Описание книги
Relatos para crecer, del profesor Enrique Beteta Montañez, es un modelo que tiene varias direcciones. La primera, para perfilar la conducta de los estudiantes; la segunda, para establecer un modelo correctivo de los errores en la formación de los jóvenes; la tercera, y esta es de regalo, se trata de un modelo de redacción.
Los temas han surgido de la observación constante en el trabajo diario de un maestro, labor difícil para un escritor. Sin embargo, la selección ha sido clara, precisa, ejemplificadora y, en todos los casos, con la sinceridad y la firmeza que ello indica. ¡He ahí la motivación central del libro!
Cuando habla de la conducta -El alumno se hizo la vacael autor se da el trabajo, incluso, de colocar una suerte de mandamientos («La oración de la asistencia») con seis ordenanzas como si estuviéramos ante los mandamientos de la ley de Dios. Y cuando el autor habla del mal uso de la tiza y del papel: Solo una tiza, por favor y Si el papel… ya nos está generando la cultura del ahorro.
Aquí entramos en un problema ético, de conducta. Por eso, no nos arriesgamos al decir que entre los mensajes de este hermoso libro se encuentra el imperativo categórico de Kant: «Actúa siempre de tal manera que tu comportamiento se convierta en una ley».
Pero no solo eso. Vamos a rescatar otro gran anclaje que corre por entre las líneas del libro y que se hacen más nítidas en el texto cuando habla del famoso ONCE como nota aprobatoria -Tu regalo de Navidad: el 11- aquello que compromete e interfiere las metas de todos los días; por ello, el trato silencioso de cada página se conecta con esa hermosa sentencia de José Ingenieros: «AHORA o NUNCA, mañana es la mentira piadosa en donde se esconden las voluntades moribundas».
Finalmente, la frase no faltes a clases tiene un contenido polisémico: no faltes a tu comportamiento adecuado, a tu formación integral cada vez mejor. Porque si algo debemos concluir de los contenidos que nos entrega el autor, Enrique Beteta Montañez, este es el libro que nos ayuda a entender nuestras obligaciones. En el caso de que esto se cumpla, nuestro regocijo.
Le auguro, con todo entusiasmo, un futuro encomiable; porque ya en el presente lo tiene.
José Antonio Bravo Amézaga
Premio Nacional de Novela, 1973
Los temas han surgido de la observación constante en el trabajo diario de un maestro, labor difícil para un escritor. Sin embargo, la selección ha sido clara, precisa, ejemplificadora y, en todos los casos, con la sinceridad y la firmeza que ello indica. ¡He ahí la motivación central del libro!
Cuando habla de la conducta -El alumno se hizo la vacael autor se da el trabajo, incluso, de colocar una suerte de mandamientos («La oración de la asistencia») con seis ordenanzas como si estuviéramos ante los mandamientos de la ley de Dios. Y cuando el autor habla del mal uso de la tiza y del papel: Solo una tiza, por favor y Si el papel… ya nos está generando la cultura del ahorro.
Aquí entramos en un problema ético, de conducta. Por eso, no nos arriesgamos al decir que entre los mensajes de este hermoso libro se encuentra el imperativo categórico de Kant: «Actúa siempre de tal manera que tu comportamiento se convierta en una ley».
Pero no solo eso. Vamos a rescatar otro gran anclaje que corre por entre las líneas del libro y que se hacen más nítidas en el texto cuando habla del famoso ONCE como nota aprobatoria -Tu regalo de Navidad: el 11- aquello que compromete e interfiere las metas de todos los días; por ello, el trato silencioso de cada página se conecta con esa hermosa sentencia de José Ingenieros: «AHORA o NUNCA, mañana es la mentira piadosa en donde se esconden las voluntades moribundas».
Finalmente, la frase no faltes a clases tiene un contenido polisémico: no faltes a tu comportamiento adecuado, a tu formación integral cada vez mejor. Porque si algo debemos concluir de los contenidos que nos entrega el autor, Enrique Beteta Montañez, este es el libro que nos ayuda a entender nuestras obligaciones. En el caso de que esto se cumpla, nuestro regocijo.
Le auguro, con todo entusiasmo, un futuro encomiable; porque ya en el presente lo tiene.
José Antonio Bravo Amézaga
Premio Nacional de Novela, 1973