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Las famosas “master* letters” Cartas al Maestro (a un desconocido recipiendario)
ОглавлениеA un desconocido recipiendario circa 1858
Querido Maestro
Estoy enferma, pero más afligida al saber que estás enfermo, obligo a mi mano más fuerte a trabajar suficiente para decírtelo. Pensé que tal vez estarías en el Cielo, y cuando hablaste de nuevo, me pareció bastante dulce, y maravilloso, y me sorprendió tanto –que deseé que mejoraras.
Me gustaría que no hubiera debilidad en lo que amo. Tengo a las Violetas a mi lado, al Petirrojo muy cerca, y a la “Primavera” –dicen, Quién es ella– pasando frente a mi puerta–
Ciertamente es la casa de Dios –y éstas son las puertas del Cielo, y de aquí para allá pasan los ángeles, con sus dulces postillones –ojalá yo fuera grandiosa, como Miguel Ángel, para pintar para ti. Me preguntas qué dijeron mis flores –las muy desobedientes– y les di mensajes. Dijeron lo que dicen los labios en el Oeste, cuando el sol se pone, y lo mismo dice la Madrugada.
Escucha de nuevo, Maestro. No te había dicho que hoy fue día del Sabbat.
Cada Sabbat junto al Mar me hace contar los Sabbats hasta que nos encontremos a la orilla –y (acaso) si es que las colinas lucen tan azules como dicen los marinos. No puedo hablar más (quedarme más tiempo) esta noche (ahora), pues este dolor me lo impide.
Cuán fuerte el recuerdo pese a la debilidad, y cuán fácil, bastante, poder amar. Por favor dime, dímelo, cuando te sientas bien.
* Tal vez se trate del reverendo Charles Wadsworth.