Desde la más remota antigüedad, el hombre se ha sentido impresionado por las montañas. Las concibió, en principio como morada de los dioses, más tarde como reducto de misterios y amenazas y solo mucho más adelante se atrevió a emprender su descubrimiento. A partir de ese momento, la historia de la relación entre la montaña y el hombre se precipita: se suceden las conquistas, las hazañas… pero también las tragedias, que son su precio. Numerosos alpinistas han escrito páginas gloriosas o patéticas. Sus relatos poseen la emoción de la aventura y el valor del testimonio. Ahora bien, entre los muchos libros que se han publicado sobre las epopeyas del alpinismo, pocos tan singulares como «La montaña y el hombre» de Georges Sonnier.
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Georges Sonnier. La montaña y el hombre
LA MONTAÑA Y EL HOMBRE
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
NACIMIENTO DE LA MONTAÑA
EL HOMBRE EN LA MONTAÑA
MONTAÑA MITOLÓGICA, MONTAÑA SAGRADA
ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA
EL CAMINO DE ANÍBAL
PRIMER DESTELLO
LA MONTAÑA, REFUGIO Y ORIGEN DE LAS LIBERTADES
EL PASO DEL POETA
EPISODIOS
ENCUENTROS FALLIDOS
UNA CIERTA MIRADA…
LOS MONTES «FEOS»
INVENCIÓN DE LA MONTAÑA EN EL SIGLO XVIII
NACIMIENTO DEL ALPINISMO
SAUSSURE Y EL MONT BLANC
DEL MONT BLANC AL CERVINO (1786-1865) I. — ALREDEDOR DEL MONT BLANC
II. — EXTENSIÓN PROGRESIVA
III. — LA GRAN CONQUISTA
WHYMPER, CARREL Y EL CERVINO
I.— LA MONTAÑA
II.— LOS HOMBRES
III.— LAS TENTATIVAS
IV.— LA CONQUISTA
V.— EL ULTIMO ACTO
VI.— LAS CONSECUENCIAS
LA MEIJE
UN COLECCIONISTA DE CIMAS: W. A. B. COOLIDGE
MUMMERY Y EL ALPINISMO ACROBÁTICO
EL ALPINISMO EN EL SIGLO XX
DESPUÉS DE MUMMERY…
UNA MIRADA AL PERÍODO DE ENTREGUERRAS
EL HIMALAYA
LOS «ULTIMOS GRANDES PROBLEMAS»
NUEVAS TENDENCIAS
NUESTRA POSGUERRA O LA CONQUISTA DE LO IMPOSIBLE
LA CONQUISTA DE LOS OCHOMILES
¿Y AHORA…?
EL ALPINISTA, O LA MONTAÑA Y EL HOMBRE
NOTA
Índice
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GEORGES SONNIER
Traducción de Federico Revilla
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Agustín es, sin duda, un gran santo. Pero ¿acaso es verdaderamente necesario, para conocernos, dejar de ver el mundo que nos rodea? Por el contrario, ¿no puede su contemplación ser la mejor incitación a la vida interior, por poco que se tenga vocación para ella? ¿No son varios los caminos del conocimiento? Otros santos de la Iglesia, y no los menores, han respondido afirmativamente. Toda la importancia reside aquí en la mirada y en el corazón del hombre. Petrarca quiso en principio ver el mundo desde lo alto de la montaña, y luego quiso no verlo, pero sin dejar nunca de ser fiel a sí mismo: continuó persiguiendo un único y mismo objetivo, aunque por un camino opuesto. Pero dejemos esta cuestión, dictada por el gusto de la contemplación en cuanto alimento espiritual. El poeta, pues, inició el descenso, cuya última parte recorrió al claro de luna, y llegó a Malaucène agotado pero feliz. Aquella misma noche escribió la bellísima y larga carta al Padre Dionisio de Borgo San Sepolcro en que narra su ascensión.11 ¿Tuvo el espíritu intacto en un cuerpo exhausto verdaderamente energías para escribirla inmediatamente? ¿O no sería al día siguiente, o un poco más tarde.? Es una cuestión harto secundaria. Mejor será que escuchemos al poeta en su inspirado comentario:
Las pruebas que has soportado tantas veces en el día de hoy has de saber que las has encontrado también en la búsqueda de la felicidad. La vida que llamamos feliz está situada en un lugar elevado.12 Un camino estrecho conduce a ella. Muchas escarpaduras cortan ese camino y es preciso avanzar de virtud en virtud, por unos peldaños que ascienden. En la cumbre está el objetivo supremo.13 Todo el mundo quiere llegar a él; pero, como dice Ovidio, querer es poco: para triunfar es preciso desear apasionadamente.14