Читать книгу El pueblo en movimiento - Gloria De La Fuente - Страница 5

Prólogo

Оглавление

Partimos este proyecto mirando la experiencia de reflexión que tuvimos en 2012, cuando quisimos entender, en sus múltiples aristas, el movimiento estudiantil de 2011 y 2012. Fue por esos años que editamos un libro llamado El pueblo unido… Mitos y realidades sobre la participación ciudadana en Chile (Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2013), inspiradas en las significativas movilizaciones sociales que había vivido Chile. Entendiendo que la construcción de conocimiento es siempre una tarea colectiva, invitamos a participar a diversos cientistas sociales para que expusieran su diagnóstico y propuestas para avanzar en participación ciudadana en Chile. En el prólogo citábamos a Norbert Lechner “cuando las satisfacciones ofrecidas por la transición y modernización económica se agotan, salen a la luz las tensiones entre política y cultura”1. Pasados siete años de esa experiencia, partimos una nueva aventura, convencidas que estas tensiones no se resolvieron con aquellas movilizaciones ni con los procesos electorales posteriores y, al revés, se mantuvieron en estado de latencia e incluso, se transformaron en dilemas político-institucionales cada vez más profundos que no se lograron procesar adecuadamente. Entendimos así que el estallido social y su significado, por tanto, no era que no lo vimos venir, sino que ignoramos por mucho tiempo las señales inequívocas que se empezaron a manifestar y que terminaron con las movilizaciones más significativas que ha tenido Chile. Pero como ha ocurrido en la historia de la humanidad, hechos inesperados cambiaron drásticamente nuestra realidad, como nos señalaba Albert Camus en La Peste “ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y, sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas”. Así nos pasó, mientras todos nuestros esfuerzos estaban puestos en la reflexión sobre el proceso constituyente que se abría y que tendría su primer hito en el mes de abril de 2020, de pronto llegó la amenaza de la peor pandemia que ha azotado a la humanidad desde 1910 con la llamada “peste española”. Hasta el cierre de este libro millones de seres humanos del planeta se encuentran con cuarentena o aislamiento social, voluntario u obligatorio, para intentar parar la pandemia sin ninguna certeza del tiempo que durará el confinamiento ni del logro del objetivo propuesto. Estamos en tiempos de incertezas y temores.

Sin embargo, y aun cuando es anticipado realizar cualquier tipo de análisis sobre los impactos que tendrá esta pandemia no sólo en nuestro país, sino que, en el mundo, creemos que muchos de los temas que se plantearon en el estallido social en Chile, cobran un nuevo significado en este desconocido contexto.

En efecto, estamos frente a esos momentos particulares del desarrollo de la sociedad, de los sistemas políticos y de la democracia, donde aquello que tuvo sentido en el pasado reciente, parece empezar a vaciarse de significado o requiere de nuevas interpretaciones. El debate respecto a la crisis del modelo de sociedad que hemos construido puede ser entendida bajo esta mirada.

Una de las primeras lecciones que nos ha dejado esta pandemia es que las y los ciudadanos, enfrentados a la vulnerabilidad en los sistemas políticos y sociales de los que son parte, no tienen posibilidad siquiera de hacer frente a una situación tan adversa como la que enfrentamos. No es lo mismo, sin duda, pensar en un sistema donde el foco de la acción pública está puesto en las personas y sus vidas, a uno donde el valor fundamental que se busca defender es la preservación del capital, pese a que esto tenga costos en vidas humanas. Volvemos, entonces, a un tema que recorre este libro: la desigualdad, en sus múltiples dimensiones, así como también el rol de los Estados, el valor de lo público y la necesidad de soluciones globales de cooperación por sobre nacionalismos extremos para ser frente a un problema planetario.

Pudimos optar por reescribir desde el oportunismo que implicaba reinterpretar estas páginas con una nueva coyuntura crítica, ahora, mundial. Pero no creemos que sea posible desde un buen y honesto ejercicio intelectual –entendiendo por ello la pregunta más profunda respecto a la distribución del poder- hacerlo ahora, sino que creemos que es necesario volver a pensar la sociedad que queremos construir después de esta crisis, porque entendemos que las preguntas que son fruto del estallido social en Chile volverán, tan inevitablemente como el “Día de la Marmota” a acompañarnos una y otra vez y, ahora, con más fuerza, cuando todo esto pase.

¿Qué pasó en este tiempo que parece que viviéramos un eterno retorno? El sistema político no fue capaz de actualizar de manera suficiente su institucionalidad, diagnosticar adecuadamente el origen y dar respuesta a las demandas y al malestar ciudadano. En Chile y en el mundo hoy se vuelve a hablar de un nuevo pacto social tal vez los actores y las causas que en Chile estallaron antes de la pandemia, son parte del camino que debemos construir. Requerimos, como dice Manuel Antonio Garretón, avanzar de una democracia expresiva a una democracia deliberativa que nos permita construir una nueva manera de hacer futuro.

Muchas preguntas aparecieron con el estallido social de 2019 y también han vuelto y volverán a emerger con la crisis -primero sanitaria y luego, sin duda social y económica- que traerá la pandemia del Coronavirus. ¿Qué tan relevante será entonces volver sobre la discusión de un nuevo pacto social que ponga al centro romper con la vulnerabilidad de la vida misma? ¿por qué la desigualdad, en sus múltiples expresiones, sigue siendo un tema central?

Creemos que las preguntas sin respuesta que han emergido en estos años serán aún más relevantes cuando podamos volver a retomar el debate constitucional en Chile y la necesidad de construir un nuevo pacto social. Por eso también reafirmamos la convicción que es necesario intentar arribar a un análisis comprensivo que nos dará pistas de cómo enfrentar el futuro, donde, sin duda, nuevas preguntas volverán a surgir. Por lo pronto, queremos ofrecer una batería de preguntas sobre las que inevitablemente tendremos que volver y que no surgieron en Chile porque sí.

Tuvimos un proceso de diálogo constitucional inconcluso durante el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, ¿qué pasó?, ¿cuáles fueron sus resultados?, ¿dónde estuvieron las trabas para sus avances? ¿qué pasó con la canalización de la demanda social de los estudiantes y de las regiones de los años 2011 y 2012?, ¿cómo emerge la tercera ola feminista del 2018 y qué relación tiene con el estallido?, ¿qué sucede con la participación ciudadana y la confianza en las instituciones?, ¿cómo se expresa el malestar y la desconfianza en las instituciones en la participación electoral?, ¿la desigualdad y la falta de justicia social en nuestra sociedad será la clave para comprender lo vivido?, ¿por qué el malestar se expresa como rabia acumulada que tiene al centro el debate sobre la desigualdad y el abuso de poder?, ¿son los jóvenes quienes lideran estas movilizaciones, existe una continuidad en las movilizaciones de los años 2001, 2006 y 2011?, ¿dónde está la violencia y quién la ejerce? Creemos que es un imperativo, para intentar entender el proceso de estos años, lograr comprender las distintas variables y fenómenos que se expresan, que nos permitan tener insumos para analizar el nuevo despertar de Chile y el nuevo paradigma de democracia que debemos construir en el mundo. Queremos revisar desde una panorámica que nos complemente el diagnóstico, pero también avanzar en propuestas para mejorar nuestro sistema político, nuestra convivencia social y efectivamente avanzar en ese deseado nuevo pacto social, porque hoy más que nunca, tenemos la fiel convicción que nada volverá a ser como antes.

De esta forma, el texto comienza con una conversación de las editoras con el premio nacional y connotado sociólogo Manuel Antonio Garretón, donde se aborda una panorámica de cómo se incubó este nuevo despertar de Chile, cuáles son los elementos de continuidad y de cambio, cuáles los elementos globales y propios de la realidad chilena. ¿Es adecuado hablar de estallido social? La conversación se extiende y avanza hasta una completa plataforma que permite mirar con más detalle algunos aspectos del proceso: el rol de los jóvenes y el movimiento feminista, los medios de comunicación y las redes sociales, las posibles salidas a la crisis, el nacimiento de una generación, la violencia en el estallido y las múltiples subjetividades que el proceso ha ido generando, desembocando en un recorrido por la configuración democrática de nuestro país de forma dinámica e interactiva.

Con posterioridad el texto aborda, desde la voz experta y especializada de diversos autores de las ciencias sociales, aristas que ilustran y complementan el cuadro dinámico que se ha configurado en el nuevo despertar de Chile.

Para mirar en perspectiva el origen del estallido social y los caminos de salida institucional, Gloria de la Fuente pone el acento en la erosión del sistema político, los temas no abordados de la crisis social y la importancia del proceso constituyente que se inició en 2019.

Uno de los temas centrales de las consignas que emergió con el estallido social y que estuvo y estará presente permanentemente en el debate público es la desigualdad. En tal sentido la académica y experta Emmanuelle Bazoret aporta una lúcida reflexión sobre la manera de entenderla desde una perspectiva multidimensional.

Si hay algo que fue la tónica de este “despertar” en Chile es la búsqueda desde la ciudadanía de caminos que habiliten la participación ciudadana, lo que se ha observado no sólo en la manifestación en la calle, sino que en el sinnúmero de cabildos que se organizaron a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Asumiendo los déficits en esta materia, a partir de las movilizaciones de 2011, Danae Mlynarz desarrolla un diagnóstico y balance sobre lo acontecido, que nos permite dar luces de aquellos problemas no abordados y que constituyen antecedentes del estallido social.

Después del estallido social, muchos actores del amplio espectro político volvieron a valorar el diagnóstico que llevó al proceso constituyente que inició el gobierno de la ex presidenta Bachelet. Dos artículos de relevantes intelectuales y testigos privilegiados del proceso abordan ese momento ocurrido en 2016 para ver sus aportes y dificultades. El abogado constitucionalista Francisco Soto, que fue miembro del consejo de observadores creado por la ex presidenta, nos permite conocer cómo se desarrolló el proceso y analizar sus principales dificultades. A su vez, el sociólogo Rodrigo Márquez, miembro del equipo sistematizador, analiza los principales resultados del proceso de diálogo constitucional y los aprendizajes para el periodo que se inicia.

En la lógica de la democracia representativa, los procesos electorales y la participación en ellos también han sufrido una mutación en estos años, discusión que es abordada en el artículo del sociólogo Axel Callís.

Del mismo modo, otros aspectos claves de la discusión sobre la desigualdad se expresan en lo territorial y en los déficits de la descentralización en Chile, tema que es abordado por una especialista en estos temas como es Natalia Piergentili.

Pieza esencial en el origen de las manifestaciones y también en la continuidad del malestar expresado en los movimientos del 2006 y 2011 son los jóvenes, protagonistas de una nueva etapa del ciclo político chileno, abordado por el sociólogo Raúl Zarzuri.

Antes incluso del estallido social, el movimiento feminista se había rearticulado dando muestras de su capacidad de acción e incidencia en el debate público. Analizamos la Tercera Ola Feminista, con el aporte de la cientista política Fabiola Berríos.

Así también, el debate de la violencia fue un componente clave en este periodo, pero es preciso tener elementos para lograr clasificarla y entenderla, que es lo que desarrolla el psicólogo René Jofré en su artículo, analizando como esta es una expresión de la rabia y el abuso.

El tema de la seguridad pública ha sido un pilar fundamental del debate durante y después del estallido social, pero muchas veces es abordada desde los lugares comunes y sin hacernos cargo de un tema central, que es cómo ella se vincula con las formas que adquiere la desigualdad. Para retomar este viejo tema siempre presente en la agenda de los últimos años —pero nunca suficientemente tratado—, Eduardo Vergara, un especialista en la materia, nos señala que hablar de seguridad implica necesariamente hablar de desigualdad.

Probablemente nos demoraremos años en comprender la profundidad de la crisis política y social en Chile y lo que consecuentemente será el impacto de una coyuntura crítica mundial como la pandemia que nos azota, pero lo que queremos hacer con esta publicación es entregar una visión comprensiva y multidisciplinaria, a partir de temas que nos parecen insoslayables dentro del complejo entramado de hechos que nos hablan de un fenómeno político y social en Chile que se incubaba hace muchos años y que requerirá de grandes esfuerzos de todos los actores de la sociedad, para poder encontrar caminos que nos conduzcan a procesar la difícil situación por la que atravesamos. Esperamos, en este sentido y después de que los mantos de oscuridad que nos atrapan logren despejarse ser un aporte para la construcción de un futuro que aún nos plantea más preguntas que respuestas.

DANAE MLYNARZ PUIG

GLORIA DE LA FUENTE GONZÁLEZ

El pueblo en movimiento

Подняться наверх