Читать книгу Pichón de diablo - David Eufrasio Guzmán - Страница 6

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La oficina solo tiene esta parte inocente de culpa: que si yo no tuviera que ir, podría vivir tranquilamente para mi trabajo y no perdería esas seis horas diarias, que me han hecho sufrir hasta un punto que usted no puede imaginarse, sobre todo el viernes y el sábado, cuando estaba tan absorto en mis propias cosas. Mirándolo bien, lo sé perfectamente, esto es pura conversación, la culpa es mía y todas las exigencias de la oficina son claras y justificadas. Pero esto representa para mí una espantosa doble vida, que probablemente no tenga otra vía de escape que la locura.

Franz Kafka, Diarios

Pichón de diablo

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