Читать книгу Todas mis palabras son azores salvajes - Gloria Fortún - Страница 29

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¿Por qué no soñarla? No a su costa, no a mi antojo, no a nuestro pesar.

Soñarla recogiendo así el milagro de que cuando llueve en su tejado lo hace también en el mío. Entonces nos decimos qué tormenta tan azul, qué añoranza tan verde, palabras que se evaporan y caen sobre nosotras atravesándonos la ropa.

Soñarla celebrando así que me ama aunque no haga falta, no nos pertenezcamos ni nos necesitemos, o precisamente por eso, por este amor sin descendencia y sin suelo del que nunca sabrán nada nuestros padres muertos.

Soñarla, sí, por qué no, sin inventarla, envuelta en un manto estrellado de irrenunciable verdad, tal y como es conmigo, tal y como no puede ser conmigo, besándome en Oniria, eso sí, con la misma vehemencia con la que no me besa en Realidad.

Y algún día con estupor seremos viejas, no queda tanto, y le diré te he soñado siempre y ella me responderá y quién te crees que te ponía las manos sobre los párpados para que pudieras hacerlo.

Todas mis palabras son azores salvajes

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