Читать книгу Las siete palabras de Jesucristo desde la cruz - Héctor Pina - Страница 8

Оглавление

Preámbulo

En lo más alto

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

—Juan 12.32

Muy por encima del nivel del puente de Nueva York, sobre el río Hudson, ha sido colocada la gigantesca Estatua de la Libertad, en la figura de una majestuosa dama, sobre una no menos monumental plataforma. Aquella majestuosa dama con la antorcha de la libertad en la mano y levantada en lo más alto, ha llamado la atención de millones de gentes, de todas partes del mundo, que estaban afectadas de tanta tiranía y opresión. Ellas quedaban abstraídas por lo que simbolizaba y sigue simbolizando el monumento: Libertad.

Inscrito en la plataforma en la que aquella dama de la libertad permanece de pie por largos años y tal vez siglos, están estas célebres palabras sacadas del poema de Emma Lazarus: El nuevo coloso, que dicen así:

Denme sus cansados, sus pobres, sus confundidas masas,

Desesperados por respirar aires de libertad;

Los miserables que abundan en las playas,

Envíalos a estos, a los sin hogar, a los arrojados por las tempestades,

Yo levanto mi lámpara al lado de la dorada puerta…

Un monumento diametralmente diferente, infinitamente más importante, se levantó alto, muy alto, en la historia, que sigue ofreciendo libertad espiritual a toda la gente esclavizada por el pecado, de cualquier parte del mundo. Es la cruz plantada sobre el suelo, en lo alto del monte Calvario, hace como dos mil años o más. Al principio la escena puede causarnos repulsión. Poco después, observando bien, vemos al sin pecado Hijo de Dios que muere en nuestro lugar, pagando el precio de nuestros pecados, con el propósito de obtener a nuestro favor el perdón de nuestros pecados y satisfacer las demandas de la justicia de Dios por nuestros pecados.

Desde esa cruz se oyen las palabras del único Salvador del mundo, nuestro Señor Jesucristo, a través del puente del tiempo, entre el momento de la crucifixión y hoy, cuando dice: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23.34) o Tengo sed (Jn 19.28) o Consumado es (Jn 19.30), y otras expresiones más que usted leerá y acerca de las cuales encontrará algún comentario sobre cada palabra de las dichas por el Señor Jesucristo desde la cruz. Habrá también notas complementarias que le pueden ser útiles.

Sin más preámbulos, vamos, lector, directamente a la materia objeto de este libro. ¡Que Dios le hable de una manera especial en el curso de la lectura! ¡Adelante! Se le recuerda que nuestra más grande libertad es la libertad del pecado y que sólo en Jesucristo puede encontrar tal libertad.

Las siete palabras de Jesucristo desde la cruz

Подняться наверх