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3 Hotel Lujuria
ОглавлениеEstando Joan en su despacho trabajando después de salir casi corriendo de casa porque llegaba tarde, como solía ser habitual todos los días, se puso con las demandas que tenía previstas redactar. Se trataba de un tema importante y quería asegurarse de hacerlo lo mejor posible.
Durante su estado de concentración máxima, recibió un aviso en el móvil. Era una notificación, pero no quiso hacerle caso hasta tener un rato de descanso.
A media mañana, bajó al bar de siempre a comerse uno de los bocadillos que le hacían especialmente para él. Sabían que era deportista, y el dueño siempre le decía que tenía que alimentarse bien para soportar todo el esfuerzo que realizaba.
Ese día tocó lomo con beicon, queso, cebolla y el pan untado con tomate.
Se acordó de la notificación y miró el móvil.
Grande fue su sorpresa cuando vio que una mujer le había solicitado amistad por Facebook. Se llamaba Sarah, o eso decía su perfil. Sarah Destellos entre la Lluvia.
La foto era muy atractiva y tuvo algo de reparo en aceptar dicha solicitud, pues estaba casado, pero realmente tenía curiosidad por aquella invitación.
La aceptó y, casi en el mismo momento, recibió un mensaje privado.
Sarah:
Hola.
Joan:
Hola.
Sarah:
No me conoces, pero he visto por aquí que te gusta el deporte, y a mí también me gusta. Además, eres muy atractivo y eso siempre es de agradecer. Ji, ji, ji.
En ese momento, Joan se puso algo nervioso, pues nunca se había encontrado en aquella tesitura, pero siguió charlando con aquella mujer.
Joan:
Sí. Cada vez que el tiempo me lo permite, me gusta salir a disfrutar de la naturaleza a la vez que practico algún deporte. Por cierto, tú también pareces muy atractiva, y eso que no se te ve la cara.
Sarah:
Muchas gracias. Si te digo la verdad, la hice pensando en que tú la verías. Y, como no sabía bien de qué manera presentarme, pensé en hacer una fotografía especialmente para la ocasión. Espero no haberte asustado.
Joan:
Para nada. Ciertamente, no me esperaba recibir una solicitud de una mujer así de sexi y que se hubiera fijado en mí.
No le dijo que estaba casado, aunque se sintió tentado de hacerlo.
Sarah:
Si te parece bien, podemos seguir hablando por aquí.
Joan:
Me gustaría, sí. Ahora tengo que volver al despacho a trabajar, pero estaré pendiente del móvil si te parece bien.