Читать книгу Educación financiera - Iñaki Jiménez Largo - Страница 10
2.2 ¿Por qué debo hacer un presupuesto?
ОглавлениеVoy a tratar de explicarte la necesidad de que elabores tu propio presupuesto. Etimológicamente, la palabra «presupuesto» está formada por el prefijo «pre» (que significa “antes”) y la palabra «supuesto» (que significa “dado por cierto”).
Un presupuesto es una previsión de los ingresos y gastos que vamos a tener durante un periodo de tiempo. Las familias deben hacer una estimación de qué gastos van a tener cada mes, para asegurarse de que sus ingresos son capaces de cubrirlos.
Los gastos serán lo que pagas de hipoteca o alquiler, lo que te cuesta la alimentación y el vestido, los suministros del hogar, el colegio de tus hijos, etc.
Y los ingresos pueden proceder de tu salario, de las rentas que obtienes por tus ahorros, de los alquileres que puedes cobrar por arrendar inmuebles, etc.
En todo caso, debes procurar que tus ingresos superen holgadamente a tus gastos. De esta manera, podrás dedicar tu excedente (es decir, tus ahorros) a invertir en aquellos productos o negocios que serán los que, a medio y largo plazo, mejoren tu situación financiera.
En el caso de que los gastos superen a los ingresos, deberás endeudarte para mantener ese nivel de vida, y eso supone que tendrás que pagar intereses por esa financiación. En conclusión, no solamente no conseguirás aumentar tu renta a medio plazo, sino que, por el contrario, cada vez tendrás un mayor volumen de gastos, debido al coste financiero del pago de tu préstamo o crédito.
Vivir de esa manera genera que entres en una dinámica muy peligrosa. Si tus ingresos no aumentan y tus gastos cada vez son superiores debido al pago de intereses de tu financiación, nunca podrás dedicar nada al ahorro e incluso se reducirá tu capacidad de consumo.
Está claro que existen situaciones en las que es necesario pedir financiación ajena por ejemplo, cuando te compras una vivienda o empiezas un nuevo negocio. Pero te aconsejo que nunca te endeudes para consumir o para darte caprichos. Si quieres un capricho, ahorra, rentabilízalo y, después, con la conciencia tranquila de saber que has hecho bien las cosas, permítete ese capricho.
Ya sabes que, en la vida, normalmente lo que se ha conseguido con esfuerzo nos acaba dando una mayor satisfacción.
El sector público también debe realizar un presupuesto donde se definan los gastos e ingresos que obtendrá. Por desgracia, no suelen ser un buen ejemplo porque, en la mayoría de los casos, los gastos previstos superan a los ingresos que se espera recibir.
Eso provoca que, al final, igual que hacen los ciudadanos, pidan prestado en los mercados internacionales a otros países. Aunque te parezca increíble, actualmente la deuda pública de España supera con creces el 100 % del producto interior bruto (PIB), que es el valor de los bienes y servicios que realizamos en un año.
De hecho, esta maldita pandemia que nos ha azotado con virulencia ha provocado que la deuda pública en España alcanzara, a finales de 2020, el 115 % del PIB, y que, durante el 2021, haya superado el 125 % del PIB.
Para que te hagas una idea, es como si tú ingresaras 2000 euros al mes y gastaras más de 4000. La diferencia tendrías que pedirla prestada a alguna entidad financiera o, en el mejor de los casos, a algún familiar.
Digo en el mejor de los casos a un familiar porque este, quizá, no te cobraría intereses. Al hablar de países, lógicamente, cuando se prestan entre sí, no lo hacen gratuitamente.
Queda claro que no debes tomar ejemplo de la forma de funcionar de la mayoría de los países, que van cubriendo sus excesos de gasto (llamamos «déficit» a la situación en la que los gastos superan a los ingresos) endeudándose constantemente.
Te aconsejo, pues, que realices un presupuesto, que elimines los costes innecesarios y que consigas que tus ingresos superen a tus gastos mensuales. Entonces, dedica al ahorro ese superávit (se llama así a la situación en la que los ingresos superan a los gastos) y busca las mejores alternativas de inversión.
Ya has visto, en los ejemplos anteriores, que una actitud ahorradora e inversora puede mejorar ostensiblemente tu salud financiera en un futuro.