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PANORAMA ACTUAL DEL SISTEMA EDUCATIVO.
ОглавлениеSomos todos esclavos de nuestro personaje, creado primeramente por la familia, segundo por la sociedad y tercero por la cultura. El camino de la transformación es liberarse de la esclavitud. Detrás de mis mil máscaras, soy aut éntico.
Alejandro Jodorowsky.
El sistema educativo actualmente es un sistema enfermo, un sistema que reproduce todos los patrones patriarcales que dominan nuestra sociedad.
¿No te has planteado por qué la educación que recibe la infancia en nuestra sociedad dita muy poco de lo que nuestras generaciones pasadas han experimentado en las aulas? Se sigue perpetuando el mismo sistema generación tras generación . Podéis decir: bueno, pero antes el profesor era mucho más duro con los alumnos y alumnas, era una figura muy autoritaria. Sí, realmente era así, quizá antes, incluso podían pegar al alumnado, eso hoy se ve inconcebible, más vale, pero la esencia que hay detrás de una bofetada o de sólo te valoro si rindes en clase, es la misma.
Con ésto no quiero decir que sean comparables ambos hechos en sí mismos, pero sí qué los motiva. Cuando una figura de autoridad, el maestro considerado entonces, por ejemplo, insultaba al alumnado, a parte de la falta de respeto y abuso de poder indiscutible, hay detrás mucho más. ¿Qué le lleva a ese maestro o maestra abusar de ese poder? ¿Qué inseguridad o qué miedos oculta para tener que mostrar que está por encima de esa persona inocente que tiene frente a sí?.
Un insulto, una retirada de cariño, un aislamiento ... en definitiva, una falta de reconocimiento a quien está en ese proceso de crecimiento personal y un exceso de reconocimiento en los resultados que logra.
Las escuelas son reflejos de la sociedad y como tal, su principal característica es la diversidad, entendiéndose como una cualidad inherente al ser humano, en cuanto que cada ser, somos personas únicas e irrepetibles y por tanto tenemos unas necesidades concretas, diferentes al resto. Esta diversidad hace que la educación no pueda ser un sistema homogéneo y estanco, pero la realidad es esta.
La humanidad evoluciona, pero la educación no va al mismo ritmo. Ésto todas las personas lo podemos ver, pero el poder verlo no quiere decir que lo veamos, que seamos conscientes de ello, y es precisamente ésto lo que se reproduce en nuestro sistema educativo: el que podamos verlo, sin hacer nada, siendo meros espectadores, ser creyentes de lo que vemos, de lo que escuchamos y de lo que nos enseñan. Por tanto estamos contribuyendo a crear seres pasivos, sin hacer todo lo que podemos para transformarlo. Viéndolo, pero no haciendo nada con aquello que vemos.
¿Somos por tanto capaces de ver la escuela con estos ojos? Ver una escuela donde la infancia y juventud pueda crear en vez de memorizar, cooperar en vez de competir, amar en vez de pegar, de divertirse en vez de aburrirse…la escuela debe contribuir a un desarrollo integral de cada persona, con su diversidad, no formar seres pasivos, automatizados, capaces de producir, vender y contentarse con lo que ve.
Una verdadera educación que contribuya a un desarrollo integral, tiene que tener por objeto la libertad y no el control. Hoy día el control es lo que prima en todo sistema educativo y hace falta crear una contracultura de la educación liderada por educadores formados que permita sacar al alumnado de esta mentalidad patriarcal.
Tal vez os preguntéis, qué tiene que ver esa mentalidad patriarcal con el control y la esencia educativa Pues bien, como dice el maestro Claudio Naranjo, mentalidad patriarcal entendida como una mente de dominio y sumisión, de paternalismo y dependencia, donde el resultado es una dependencia afectiva y una obediencia compulsiva.
En definitiva una sociedad donde las personas estamos bajo la tiranía de la razón, la cual ha castigado e inhibido la ternura, el amor, la libertad, la espontaneidad, la naturalidad y todas las características que más nos definen como personas y que deberían estar en la base de todo sistema educativo.
Para que se de esta verdadera educación, tiene que haber educadores formados, que realicen un proceso de autoconocimiento, puesto que para descubrir a los demás, hay que descubrirse a uno mismo.
Como dice el proverbio chino : hay que educar con el ejemplo; es ésto a lo que nos referimos, como personas que educamos, para poder ver, debemos ser capaces primero de vernos a nosotros mismos.
Este aprender a ser, no impide aprender a hacer, que tanto preocupa al sistema educativo de hoy. De hecho, no es casualidad que la última ley de educación de este país tenga como principio fundamental, que la educación es el motor que promueve la competitividad de la economía. Pero hasta para esas mentes tan competitivas, hay consuelo, puesto que este aprender a ser, no impide aprender a hacer, sino que lo supera.
En esta visión, lo más importante es la pedagogía del amor, del reconocimiento del ser, de nuestra verdadera esencia, lejos de todos los patrones que aprendemos a repetir a través de conductas, pensamientos o sentimientos. Una pedagogía que anime al desarrollo personal y social.