Читать книгу Nuevo Chile, acción colectiva y tejido social. - Edwin Diomedes Jaime Ruiz - Страница 8

Introducción

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Colombia experimentó durante el siglo XX una importante transición en materia de procesos de poblamiento, ya que pasó de ser un país rural a uno urbano. Este cambio se explica generalmente desde la sociología urbana por la combinación de industrialización y urbanización. Sin embargo, en el caso colombiano, debe agregarse el impacto generado por la violencia en las zonas rurales y los desplazamientos forzados de campesinos que migraron hacia las principales ciudades del país (Sánchez, 2008).

Bogotá como centro político, administrativo y económico del país no estuvo ajena a esta transición demográfica. A mediados de los años cincuenta se empieza a observar la proliferación de las llamadas urbanizaciones piratas y las invasiones de terrenos. Se trata de formas mediante las cuales se accede a suelo urbano que carece de las inversiones básicas para su urbanización. En un primer momento, la respuesta desde el Estado se centró en su erradicación, pero luego se dio paso a los programas de legalización y regularización de asentamientos informales (Camargo & Hurtado, 2013; Torres, 2013).

Una de las organizaciones más importantes en materia de apoyo a la población “destechada” en Colombia ha sido la Central Nacional Provivienda (Cenaprov), organización que se creó en los años sesenta y desde ese momento se tornó en un referente de organización a nivel nacional en materia de lucha por la vivienda. Bajo una orientación política de izquierda, esta organización se distingue de otros procesos en los que era más importante el aspecto económico. Cada iniciativa apoyada por la Central era vista no solo como una oportunidad para lograr mejores condiciones habitacionales para quienes carecían de una vivienda, sino que era una oportunidad más para promover los ideales revolucionarios y apoyar otro tipo de luchas, especialmente las asociadas al movimiento obrero.

Además, autores como Jaramillo (1980) señalan que existen no solo diferentes mecanismos para el acceso al suelo, sino también a la vivienda. En este segundo caso habla de diferentes formas de producción de espacio construido, algunas de las cuales difieren de la establecida por el capitalismo. En el caso de organizaciones como Cenaprov, por ejemplo, se han puesto en marcha procesos de autoconstrucción progresiva de las viviendas, que le confiere a la ciudad latinoamericana una morfología particular en donde diversos sectores de la ciudad son resultado de las mejoras realizadas por los habitantes y en otros predomina la intervención del Estado; este intenta garantizar la provisión de los medios de consumo colectivo indispensables para garantizar la reproducción ampliada del capital por medio de la planeación urbana.

Los mecanismos de acceso al suelo y a la vivienda requerirán de formas de organización colectiva para la resolución de las necesidades asociadas a la vivienda como la defensa del terreno, la construcción progresiva de las viviendas, las luchas por el acceso a servicios públicos domiciliarios, la legalización urbanística, los problemas de inseguridad, entre otros. Si bien el debate acerca de la organización comunitaria sigue teniendo lugar, su aporte a la constitución de una ciudad popular ha sido indiscutible.

Un ejemplo de estos procesos de organización colectiva es el que se presentará en este libro. A partir del trabajo realizado entre 2015 y 2018 se reconstruyó la memoria del proceso de urbanización y consolidación del barrio Nuevo Chile, que se encuentra localizado al sur de la ciudad de Bogotá y en cuyo surgimiento fue vital el papel de la Central Nacional Provivienda. Se trata de un ejercicio realizado entre los líderes comunitarios del barrio y la Facultad de Sociología de la Universidad Santo Tomás.

Este proyecto también es especial por evidenciar el trabajo articulado entre las funciones sustantivas de Proyección Social y de Investigación que tienen lugar en la Universidad. La idea se gestó en 2015 a través del espacio académico Sociología de la Comunidad cuando se dio una aproximación inicial hacia los procesos organizativos de Cenaprov y luego se fue consolidando en los espacios académicos de Proyecto I, II y III gracias a la participación de varias estudiantes que no solo diseñaron y aplicaron instrumentos tales como grupos focales y entrevistas, sino que escribieron junto a los líderes comunitarios los diferentes capítulos que componen este libro[1].

El enfoque metodológico empleado ha sido el de la Investigación Acción Participativa (IAP), que se entiende según Contreras (2002) como: “una herramienta que permite crear vínculos de reflexión-diálogo-acción-aprendizaje entre las personas y agentes externos interesados en promover acciones para el desarrollo y el empoderamiento sociopolítico de la comunidad” (p. 9). Mediante la aplicación de esta herramienta es posible un acercamiento a la realidad social de primera mano y la búsqueda colectiva de soluciones a los conflictos sociales que identifica la comunidad, la reflexión y la generación de cambios orientados al fortalecimiento del desarrollo territorial y la participación comunitaria.

El enfoque de IAP también promueve el diálogo de saberes en donde las personas que integran la comunidad son reconocidas como coinvestigadores o investigadores comunitarios y, por lo tanto, reconoce la importancia de tener en cuenta sus propias necesidades, que pueden diferir o no de quienes hacen parte de la academia. Fals Borda (2009) afirma:

Este esfuerzo de participación en el estudio puede denominarse empírico en el buen sentido, esto es, busca ajustar herramientas analíticas a las necesidades reales de las bases y no a las de los investigadores. Así, obviamente las técnicas desarrolladas por las ciencias sociales tradicionales no todas resultan de rechazar (como algunos pretendieron), sino que pueden utilizarse, perfeccionarse y convertirse en armas de politización y educación de las masas. (p. 264)

Asimismo, según Herrera y Rodríguez (2013):

[…] la historia del barrio Nuevo Chile da cuenta de una de las problemáticas que no han sido subsanadas por parte del Estado como el acceso a la vivienda, motivando así la organización de la gente para la toma de tierras, al no tener más posibilidad de conseguir una vivienda digna para sus familias […] La solidaridad y el trabajo en comunidad rompen con los valores individualistas y excluyentes propios del sistema capitalista, que de diversas formas vulnera y violenta los derechos de las personas. (p. 5)

Frente a este contexto, los procesos de acción colectiva han resultado significativos como elementos constitutivos de la lucha urbana por la vivienda digna en Colombia.

Durante la realización de este proyecto, docentes, estudiantes, líderes comunitarios y población residente en el barrio participaron de celebraciones, galerías fotográficas y actividades culturales con las que se reflexionó acerca de las prácticas y discursos necesarios para la recuperación de la memoria histórica, que está plasmada en numerosas fotografías y caricaturas que empiezan a contar historias, a describir actores y a pensar nuevos escenarios en el territorio. Entre el conjunto de técnicas metodológicas que fueron empleadas se cuenta la revisión documental y fotográfica, la observación participante, las historias de vida, las entrevistas semiestructuradas y los grupos focales.

Estas herramientas metodológicas permitieron establecer de manera conjunta con la comunidad los hitos históricos que marcaron la construcción, consolidación y apropiación del barrio Nuevo Chile como formas de acción colectiva. Para articular cada etapa o fase del proyecto se contó con la participación de las siguientes estudiantes, a quienes agradecemos su apoyo: Jessica Daniela Ramírez, María Alejandra Chala, María José Pinzón, Ana María Rivera Joya, Ana María Cortés, Laura Daniela Cétares y Lina Aldana. Cada una de ellas se comprometió más allá de los dos años de ejecución del proyecto y continuó participando de las actividades que han llevado a la elaboración de este escrito.

Adicionalmente, con el uso de estas herramientas se logró generar una relación estrecha por medio de los procesos pedagógicos dialógicos, que se evidencian en ejercicios de enseñanza-aprendizaje mediante una cultura de la participación. Desde esa perspectiva fue primordial construir un proyecto en conjunto con la comunidad y los grupos sociales con los cuales se trabajó. Se privilegió una aproximación cualitativa que profundiza en la comprensión de la organización social viviendista, de acuerdo con los intereses y alcances de los actores sociales. La propuesta resultante pone a la comunidad como el centro de esta iniciativa, ya que el tejido social y su recuperación es un fin que se puede alcanzar a partir del conocimiento y comprensión de los procesos de acción colectiva indicando posibles rutas o perspectivas para la construcción de soluciones alternativas e incluyentes.

El primer capítulo presenta una contextualización de los procesos de lucha urbana por la vivienda digna, describe algunas características de la evolución de la urbanización latinoamericana en el contexto colombiano, específicamente en el caso de la ciudad de Bogotá. También se hace una revisión de los principales momentos de las políticas urbanas ensayadas a nivel continental y nacional.

El segundo capítulo presenta los testimonios de Adela Dimas y Anita Castellanos a partir de los cuales se configura una descripción de lo que es el Centro diez de inquilinos. Por medio de esta instancia de formación política y educativa de los inquilinos, Cenaprov apoya a las familias con la organización necesaria para avanzar en la toma o compra de terrenos y en la configuración de las comisiones de trabajo, pieza central de la organización comunitaria de los barrios que, como Nuevo Chile, van desde el acceso a servicios públicos, la defensa frente a los intentos de desalojo ejecutados por la policía, la consecución de fondos para las obras comunales, entre otros.

El tercer capítulo se centra en contar la historia del proceso de toma de terrenos por parte de los habitantes y cuenta con la participación de don Lucio Lara y doña Carmen Rosa Minota, quienes explican cómo tiene lugar en 1971 la toma del terreno localizado en inmediaciones de una zona industrial al sur de la ciudad y de las razones por las cuales se escoge el nombre Nuevo Chile para el barrio. Además, se narra cuál fue la respuesta del Estado y la forma en la que reaccionó la comunidad ante la represión y algunos de los logros derivados de la acción colectiva.

El cuarto capítulo, mediante los relatos de Jesús Córdoba, cuenta el proceso posterior a la toma de los terrenos. Allí se describe con mayor detalle el papel de las comisiones sectoriales y los logros obtenidos a partir de ellas. El capítulo quinto narra el caso particular de las obras para el alcantarillado a partir del testimonio de Bernardino Motta.

Los capítulos sexto y séptimo se caracterizan por destacar el papel de las mujeres y los jóvenes en el desarrollo comunitario del barrio Nuevo Chile. En el primero de ellos, participan Erika Trujillo, María Riguey y Rubiela Hoyos, recordando el papel crucial que desempeñaron las mujeres en la acción colectiva de Nuevo Chile, mientras que el último capítulo, en donde participan Erika Trujillo y Fernando Escobar, narra las iniciativas desarrolladas por y para los jóvenes del barrio.

Dentro de los impactos esperados se contempla la utilización de los resultados de la investigación como herramienta para el reconocimiento de Cenaprov como modelo de trabajo para la transformación y el desarrollo social. Se busca también que entre los habitantes del barrio Nuevo Chile sea posible la reconstrucción de una memoria histórica colectiva que reconozca la importancia de las acciones que se presentaron y que responden a las problemáticas actuales. Además, es relevante mencionar que este texto sirve como una forma de activar la memoria histórica de las nuevas generaciones sobre la lucha que vivieron los habitantes del barrio, sin olvidar la importancia que tiene el lugar y toda la riqueza sociocultural con la que cuenta. Asimismo, sirve como invitación para que las nuevas generaciones que se acentúen en el barrio sean partícipes de los diferentes procesos sociopolíticos que se dan en el lugar (Ramírez & Pinzón, 2016)

De igual forma, este libro se considera como una oportunidad pertinente para reflexionar sobre los cambios que ha tenido una ciudad como Bogotá en las últimas décadas y, en particular, de los movimientos viviendistas. Este proceso de trabajo con la comunidad del barrio se ha convertido en un semillero que aporta a la discusión sobre la lucha por la vivienda en Bogotá a través de ejercicios compartidos de recuperación de memoria colectiva. Se considera que la generación de nuevos horizontes requiere de la inclusión de las diferentes organizaciones populares, por medio de las cuales se posibiliten acciones sin discriminación política y en donde, por el contrario, exista mayor apertura democrática.

Para finalizar esta introducción, destaca la importancia que tienen estos procesos de IAP de cara a la comunidad universitaria. Por un lado, está el aprendizaje derivado de iniciativas pedagógicas en donde el trabajo con las organizaciones va encaminado a la aplicación de las técnicas de investigación que permiten la construcción de diagnósticos sobre las necesidades; con esto se fortalecen las capacidades de los estudiantes en campos de acción tales como el acompañamiento comunitario o el trabajo con movimientos sociales. Se espera despertar en los estudiantes un ejercicio más comprometido para la resolución de los problemas, necesidades y conflictos sociales.

Este tipo de proyectos se constituyen en un mecanismo de promoción de la filosofía institucional propuesta por la Proyección Social Universitaria que:

Tiene como propósito lograr el compromiso social de la universidad y cumplir su voluntad de servicio a la comunidad, trabajando activamente en el mejoramiento cualitativo y cuantitativo de la localidad, la región y el país, haciendo presencia nacional en la lucha contra la pobreza, la promoción de la solidaridad y de la cultura de la paz, empezando por sus mismos estudiantes activos y egresados. (Arcos, 2010, p.39)

[1] Para darle mayor formalidad al ejercicio de investigación y proyección social se diseñaron los proyectos de investigación “Resignificación de la acción colectiva en la Central Nacional Provivienda a partir de algunas experiencias en el barrio Nuevo Chile-Bogotá D.C.” y “Acción Colectiva en el barrio Nuevo Chile a partir de la Central Nacional Provivienda Cenaprov” ejecutados en 2016 y 2017 respectivamente en el Grupo de Investigación Conflictos Sociales, Género y Territorios y en la línea de investigación Subjetividades, Acción Colectiva y Transformación Social.

Nuevo Chile, acción colectiva y tejido social.

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