Читать книгу La biblioteca escolar - Gemma Lluch - Страница 6

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1. Razones para incorporar criterios de selección

Atendiendo a la oferta de materiales de lectura, a los propósitos de esta y a la función de la biblioteca escolar; a continuación, te damos cinco razones para incorporar criterios de selección a la hora de valorar qué contenidos y materiales formarán parte de la biblioteca escolar.

1.1 Primera razón: el canon oculto

A pesar del volumen de títulos editados al año, podríamos hacer una revisión de los que aparecen en las bibliotecas escolares o públicas más próximas a tu lugar de trabajo y, seguramente, comprobarás cómo se repiten una serie de títulos, ¿te has preguntado por qué ocurre esto? Los han recomendado docentes que no se conocen, ¿por qué? Porque, de manera consciente o no, usan unos criterios que los llevan a elegir libros similares.

Decimos que estas obras forman parte del canon oculto porque no se explicita qué criterios se han utilizado, por qué se han escogido y con qué finalidad.

Un ejemplo muy claro es el que expone Anne Lundin en la investigación que realiza sobre la importancia de las bibliotecarias norteamericanas en la fijación del canon. Lundin afirma que, a lo largo de la historia, estas profesionales han tenido una parte importante de responsabilidad en la creación del canon oculto, porque son quienes eligen los libros que se compran y, por tanto, que se recomiendan en estas bibliotecas.

Curiosamente, cuando seleccionaban los libros para los adultos especificaban los criterios que utilizaban para la selección de los fondos o por qué lo hacían. En definitiva, trabajaban con unos criterios.

Pero el bibliotecario que se dedica al libro infantil actúa de manera diferente porque asume este espacio como propio, no del lector. Es decir, la biblioteca infantil funciona como un lugar desde el que se fomentan la moralidad y los modales a través de la lectura. La colección se transforma en un microcosmos de literatura valorada y validada, una especie de agencia de formación cultural y social cuya función es seleccionar los libros adecuados para las mentes infantiles. Lo que nos tenemos que plantear es: ¿qué significa que una lectura es adecuada para las mentes infantiles y, por tanto, forma parte de la biblioteca escolar?

1.2 Segunda razón: el canon literario

«¿Qué es el canon literario? Responderé de una manera sencilla y práctica: una lista o elenco de obras consideradas valiosas y dignas por ello de ser estudiadas y comentadas» (Sullà 1998: 11).

Una constante histórica de la crítica literaria ha sido el estudio de los rasgos que definen una obra como literaria frente a otra que no lo es. Justamente, los libros que cumplen con estos rasgos son los que forman el canon.

De hecho, siguiendo a Llovet (2005: 90), establecer un canon significa recurrir a una vara de medir que se basa en tres cuestiones:

 1. La autoridad que la tradición ha consolidado a lo largo del tiempo de una manera sólida.

 2. La experiencia aquilatada y diacrónica de distintas y múltiples clases de lectores a lo largo de la historia de la humanidad.

 3. La capacidad que tienen unos pocos textos de «generar» interpretaciones que se van acumulando a lo largo del tiempo y en circunstancias sociales, culturales, políticas e ideológicas diferentes.

Tradicionalmente, se ha utilizado el término literario para hacer referencia a este tipo de obras que incluirían, por ejemplo, La Divina Comedia, Romeo y Julieta o Don Quijote de la Mancha. Más recientemente, se han ido introduciendo otros términos que acompañan a la palabra canon. Lo que nos interesa en este libro es: «canon infantil» y «canon escolar».

Por canon escolar entendemos la lista de libros que se leen en las escuelas. Pero, es necesario analizar qué criterios son los que se utilizan para seleccionarlos, qué objetivo y qué funciones cumplen.

Refiriéndose a la enseñanza de la literatura y a los libros que se seleccionan para conseguir este objetivo, Cerrillo (2007: 70-71) afirma que:

«El canon escolar debería ser el resultado de un amplio y detenido debate sobre cuáles son las obras literarias más apropiadas por su calidad literaria, por su adecuación a los intereses de los lectores según su edad, por su capacidad para la educación literaria de los mismos […] el canon escolar de lecturas debiera ser una parte importante del programa lector de cada centro educativo».

Aunque el docente Cerrillo no obvia la dificultad de establecerlo (2007: 64) cuando afirma que toda selección es una elección que se hace en un contexto y en un momento histórico y de la que forma parte el punto de vista de quien selecciona.

1.3 Tercera razón: los libros para la diversión

Cada vez más, los libros llamados paraliterarios (Lluch 2005), comerciales o populares entran en las bibliotecas escolares y en las lecturas escolares. Son relatos con unas características específicas y requieren valoraciones y tratos diferentes.

Es importante recordar que los relatos comerciales han funcionado, sobre todo, deslocalizados de la escuela y se caracterizan por el mestizaje o la fusión entre diferentes modelos narrativos.

Un buen relato comercial es el que gusta y engancha, motiva la lectura cumpliendo las reglas del género, no engaña porque da lo que promete: diversión y entretenimiento. Otra cuestión tiene que ver con la incorporación de este tipo de relato al currículum, sustituyendo la lectura literaria y su análisis. En el capítulo 6, presentamos los criterios que permiten reconocerlos para poder evaluarlos y elegir los que son adecuados a cada finalidad lectora.

1.4 Cuarta razón: la lectura para informarnos

Aunque lo más habitual es relacionar lectura y libro con relato literario, los documentos que tienen la finalidad de informar y enseñar tienen una gran importancia en la biblioteca escolar.

No solo son los libros. Los sitios webs de instituciones o bibliotecas, los blogs de científicos o divulgadores, las revistas, la prensa escrita en papel o en pantalla, los audiovisuales o los audioposts son materiales ricos que deben formar parte de la biblioteca.

En este caso, el papel del bibliotecario o del mediador no será solo facilitar a los alumnos un sitio web o un blog, sino sobre todo ofrecer criterios para que la información que buscan sea fiable, para que el camino que emprendan sea sencillo y no se pierdan.

Dada la complejidad de este tema, hemos dedicado dos capítulos a desarrollar estos aspectos: el 4 se centra en los materiales y documentos para la información y el aprendizaje, mientras que el 7 propone criterios que es necesario tener en cuenta cuando navegamos por internet.

1.5 Quinta razón: lecturas para una biblioteca inclusiva

Cuando hablamos de la necesidad de valorar lecturas en la biblioteca escolar, hablamos de utilizar criterios de selección compartidos que nos permitan llegar a los mejores materiales para que cada lector, independientemente de las condiciones de salida, crezca como individuo y conozca la cultura de la que forma parte.

Las mejores lecturas de la biblioteca escolar son aquellas que proporcionan la libertad y el conocimiento suficientes para que los lectores sean capaces de elegir las lecturas propias, dialogar con aquellas que nuestros antepasados nos han legado, discernir lo obvio de lo interesante, el plagio del original; aquellas que les posibilitan abstraer en busca de modelos, dialogar con otros autores y otras voces, pensar la propia vida, etc. En definitiva, valorar los materiales que se ofrecen en la biblioteca, usando criterios de selección compartidos, es útil para que los niños y los jóvenes accedan a lecturas de calidad.

Los criterios se refieren a todo tipo de lecturas en todo tipo de formatos, no solo al libro. Seleccionar, divulgar y destacar las mejores propuestas tiene el efecto de cualificar la oferta, estimular el mercado, fortalecer la creación literaria y de otros textos dirigidos a niños y jóvenes.

Seleccionar lecturas de calidad transforma a los estudiantes en lectores activos y cooperadores.

Una buena lectura apela a la imaginación para ampliar el universo del lector, desarrolla la sensibilidad y posibilita el encuentro con aspectos ocultos de la realidad. Es una fuente de conocimiento que permite a los lectores organizar sus percepciones sobre el entorno y dar sentido a sus emociones.

Además, genera un lector activo y cooperador, dispuesto a interpretar el significado de las imágenes y a transformar sus concepciones sobre el mundo y su propia vida. La lectura facilita al lector una mente estructurada que rebasa las simplificaciones y entiende la creación literaria como una invitación a la sutileza, tan necesaria para descubrir las formas que adquiere la verdad en la ambivalencia del lenguaje.

Todas las lecturas que son capaces de conseguir los objetivos anteriores tienen una característica en común: la calidad, la asunción de criterios que marcan la excelencia y tienen en cuenta la equidad. Lecturas accesibles para todos.

Defendemos que una biblioteca escolar debe seleccionar sus materiales siguiendo unos criterios claros y conocidos por toda la comunidad escolar, que puedan mostrarse y defenderse o atacarse.

Si no lo hacemos así, la selección puede responder al gusto de una persona o a los intereses de una editorial o una empresa. No podemos olvidar que las empresas que trabajan las lecturas también tienen sus criterios, aunque a menudo no los explicitan.

Las bibliotecas forman parte de una comunidad, muchas veces utilizan fondos públicos y es importante dar cuenta de manera clara del trabajo realizado y de las decisiones que se toman.

Proponemos el uso de criterios compartidos porque esto produce información transparente, sistemática, discutible y permanente sobre títulos, autores, ilustradores o temas.


1.6 Los criterios que sustentan una buena colección

Se han expuesto las diferentes razones para leer este libro y también la necesidad de contar con unos criterios que nos orienten al elegir contenidos y materiales para construir la colección de la biblioteca escolar. Ahora bien, es importante que recordemos:

Los criterios de selección son una propuesta, un punto de partida discutible. En ningún caso se han de leer como unos criterios cerrados que ahoguen la discusión y cierren las elecciones.

Si lo fueran, acabaríamos reproduciendo las listas cerradas basadas en un canon oculto y no en criterios compartidos, siempre en proceso de discusión, que enriquecen el debate sobre la lectura de calidad y a sus lectores, sean mediadores o no.

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