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LAS MÁQUINAS DESPIERTAN, LOS HUMANOS DORMIMOS.
Оглавление«Este es mi cuerpo. Ha sido una armadura.
Con ella no se puede nadar ni alzar el vuelo.
Pobre cuerpo, éste mío, tan pegado a la tierra».
“Cyborg”, Este es mi cuerpo, Luisa Miñana
Donna Haraway, la doctora en Biología que en 1985 publicara este Manifiesto Cíborg posteriormente recogido en su libro Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature, (Routledge, Nueva York, 1991) sigue siendo una de las filósofas culturales de mayor influencia. Las problemáticas que ella planteara hace más de 35 años con una excepcional visión del futuro, son ahora cuestiones de plena actualidad: cómo seguir habitando la tierra que destruimos y cómo establecer una líneas de convivencia e integración social y ética entre todas las especies animales, incluyendo la humana y las máquinas, son temas que ocupan hoy todas las dimensiones de nuestra Cultura. Que la tecnología y lo orgánico forman un conjunto inherente es una idea que quizás hoy podamos asumir con cierta naturalidad y cuando ahora hablamos de cíborg lo hacemos conscientes de estar refiriéndonos a un concepto biológico lejos de la ciencia ficción.
La evolución ha difuminado las líneas entre lo natural y lo artificial, entre lo animal y lo humano, las máquinas despiertan mientras los humanos dormimos. Haraway propone el alejamiento del esencialismo y la ruptura de la división humano-animal-máquina y la creación un mundo metafórico amalgamado por afinidades y no por identidades. El desafío hacia los dualismos hombre/mujer, cultura/naturaleza, mente/cuerpo, etc., es intrínsecamente un duelo contra las tradiciones occidentales como el patriarcado, el colonialismo, el esencialismo y el naturalismo, entre muchas otras. Haraway defiende que en todos los dualismos existen un dominante y un dominado y es ahí donde radica la urgente necesidad de acabar con ellos.
Haraway comenzó a escribir Manifiesto Cíborg en 1983 buscando el establecimiento de una alternativa al feminismo esencialista y tradicional. De ahí que afirme, por ejemplo, que no existe nada en el hecho de ser mujer que una de manera natural a las mujeres, sino tan solo afinidades políticas que ella denomina “conciencias opositivas”. Su propuesta de erradicar el género produjo no pocas polémicas en el ámbito académico y feminista. Haraway critica que las miradas del feminismo tradicional basadas en políticas identitarias funcionen bajo la premisa absoluta de que todos los hombres son de una forma y las mujeres de otra, mientras que la teoría cíborg no pretende explicarlo desde la totalidad sino precisamente desde la diferencia. En esta obra, que más adelante daría pie a otras publicaciones y revisiones de concepto, Haraway llama a alejarse del esencialismo patriarcal occidental y a revisar el concepto de género para caminar hacia un mundo en el que se produzca una reconstrucción de las identidades para que éstas ya no estén dictaminadas por el naturalismo o la taxonomía sino por afinidades, de manera que los individuos podrían construir sus propios grupos alejados de las segregaciones causadas por cuestiones de género. La idea sería “construir una especie de identidad post-modernista a partir de la otredad, de la diferencia y de la especificidad”.
Necesitamos transformar el código de nuestro difícil presente para transfigurarlo en un esperanzador futuro, creemos que las primeras batallas se dan a través del símbolo y en este caso a través del lenguaje, una lúcida deconstrucción (Derrida), que este Manifiesto propone desde el lenguaje científico y la denuncia de profundas verdades humanas, esta revelación de la herida primigenia que nos compete globalmente, y que sólo podrá ser restaurada a través de un cambio de pensamiento. La colonización a través de los mitos propuestos por el patriarcado occidental han llegado a su fin. Es tiempo de despertar.
“No hace falta entenderlo todo”, dice Haraway. Y es preciso partir de esa premisa a la hora de adentrarse en este texto. Lo que viene a continuación no es sencillo pero es esencial. Que lo disfruten.
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