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INTRODUCCIÓN
ОглавлениеEl libro sonoro «Murmullos del Cosmos» contiene 72 sonidos que fueron descifrados en los Registros Akáshicos (memoria central de todos los patrones energéticos de construcción del multiverso) y luego traducidos en curvas de frecuencias accesibles al oído humano.
Empleados en forma subliminal (es decir, inaudibles pero presentes en el ambiente) logran un verdadero masaje sanador de nuestro aura dañado por el estrés y las agresiones de la vida moderna.
Algunos sonidos son concebidos para funcionar en fase diurna, por ejemplo, mientras trabajamos; otros durante la noche, para propiciarnos una intensa regeneración durante el sueño. Todos tienen una Función, que está definida en su título (Ejemplo, Sonido akashico N°42, «Saber cómo provocar armonía en mi vida y en la de mis seres cercanos»).
Los sonidos akáshicos entran, en la suma de recursos de la Terapia Akáshica, en la categoría de medios llamados «Ingeniería de la Conciencia»; es decir, pertenecen a una filosofía global de acción destinada a mejorar el bienestar humano y son parte de un inmenso catálogo de más de 25.000 técnicas.
Bajo el nombre de «Ingeniería de la Conciencia» la terapia akáshica reúne todas las técnicas que emplean el enfoque bioenergético de los recursos internos del alumno/paciente para llegar a optimizar sus capacidades mentales en general, psicológicas y emocionales en particular, e intelectuales en el sentido más amplio que se puede imaginar.
Los campos en los que los sonidos akáshicos han demostrado un éxito significativo son: psicología (incluyendo la vida afectiva), bioenergía, psicosomática, vida emocional, y vida relacional. Como excepción a otras categorías de técnicas pertenecientes a la Ingeniería de la conciencia, los sonidos akáshicos han mostrado también un gran efecto en los sectores esotéricos (por ejemplo, en la eliminación de energías negativas) y los campos de acción espirituales. Se ha podido observar que son también auxiliares importantes de la salud cuando ésta se encuentra alterada por anomalías bioenergéticas.
El empleo de los sonidos akáshicos ha permitido, además, crear la línea de meditación más avanzada de este sector. Existen 45 DVDs de meditación que utilizan estos sonidos y la visión 3D. A partir de ellos se han generado cinco colecciones llamadas «Despierta tu cerebro cósmico», «Nueve meditaciones para una futura mama», «¿Quiere ser un líder akáshico?», «Cómo aprender 40 veces más rápidamente» y «Meditación: camino real del espiritualismo».
Otro caso en el cual intervinieron los sonidos akáshicos ocurrió en la creación del libro «Hipnotismo & Bioenergía». Este libro contiene varios CDs que aportan 5 entrenamientos guiados, de tipo autohipnótico. Si se esboza una explicación en términos simples, consisten en seguir con la mirada un exclusivo recorrido visual de una lámina que junto a los sonidos akáshicos es calculada para relajar sucesivamente el cuerpo, la mente y el espíritu, y prepararnos para alcanzar nuevas performances. Los efectos de la hipnobioenergía son notables en la recarga bioenergética, autoayuda psicológica, en el superaprendizaje y en el desarrollo de capacidades parapsíquicas.
Otro de los modos de empleo de los sonidos akáshicos nació en los laboratorios de la Terapia Akáshica. Eric Barone, a lo largo de sus investigaciones sobre la conciencia, experimentando con softwares musicales de su creación, sometió a varios versículos de la Biblia, la Torah, sourates del Coran y frases de las Vedas a una traducción electrónica en sonidos akáshicos.
Luego, gracias a un grupo de voluntarios, sometió a medición sus efectos sobre la kundalini en su recorrido vital en la columna ver- tebral, comparándolos con los mismos textos recitados en forma mántrica por los voluntarios. Se descubrió que el efecto logrado era miles de veces más potente con los sonidos electrónicos que mediante la recitación del texto. Se aplicaron luego estos sonidos a plantas y animales para descartar los efectos de autosugestión, y los efectos se mantuvieron. En un libro anterior, «Las Puertas del Mundo Invisible», escrito hace un cuarto de siglo, Barone había ya demostrado que versículos seleccionados entre libros sagrados de varias religiones, aunque expresaran un sentido literario profundamente diferente, podían tener el mismo efecto energético sobre las personas.
Uniendo estas dos observaciones separadas por un cuarto de siglo, Eric Barone concluyó que los textos llamados «sagrados» llegaron a serlo porque contienen verdaderamente acceso a fuentes energéticas desconocidas. Demuestra entonces que las energías llamadas «mágicas» contenidas en los textos sagrados de todas las religiones del mundo son parte de un patrimonio universal independiente de la fe, de las creencias o doctrinas religiosas. No así del texto mismo de estos libros sobre el cual están construidas históricamente las religiones. En pocas palabras: las religiones son propietarias del texto, y la humanidad de la energía que contiene.
La Terapia akáshica desarrolló medios para extraer estas energías del texto y colocarlas en otros contenedores (las curvas de sonidos electrónicos, por ejemplo) que multiplican miles de veces su potencia, y la ponen a disposición de la humanidad, independien- temente de su credo. Barone recomienda despojar estas energías de todo contexto místico-religioso-supersticioso y considerarlas como realidades tecnológicas tal como lo son la electricidad, los rayos X o la energía atómica. Tomando esta postura y utilizando exclusivamente técnicas de esta línea, estamos fuera de todo contexto místico y podemos usar libremente una energía gratuita, a disposición de todos, sin crear ninguna dependencia ni aceptar ningún adoctrinamiento, ni tampoco denigrar las creencias de los demás.
Eric Barone considera que son tres las hipótesis que pueden explicar cómo llegaron los textos sagrados a contener estas claves de accesos a energías inteligentes del cosmos.
La primera postula que es posible que una civilización altamente desarrollada en el conocimiento de estas energías haya buscado un medio de enviar las claves de acceso hacia las generaciones futuras, y que lo hizo suscitando la redacción de textos que por los arquetipos utilizados cautivarían la mente humana fuera de toda lógica, es decir, usando el canal de la fe (la Kabalah plantea una hipótesis vecina en las técnicas que utiliza para analizar el texto de la Torah).
La segunda hipótesis defiende que los poderes religiosos de todas las épocas, en su afán por demostrar al pueblo que tenían un poder de origen divino, buscaron cómo captar estas energías (llamadas «mágicas») y, utilizando personas de alta sensibilidad de percepción (personas que llegaron a ser llamadas «profetas»), lograron plasmar estas revelaciones (claves de acceso) en los textos que redactaron y nos legaron.
La tercera hipótesis, la más probable según la perspectiva baro- neana, es que personas con gran facilidad de acceso a los registros akáshicos, aunque en forma involuntaria, recibieron estas claves como necesidades de progreso para la especie humana. Aunque son de energías semejantes, algunos las transcribieron en arte religioso o mágico, otros en símbolos esotéricos, en rituales, ceremonias y procedimientos diversos, y los últimos en lo que hoy en día llamamos textos sagrados. (No olvidemos que los registros akáshicos son controlados por 20 guías, que son macro inteligencias invisibles programadas para planificar el desarrollo permitido a todas las humanidades del universo).
Existen muchos otros casos de aplicación de los sonidos akáshicos, por ejemplo, abocados a la dinamización del agua con potentes efectos sanadores. Misumoto, científico japonés, ha demostrado el poder de los mantras sobre agua de pantano, fotografiando con un microscopio atómico de luz negra unos cristales de hielo antes y después de la recitación de mantras. En la Terapia akáshica consideramos que todo el sistema bioenergético está plasmado en el agua intra e inter celular del cuerpo humano. Modificar en bien o en mal las vibraciones de este agua equivale a alterar o sanear nuestro sistema energético, responsable directo de nuestra salud física, mental y espiritual.
Podemos decir también que el uso de la sinergia entre los sonidos tiene su máximo exponente en la selección de 7 versículos que, convenientemente identificados por videncia akáshica1 y traducidos en sonidos electrónicos2 , pueden resolver múltiples problemas humanos; lo cual nos parece obvio cuando admitimos la hipótesis de que cualquiera de nuestros problemas proviene de un corte en la recepción de ciertas energías cósmicas o del exceso de recepción de otras. Los trastornos de este fin de ciclo de 5125 años determinado por los sacerdotes y científicos mayas se han caracterizado, se están caracterizando y se van a caracterizar por desajustes cada vez más violentos de estas energías.
Reservamos sin embargo todos estos desarrollos para los próximos libros de esta colección. Por ahora recomendamos experimentar personalmente los efectos de los sonidos akáshicos y ensayarlos sobre personas que ignoren que los están aplicando en su beneficio.
1 uno de los primeros recursos para realizar videncia akáshica accesibles al público es la «Pirámide de acrílico». Se puede aprender todo lo relativo a
su fabricación y utilización en el libro de Barone GuíA PRÁCTICA, tomo que desarrolla la fase operativa de los conceptos expuestos en NuEVo HuMANo.
2 Está planificado que a partir de las próximas publicaciones de la Terapia akáshica, esté disponible este software con su banco de sonidos apto para traducir cualquier texto en curvas sonoras.
Para su tranquilidad, puede estar seguro de que no provocarán ningún daño en ellas3 , ya que todas las técnicas de la Terapia akáshica son autoprotegidas y se desactivan si se estima que pueden llegar a generar algún desequilibrio. Solo las personas que las necesitan recibirán las energías contenidas en los sonidos... y, como suele repetir Eric Barone, « ¡nunca encontré a alguien que no las necesite!»
MARIO PAUTASSO (terapeuta akáshico)