Читать книгу El reto energético - Fernando Sapiña Navarro - Страница 5
Оглавление—¿Qué es lo que podrá encontrarse para sustituir al carbón? ¿Puede usted imaginarlo, señor Cyrus? –preguntó Pencroff.
—Sí, más o menos –repuso el ingeniero.
—¿Qué podrá quemarse en vez de carbón?
—El agua –dijo Cyrus Smith
—¿Agua? ¿Agua para calentar las calderas de los vapores y de las locomotoras? ¿Agua para calentar el agua? –dijo Pencroff.
—Cyrus Smith respondió:
—Sí, pero agua descompuesta en sus elementos constitutivos, y descompuesta, sin duda, por la electricidad, que se habrá convertido entonces en una fuerza poderosa y manejable, pues todos los grandes descubrimientos, por una ley inexplicable, parecen concordar y completarse en el mismo momento. Sí, amigos míos, yo creo que el agua será empleada algún día como combustible, que el hidrógeno y el oxígeno que la constituyen, utilizados aislada o simultáneamente, suministrarán una fuente de luz y de calor inagotables, dotada de una intensidad de la que carece la hulla. Algún día, los pañoles de los vapores y los ténderes de las locomotoras irán cargados de esos dos gases comprimidos, que se quemarán en las calderas con una enorme potencia calorífica. Así pues, nada hay que temer. Mientras la tierra esté habitada, dará satisfacción a las necesidades de los habitantes. Éstos nunca carecerán de luz ni de calor, como tampoco de las producciones de los reinos vegetal, mineral y animal. Creo que cuando se agoten los yacimientos de hulla, se obtendrá el calor con el agua. El agua es el carbón del futuro.
—Me gustaría verlo –dijo Pencroff.
—Te has descolgado demasiado pronto para eso, Pencroff –dijo Nab, en su única intervención en la conversación.
JULIO VERNE (1874): La Isla Misteriosa,
Madrid, Alianza Editorial, 1998.