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LIBROS V Y VI


INTRODUCCIÓN

Teniendo en cuenta la pujanza política que Roma había alcanzado en época de Estrabón (64 a. C.-post 24 d. C.), convertida ya en capital de un Imperio que dominaba el Mare Nostrum , nuestro autor dedicó dos libros de su Geografía , el V y el VI, a la descripción de Italia, considerada ya como una única entidad política y geográfica que incluía las islas vecinas. Probablemente, este hecho, la importancia de Roma, presente en buena parte de la literatura griega del primer siglo de la era cristiana —centralidad que, por otra parte, había acuñado ya Polibio en sus Historias —, explica que, frente a otros libros del autor netamente geográficos, los dedicados a Italia adquieran un tono especialmente histórico-geográfico. En realidad, el conjunto de su Geografía se organiza en torno a la descripción de los principales países en relación con el mundo romano.

Por otro lado, la división en dos libros no parece responder a un principio temático sino a una mera cuestión de espacio, si bien, observamos, que ello le permite dedicar, en el libro VI , una mayor atención a las zonas más propiamente «helenizadas» de Sicilia y de la Magna Grecia. En todo caso, es evidente la continuidad temática y geográfica entre ambos libros y el carácter complementario del segundo libro respecto del primero.

Así pues, la descripción político-geográfica de Italia se organiza siguiendo un esquema de Norte a Sur:

V 1, 1-3:Italia, etimología, medidas y formas del país.
V 1, 4-12:llanura del Po.
V 2, 1-9:Liguria, Etruria e islas de Elba, Córcega y Cerdeña.
V 2, 10:Umbría.
V 3, 1:la Sabina.
V 3, 2-13:el Lacio y Roma.
V 4, 1-2:el Piceno del Adriático y centro de la península.
V 4, 3-13:Campania, Samnio y picenos del Tirreno.
VI 1, 1-3:Lucania.
VI 1, 4-15:Brutia.
VI 2, 1-11:Sicilia e islas vecinas.
VI 3, 1-8:Yapigia.
VI 3, 9-11:costa del Adriático entre Bari y el Piceno.
VI 4, 1-2:conclusión, razones geográficas para la supremacía política de Roma.

El planeamiento de Norte a Sur parece remontarse a Polibio quien tomaba como eje de su descripción la cordillera de los Apeninos: Liguria, Etruria, Umbría (cf. II 14-16); a continuación, Lacio, Campania, Samnio y Daunia —en Estrabón llamada también Yapigia—, finalizando en el estrecho de Sicilia (cf. V 4, 3). No obstante, nuestro autor tiene también en cuenta las divisiones territoriales establecidas por Augusto en torno al 6 d. C. a la hora de establecer los límites entre ellas e indicar la acepción contemporánea, como en el caso de Apulia por Daunia.

Sin embargo, como hemos señalado, la obra no se limita a una mera descripción geográfica. En efecto, a medida que se van describiendo las diferentes regiones del país, se muestra el proceso de expansión de Roma por la península itálica. Este hilo argumental culmina, al final del libro (VI 4, 2), en una conclusión que resume las condiciones naturales y geográficas más notables de Italia que explican, desde la perspectiva de Estrabón, su devenir histórico como base de un Imperio. Asimismo, el espíritu moralizante de la literatura de la época explica sus consideraciones finales sobre el buen gobierno de los primeros emperadores, Augusto y Tiberio, que justifica la pujanza romana frente a otras potencias en declive y sometidas al poder romano.

En cierto modo, a través de estas notas geográficas puede reconstruirse, en parte, una historia de Italia y de los pueblos que la habitaron, desde los orígenes más remotos hasta el 18 d. C., que ha de ser considerado el terminus ante quem para estos libros, y probablemente para el conjunto de la obra, fecha que coincide con las conversión en provincia romana de Capadocia tras la muerte, en el 17, del rey Arquelao y que Estrabón incluye dentro de una serie de acontecimientos históricos relevantes acaecidos «recientemente» (VI 4, 2).

Como consecuencia de este tono próximo a lo historiográfico, para la composición de los dos libros de Italia nuestro autor, que se enmarca en una época de notable erudición y de exhaustiva utilización de fuentes bibliográficas, llevó a cabo su obra combinando el empleo de fuentes historiográficas junto a las más propiamente geográficas. Las más importantes, sin duda, Polibio, Posidonio y Artemidoro, a los que cita directamente (cf. por ej., V 1, 3; 1, 8; 2, 6).

Por orden cronológico la primera fuente es Polibio. Además de su influencia en la organización de la obra siguiendo una narración de Norte a Sur, hubo de ser determinante el principio del sometimiento del mundo habitado al poderío romano desde la Primera Guerra Púnica en el 264 a. C., hasta la destrucción de Cartago y Corinto en el 146, símbolo de la caída de las dos entidades rivales de Roma más pujantes hasta entonces, la griega y la cartaginesa. Por otra parte, el fragmentario libro XXXIV, que se habría ocupado de la arqueología de Italia y de la descripción geográfica del país, habría tenido una importancia capital en nuestro autor.

Para los acontecimientos subsiguientes a Polibio, Estrabón siguió a Posidonio de Apamea quien, en sus desaparecidos cincuenta y dos libros de historia, habría tratado los acontecimientos históricos subsiguientes a Polibio, precisamente desde el 146, hasta llegar a la dictadura de Sila en el 81. Se conjetura también su autoría de una Historia de Pompeyo , de la que procederían datos de la época del triúnviro.

La Geografía perdida de Artemidoro debió de ser su fuente más consultada. No en vano, además de contener datos históricos comprendidos entre el 130 y el 90 a. C., lo que le permitía contrastar sus informaciones con las de Posidonio, su carácter principalmente geográfico le ofrecía un amplio repertorio de datos de lugares, con toda suerte de medidas de distancias en estadios romanos —frente a los griegos de Polibio—, además de un tipo de descripción en periplo que resultó especialmente útil para un territorio como el de Italia y las islas.

En cuanto a otras fuentes que nuestro autor cita directamente (cf. Índice de nombres propios ), se ha sugerido su utilización indirecta a través, sobre todo, de Artemidoro y Posidonio. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, aunque este método de trabajo es bien reconocible en estos autores y en Estrabón, no parece aventurado considerar la consulta directa de fuentes de gran autoridad.

Tal es el caso, de la desaparecida Historia Universal de Éforo de Cime quien, en sus treinta libros, se habría ocupado de la historia de las ciudades de Grecia desde el «retorno de los Heraclidas» hasta el 341 a. C. Los temas de mitos y leyendas, geografía y etnografía, historia política y militar, se dejan notar en la Geografía , especialmente, en nuestro caso, en lo referente al origen de las colonizaciones griegas en Italia y las islas, y ciudades de procedencia.

La obra perdida de Timeo de Tauromenio, se habría ocupado de la Historia de Sicilia desde los tiempos más remotos hasta el 264 a. C. (la Primera Guerra Púnica con la que comienza el relato de Polibio), incorporando toda clase de breves noticias históricas y leyendas relacionadas con ellas. Aunque se puede admitir que la mayor parte sean tradiciones indirectas recogidas por Estrabón —se propone a Posidonio como principal receptor—, la adecuación de su contenido a los libros V y VI hace impensable que no haya sido consultada más directamente: en particular, Timeo se habría detenido en las localidades de la Magna Grecia, de la costa del Tirreno y del Adriático cuyo comercio, por otra parte, controlaba Siracusa en el siglo IV a. C.

Sin poder precisar el grado de conocimiento directo, hubo de ser apreciable la impronta de Antíoco de Siracusa, historiador del siglo v a. C. quien, en los desaparecidos nueve libros de su Historia de Sicilia (Sikeliká) y en el Sobre Italia , pasa por haber sido el primero en ocuparse de la historia del mundo griego occidental ampliando las más escasas informaciones de Heródoto sobre este área del ámbito griego, aunque se inspiraba en su modelo historiográfico. No cabe duda de la importancia de esta fuente para los orígenes de Italia y las colonias griegas de Sicilia y de la península itálica.

Finalmente, nos detenemos en Apolodoro de Atenas, cuyo Catálogo de las naves , citado en VI 1, 13, constituía una suerte de «Historia» desde la caída de Troya, de la cual procederían noticias legendarias de Grecia ligadas a las colonizaciones más primitivas de Italia.

Asimismo, teniendo en cuenta la temática itálica y romana de los libros V y VI, cabe esperar la utilización de alguna fuente romana, a las que además alude nuestro autor. En primer lugar, Fabio Píctor (citado en V 3, 1), el primer analista romano, aunque había escrito su obra en griego, autor de gran importancia para el relato de los orígenes más remotos del mundo romano. En segundo lugar, Estrabón se refiere en ocasiones a un «corógrafo» (cf. Índice de nombres propios) , que se identifica con Marco Vipsanio Agripa, autor de una Corografía o Commentarii en la que se ocuparía de la descripción del Lacio, incluyendo una cartografía, lo que explica la presencia ocasional en la obra de Estrabón de distancias expresadas en millas romanas. Por otra parte, debió de contener también información sobre las Guerras Púnicas y las luchas civiles entre Mario y Sila, informaciones que habrían llegado hasta el 12 a. C., lo que completaba el panorama cronológico hasta época de nuestro autor.

Junto a la exhaustiva utilización de fuentes escritas, la composición de los libros V y VI se vio notablemente enriquecida por las estancias de Estrabón en Italia. En concreto, está contrastado un primer viaje a Roma en el 44 a. C. para completar su educación. Se admite, en general, la realización de un viaje al sur de la península y visitas posteriores a la ciudad hasta el 14 d. C. Ello explica las noticias de descripciones personales fácilmente reconocibles: sobre Populonia (V 2, 6), Tarracina (V 3, 6), el Campo de Marte romano (V 3, 7-8), la noticia de construcciones recientes en la región de Nápoles (V 4, 9), la descripción del templo de Venus Ericina en Roma (VI 2, 5), la noticia sobre la ejecución del bandido Seluro únicamente recogida en su obra (VI 2, 6), la descripción de Tarento (VI 3, 1) y el estado del Imperio a comienzos del reinado de Tiberio (VI 4, 2).

NOTA BIBLIOGRÁFICA

Siguiendo los criterios editoriales, la presente traducción prescinde, tanto en este apartado como en las notas a pie de página, de referencias bibliográficas especializadas. No obstante, dada la amplitud de la información que nos transmite Estrabón y el hecho de que sea Italia el objeto del relato de los libros V y VI, además con especial dedicación a la presencia griega en la región, nos parece oportuno adjuntar, para el lector en general, unas referencias bibliográficas básicas que incluyen obras de consulta general para temas de la historia de Grecia y Roma y de sus respectivas literaturas, así como otras herramientas bibliográficas útiles para una rápida consulta del gran número de nombres geográficos y de personajes históricos y míticos que contiene el texto. Finalmente, se advierte que no se incluyen las referencias más concretas que aparecen en las notas de traducción pertinentes.

Para las informaciones generales relativas a la historia de Grecia se recomienda:

K. J. BELOCH , Griechische Geschichte , Estrasburgo-Berlín-Leipzig, 1912-1927, especialmente los vols. I.1-IV.2 relacionados con el periodo histórico que abarca nuestro autor.

N. G. L. HAMMOND , A History of Greece to 322 B. C ., Oxford, 1967, con amplia información sobre la presencia griega en Italia y las islas.

O. MURRAY , Historia del mundo antiguo: Grecia Arcaica , Madrid, 1988 [Glasgow, 1980], de gran utilidad para el periodo indicado en el título y con gran atención a las fuentes clásicas.

F. W. WALBANK , Historia del mundo antiguo: el Mundo Helenístico , Madrid, 1985 [Glasgow, 1981], con similar disposición al anterior y con especial atención a Polibio una de las fuentes principales de Estrabón.

En último lugar, es recomedable, con carácter particular para el tema de la colonización griega, el estudio de:

J. BÉRARD , La colonisation grecque de l’Italie méridionale et de la Sicile dans l’antiquité , París, 1957 [19411 ].

Los acontecimientos históricos de los periodos helenístico e imperial son contemplados por Estrabón desde una perspectiva predominantemente romana, cuya expansión marca el hilo conductor de los dos libros traducidos. Al respecto véase:

A. MOMIGLIANO , A. SCHIAVONE (dirs.), Storia di Roma , Turín, Einaudi: I: Roma in Italia , 1988; II, 2: L’impero Mediterraneo. I principi e il mondo , 1991; II, 3: L’impero mediterraneo. La cultura e l’impero , 1992; IV: Caratteri e morfologie , 1989.

J. M. ROLDÁN , Historia de Roma. I: La República romana , Madrid, Cátedra, 1991.

—, Historia de Roma , Universidad de Salamanca, 1995.

—, J. M. BLÁZQUEZ , A. DEL CASTILLO , Historia de Roma. II: El Imperio romano , Madrid, Cátedra, 1995.

No obstante, desde un punto de vista cronológico, se debe puntualizar que el autor atiende, en concreto, a los orígenes de Roma, periodo arcaico, República e imperio de Augusto, finalizando con una breve referencia a su heredero Tiberio. En este sentido destacamos el trabajo de:

T. J. CORNELL , Los orígenes de Roma (c. 1000-264 a.C.). Italia y Roma de la Edad del Bronce a las Guerras Púnicas , Barcelona, Crítica, 1999 [= The Beginnings of Rome. Italy and Rome from the Bronze Age to the Punic Wars (c. 1000-264 BC) , Londres, Routledge, 1995].

En cuanto a los temas de carácter literario, en la obra de Estrabón cobra especial relevancia la utilización de fuentes historiográfícas griegas, respecto de lo cual se ha seguido, con carácter general, las obras de:

O. LENDLE , Einführung in die griechische Geschichtsschreibung , Darmstadt, 1992.

K. MEISTER , La storiografia greca , Roma-Bari, 1992 [Stuttgart-Berlín-Colonia, 1990].

Para el estudio de la geografía en el Mundo Antiguo resulta recomendable la consulta de:

G. AUJAC , La géographie dans le monde Antique , París, 1975.

P. PÉDECH , La géographie des Grecs , París, 1976.

Con atención a la obra de Estrabón, en particular, seleccionamos:

W. ALY , Strabonis Geographica , Bonn, 1957; id., Strabon von Amaseia. Untersuchungen über Text, Aufbau und Quellen der Geographika , Bonn, 1957.

A. M. BIRASCHI et alii, Strabone. Saggio di bibliografia 1469-1978 , Perusa, 1981.

Por otro lado, la referencia a autores y fuentes latinas es, sin duda, sensiblemente menor. Además, nuestro autor se sirve principalmente de autores que escribieron sus obras en griego en el periodo arcaico, en particular de los primeros analistas. En todo caso, y para mayor información, remitimos a los siguientes manuales:

M. VON ALBRECHT , Geschichte der römischen literatur von Andronicus bis Boethius , Berna-Múnich, 1992 [Historia de la literatura romana , Barcelona, 2 vols., 1997 y 1999].

M. BETTINI et alii, Storia della Letteratura Latina. Antropologia e cultura romana , Florencia, 1996.

C. CODOÑER (ed.), Historia de la literatura latina , Madrid, 1997.

Finalmente, teniendo en cuenta la frecuencia y variedad temática de las referencias del autor, nos parece también de utilidad para el lector la rápida consulta de dicionarios enciclopédicos, guías y atlas para una primera información:

F. BELTRÁN , F. MARCO , Atlas de Historia Antigua , Zaragoza, 1987.

W. BUCHWALD , A. HOHLWEG , O. PRINZ , Tusculum-Lexikon griechischer und lateinischer Autoren des Altertums und des Mittelalters , Múnich, 1982 [= Tusculum-dictionnaire de auteurs grecs et latins de l’Antiquité et du Moyen Âge , París, 1992; ad. rev. y actualizada].

F. DELLA CORTE , Dizionario degli scrittori greci e latini , 3 vols., Milán, 1987.

P. GRIMAL , Diccionario de mitología griega y romana , Barcelona, 1981 [París, 1951],

G. HACQUARD , Guide Romain Antique , París, 1952 [Guía de la Roma Antigua , Madrid, 1995].

M. C. HOWATSON (ed.), Oxford Companion to Classical Literature , Oxford, 1989 [2.a ed. sobre la ed. de P. Harvey de 1937 = Diccionario de la Literatura Clásica , Madrid, 1991].

NUESTRA TRADUCCIÓN

En último lugar, anotamos las ediciones que incluyen el texto griego y que hemos seguido para la realización de nuestro trabajo:

H. L. JONES , The Geography of Strabo , vols. II (books III-V) y III (VI-VII), Cambridge (Mass.), 1988 [repr.].

F. LASSERRE , Strabon. Géographie , vol. III (Livres V-VI), París, Les Belles Lettres, 1967.

No cabe duda de que la edición francesa de Laserre resulta más fiable para el seguimiento del texto griego. Asimismo, la breve pero certera introducción, el rigor de las abundantes notas a la traducción y el apoyo de mapas y léxico facilitan el trabajo del filólogo.

Por nuestra parte, el trabajo que tiene el lector en sus manos vierte por primera vez en la lengua española la traducción de los dos libros relativos a Italia (V-VI), de capital importancia para el estudioso del mundo clásico, historiadores y filólogos en igual medida. El proyecto de la Biblioteca Clásica Gredos, felizmente, suplirá, tras su culminación, un vacío apenas cubierto por los trabajos parciales como los de A. GARCÍA BELLIDO , España y los españoles hace dos mil años según la Geografía de Estrabón , Madrid-Buenos Aires, 1945, con traducción y comentario, y de A. SCHULTEN , La Geografía de Iberia , Barcelona, 1952, con edición, traducción y comentario, que respondieron más al interés local por el libro III dedicado a la península Ibérica.

VARIANTES TEXTUALES


Geografía. Libros V-VII

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