o las imaginadas, los sueños soñados, etc. Algunos objetos tienen uso y significado; otros no. Más vale tener menos uso, menos significado para mantenerse más vivo y no caer en la trampa de la conceptualización.

El poeta dice que su poema “no se desgasta/por el significado”, “como el sol, como la luna en el cielo”. Eso significa que su poema es igual que un objeto natural cualquiera que vive y se muere, o que se queda permanentemente en el cielo. El simbolismo del poeta coreano es generoso y abierto a todas las imaginaciones.

El poeta sabe que al hombre no le está permitido conocer la realidad última de los seres, pero esto no es una limitación, sino una ventana a la libertad imaginaria. Veamos, por último, la declaración de su “Poética”:

Una magnolia en flor

y dos pollitos

recogen las comidas.

Las estrellas se encuentran muy lejos

mientras mis manos

se encuentran demasiado cerca de mí.

Las estrellas se iluminan por la oscuridad

en mis palmas se ven infinitas rayas

divididas

y yo las puedo ver con mis propios ojos.

Un verbo que me hizo conocer al sujeto

se encuentra fuera de mí.

El núcleo se encuentra muy lejos, borroso,

mientras los modificadores están muy cerca.

¿Quién sabe por qué, cómo ha nacido un ser como tú, como yo? “Un verbo que me hizo conocer al sujeto/se encuentra fuera de mí.” No conocemos, en realidad, el movimiento del universo. Sin embargo, todos sabemos que estamos vivos: “Las estrellas se iluminan por la oscuridad”. No sé leer las manos, pero veo que hay “infinitas rayas” que no entiendo en mis propias manos.

No se escriben poemas para alcanzar la meta de la realidad esencial, sino, más bien, como un modo humilde de expresar estos “modificadores” o sabores del vivir, múltiples en detalle, con amor y entusiasmo.

Yong-Tae Min

Razón de las sinrazones

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