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Hace treinta años Colombia cruzó el umbral de la esperanza 1

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Para el título me inspiré en el texto del profesor Fioravanti Maurizio, Constitución: de la antigüedad a nuestros días, donde manifiesta que los griegos sentían un gran temor de vivir en prevalencia de la stasis. Con este término se referían al conflicto social y político originado en la lucha entre ricos y pobres. El temor los lleva a reflexionar sobre formas de organización y gobierno adecuadas, y para ello promueven reformas para dotar a las instituciones de una mayor capacidad de respuesta frente al conflicto y salvar la unidad de la polis. Como estrategia se instaura la eunomia que consistente en el buen orden de la comunidad. En él se expresa el ideal de una resolución pacífica de los conflictos, de una convivencia ordenada y duradera.

A los treinta años de la Constitución de 1991, intentaré demostrar el paso de la stasis, representada en la vigencia de la Constitución de 1886, a la eunomia o tránsito a la instauración del Estado Constitucional y con el cruce del umbral de la esperanza para un país como Colombia que intenta caminar derecha por caminos torcidos.

Conjugar el pasado con el hoy es tarea impostergable, no somos hoy, somos historia y mirarnos desde el origen nos da la posibilidad de identificar, desde el enfoque histórico hermenéutico, los procesos y avatares que el derecho constitucional colombiano ha sufrido en ese largo proceso de desarrollo y consolidación, que cierra el siglo XX con la instauración de un paradigma constitucional que ha transformado no solo las instituciones del Estado, sino que ha vigorizado el papel de una sociedad que poco a poco se empodera mediante la participación y la inclusión de los escenarios de decisión política.

Desde el estudio crítico-analítico, e interpretando el tiempo histórico como un continuum que fluye hacia el futuro y elabora su propio devenir, reemplazando la metáfora de la historia como un río de cause tranquilo, por la del remolino en cuyo centro yace el antes y el después de la misma historia2, me adentraré por los laberintos del derecho constitucional en los albores del Estado colombiano. Para el análisis planteado nos detendremos, de manera breve, pero ilustrativa, en dos escenarios esenciales. En el primero identificaremos el impacto del enfoque de la constitución de 1886 cuyo eje gravitacional era el imperio de la ley y con ello el mantenimiento del status quo de las élites del poder y el marginamiento de la sociedad civil que derivó en lo que metafóricamente denomino cien años de soledad ciudadana; posteriormente estudiaremos los cambios y transformaciones derivados de la Constitución Política de 1991 que reescribió la historia contemporánea en la llamada Democracia más antigua de América Latina.

La inestabilidad política y social corre paralelamente a los procesos de independencia y descolonización, la naciente nación se sumerge en la primera guerra civil, este periodo es conocido como La Patria Boba3, que va desde la declaración de independencia de 1810 hasta la entrada a Santa Fe de Bogotá de los ejércitos realistas en las batallas de la reconquista española. Se puede decir que durante estos cinco años reina el caos, cada provincia proclama sus autoridades, cada aldea tiene su junta independiente y soberana, las disputas entre centralistas y federalistas rompen con los ideales de unidad que acompañaron los procesos de independencia.

Entre 1810 y 1886 se dan veinte constituciones nacionales4, el país ha cambiado de nombre en cinco ocasiones (Provincias Unidas de Nueva Granada 1812-1819; República de la Gran Colombia 1819-1831; Nueva Granada 1831-1857; Confederación Granadina 1857-1861; Estados Unidos de Nueva Granada 1861-1863; Estados Unidos de Colombia 1863-1886; República de Colombia, 1886 hasta ahora) y nueve guerras civiles5 han cabalgado por los suelos de la patria. Este es el escenario que precede el llamado proceso de consolidación de la República de Colombia despojada, supuestamente, de todos los atavíos coloniales que subsistían en los ámbitos administrativos, judiciales y jurisdiccionales.

En este punto del camino, después de setenta y seis años de la independencia, la consolidación de la República no se ha podido lograr, se jugó en exceso la carta de las constituciones y tristemente el siglo XIX será reconocido en la historia de Colombia como el siglo de las guerras.

De la stasis a la eunomia.

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