Amor Fugaz

Amor Fugaz
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Amor Fugaz nos enfrenta con la dura realidad de un adolescente acusado de abusador sexual por una alumna despechada que asiste a su misma escuela.En paralelo, surge la siguiente incógnita: ¿Es posible que las circunstancias lleven la amistad de dos muchachos heterosexuales a derivar en un amor profundo? De ser así, ¿cuál sería el comportamiento de sus cercanos?

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D. Peña. CV. Amor Fugaz

AMOR FUGAZ

D. PEÑA. CV

Dedico esta obra a una persona que. fue muy especial en mi juventud

ÍNDICE

Capítulo 1. El año 2008 conocí el amor verdadero, o por lo menos eso prefiero creer. Tenía dieciséis y todo comenzó cuando mi madre, mis dos hermanos —Jéssica de catorce y Rubén de diez— y yo nos mudamos a la ciudad de Ica en Perú, en un pueblo pequeño llamado Subtanjalla. Mi mamá comenzó a trabajar en la municipalidad como operaria de limpieza y nosotros entramos a la escuela, yo en el último año de la secundaria. Todos me conocían como Diego

Capítulo 2. Al día siguiente me levanté temprano y me vestí sin prisa para ir a clases. Con mi hermana íbamos a la misma escuela secundaria, donde ella cursaba su primer año. Nos tocaba dejar a Rubén en su colegio de primaria, que estaba una cuadra antes de llegar a nuestra institución académica

Capítulo 3. Al día siguiente me levanté recordando las palabras de mi madre: debía buscar un empleo de medio tiempo para sustentar mis gastos personales. Así que salí temprano en busca de la señora Pilar, quien tenía una pollería. Era muy conocida ya que, cuando aún era joven, comenzó a vender dulces en un triciclo en las puertas del colegio. Poco tiempo después se adjudicó el permiso de vender dentro del establecimiento los desayunos: sándwiches, café, avena, jugos o lo que tuviese. Con el pasar de los años pudo abrir su pollería y la conocí gracias a que sus hijos estudiaban en la misma escuela que yo

Capítulo 4. Faltaban dieciocho días para el cumpleaños de Rubén, el 4 de agosto, y le había prometido llevarlo a los juegos mecánicos en el centro comercial, en especial a los carritos chocones

Capítulo 5. Llegó el cumpleaños de Rubén. Cayó un martes y había pedido permiso con anticipación en el trabajo para llevar a mi hermanito al centro comercial, sin imaginar la gran sorpresa que me llevaría después

Capítulo 6. Jéssica entró a mi habitación temprano. Traía una bandeja con el desayuno e intentó consolarme con palabras de aliento, lo que me pareció un lindo gesto

Capítulo 7. Pasaron dos semanas desde que había visto a Anthony en la fiesta de la discoteca. Mi empleo con la señora Pilar seguía en pie, aunque consideraba renunciar, ya que mi principal motivación era Rosa. No tenía otra razón para continuar, pero a menudo recordaba que podía salir con mis amigos a buscar chicas en las discotecas, y tal vez existía la posibilidad de encontrar otra novia

Capítulo 8. Los rumores siguieron por todas partes como un huracán salvaje que arrasa todo a su paso. Una de mis compañeras del salón, con la que casi siempre conversábamos, un día dejó de hablarme; la repentina lejanía de varios me convencía cada vez más de que Rosa no confesaría sus mentiras. Decidí ignorar los comentarios y no insistir, para evitar futuros problemas

Capítulo 9. El lunes llegué a la escuela algo cansado, ya que durante la noche del domingo hubo buena venta. La señora Pilar había contratado a un nuevo cocinero y estaría encargado de preparar arroz chaufa de carne, pollo o cerdo. El chico comenzó el sábado, así que lo conocí al día siguiente. Se llamaba Ricardo y las ventas incrementaron un montón al correrse la voz de su buena habilidad culinaria

Capítulo 10. El lunes fui a la escuela con Jéssica y todo el trayecto me pareció como de costumbre. Pretendí entrar al establecimiento con mi hermana, pero noté que la profesora de educación física y deportes estaba en la entrada junto al portero

Capítulo 11. Era sábado otra vez y nos juntamos con Jhordi y Felipe. Sabían lo que sucedía y que yo no podría salir a ningún lado, pues tenía que juntar dinero para cualquier cosa que el abogado necesitara; Felipe me contó que sus padres le habían prohibido mi amistad, ya que los rumores habían salido de la escuela y todo el pueblo sabía que la “pobre” Rosa había sufrido un intento de abuso de mi parte. Jhordi también discutió con sus padres, pero era rebelde y no estaba dispuesto a acatar sus órdenes. Felipe me dio su apoyo y dijo que no importaba si lo castigaban, pues sabía que Rosa había mentido y no iba a permitir que eso rompiera su amistad conmigo; luego de un rato conversando, Jhordi exclamó:

Capítulo 12. Pasaban los días y la notificación para la audiencia no llegaba. Solo me dedicaba a trabajar, estaba ahorrando y preparándome para lo que se venía del juicio. Hablaba mucho con Anthony, pero más como amigos que como novios, pues a ninguno nos gustaba hacer tantas demostraciones de amor; nos decíamos que nos amábamos, pero solo un rato, luego nuestras conversaciones eran típicas de buenos amigos; a decir verdad, en ese momento aún no podía creer que tuviera un noviazgo con otro chico

Capítulo 13. Durante dos días estuve hablando con Anthony a través de mensajes de texto. Me alegraba mucho el momento cuando lo hacíamos y quería contarle todo lo que había sucedido, pero no podía hacerlo, no tenía el valor; le pedí vernos el jueves siguiente y de inmediato preguntó que si no trabajaba ese día. Le dije que ya no y que le contaría en persona algunas cosas

Capítulo 14. La audiencia sería en ocho días; así las cosas, tendría que seguir esperando sin trabajo ni escuela

Capítulo 15. El día de la audiencia, fuimos con mi madre dos horas antes a la oficina del abogado para ver los detalles y repasar mi declaración en caso de que me pidieran hacerlo ese día. Me aconsejó que admitiera la culpabilidad estando bajo los efectos del alcohol y que había malinterpretado mi relación con Rosa, a lo que no accedí porque no había hecho nada de lo que ella decía, pero el abogado insistió, ya que de otra forma no podríamos ganar, pues la justicia estaba cargada hacia las mujeres, y con mayor razón si se trataba de un caso de abuso

Capítulo 16. El sábado Anthony llegó a mi casa cerca del medio día para ir de paseo junto a Rubén, tal como lo había prometido. Mi hermano se mostró muy contento y mi madre, que aún no regresaba del trabajo, sabía que saldríamos. Jessica se nos unió, lo que fue muy bueno pues yo no podía dejarla sola

Capítulo 17. Al día siguiente me desperté, aún abrazado a Anthony. Mi cabeza estaba sobre su hombro, intenté levantarme, pero él me abrazó más, como si no quisiera que me alejara. Nos quedamos así durante una media hora. De pronto, Jessica golpeó la puerta avisando que el desayuno estaba servido

Capítulo 18. No hablé con Anthony en días, ni siquiera un mensaje, hasta que llegó la segunda audiencia

Capítulo 19. Al día siguiente fui directo al centro. En la plaza, Anthony me esperaba en la misma banquilla donde siempre nos veíamos. Al llegar se levantó de prisa y me abrazó con mucha más fuerza que lo habitual, y me susurró al oído:

Capítulo 20. Al despertar vi que era medio día y usé el teléfono de la habitación para llamar a mi casa. Dije a mi madre que me encontraba bien para que no se preocupara, y que estaba con Anthony. Ella lo entendió y solo respondió que me cuidara

Capítulo 21. Pasaron los días. El sábado, al no tener planes, salí a jugar fútbol en la calle con Jessica, Rubén y otros chicos del barrio. Estuvimos en eso por casi una hora, yo era el arquero, mientras Jessica hacía de delantera. Rubén jugaba en el otro equipo. De pronto llegaron Felipe y Jhordi, así que me fui con ellos a la placita del pueblo. Compramos galletas y caminamos por ahí

Capítulo 22. Al día siguiente Anthony se levantó muy temprano. Se despidió de mí y de mi madre que se alistaba para ir a trabajar y partió rumbo a su casa

Capítulo 23. Era jueves. Había transcurrido casi una semana desde cuando pasamos la noche en el departamento con Anthony

Capítulo 24. Al día siguiente, por la tarde, fuimos a la placita del pueblo con Jhordi y Felipe. Luego de un rato caminando, sugerí ir a la cancha para ver quiénes estaban jugando y ver si podíamos unirnos, pero Felipe nos pidió quedarnos otro rato, así que nos sentamos en una banca. De pronto, se acercó una chica de casi nuestra edad. Él se levantó y fue hacia ella. Vimos sorprendidos que se besaban. Después, se acercaron a nosotros

Capítulo 25. Al día siguiente me levanté con mucho dolor en las piernas, incluso al bajar las escaleras sentía tembladera. Mi madre había preparado quinua con pan, queso y huevo fritos para el desayuno; al verme preguntó qué me sucedía

Capítulo 26. El viernes me levanté muy temprano a preparar el desayuno para mis hermanos, mi madre había salido ya al trabajo y ellos debían ir a la escuela

Capítulo 27. Llegó el día de la audiencia y con mi madre fuimos al juzgado, donde nos encontramos con mi abogada y Anthony

Capítulo 28. Tres días después de aquella noche con Anthony, fui a su departamento por la mañana, ya que me había llamado diciendo que tenía para mí una sorpresa

Capítulo 29. Pasaron los días, me sentía muy tranquilo pues todo estaba resuelto. No volví a saber de Rosa, y claro, tampoco me interesaba. Pasé los días con Anthony en el departamento que se encontraba completamente amoblado. Nos la pasábamos encuerados caminando por todo el lugar

Capítulo 30. Al llegar a casa, encontré a mi madre. Había pedido permiso por unos días, no solo para presentarse en el velorio, sino también para ir al entierro. No me preguntó dónde estaba pues entendía la difícil situación por la que pasaba. Subí a mi habitación, tomé una ducha y me arreglé para ir a dar el último adiós a Anthony

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El inicio del año escolar fue genial, conocí buenos amigos y me llevé bien con los profesores, aunque no era un alumno bien calificado. Mis notas eran muy bajas y aun esforzándome por remediarlas no subían; sin embargo, por eso me llevaba tan bien con los maestros, ya que a menudo acudía a ellos para que me explicaran los cursos que no lograba comprender.

Un día comenzó a llover justo cuando se inició el recreo en la escuela. No pudimos salir al patio a jugar a la pelota, tampoco a caminar, así que nos sentamos en los pasillos y conversamos recostados en la pared. Luego tomamos una pequeña siesta hasta la hora del regreso a clases. De pronto, apareció una chica de otro salón que nunca había visto. Era la niña más bonita del mundo, o eso creí. Quedé embobado al verla pedir permiso para pasar, pero parecía no escuchar de lo tonto que me tenía. Notó la mirada cautiva que puse y solo sonrió. Fue el gesto más hermoso que había presenciado en mi vida. Su tez era blanca, tenía el cabello lacio y largo hasta la cintura, de iris cafés y con una mirada pícara y seductora; unos ojos que en ese momento eran mortales para mí. Cualquiera podría enamorarse con solo verla.

.....

—¿Así que se llama Rosa? —pregunté, pero me ignoraron.

—¡Intenté salir con ella hace más de un año!

.....

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