Читать книгу Introspecciones para despertar - Ignacio Tapia Torres - Страница 7
ОглавлениеIntroducción
Los poemas que integran este poemario nacieron a partir del autocuestionamiento, a partir de la duda y del abandono de las certezas; de la incertidumbre. La autoindagación que realicé me llevó a un crecimiento personal, al desapego del ego y la libertad del ser (por supuesto que es un proceso que está en constante expansión, pero son las pequeñas victorias las que cuentan). El aprendizaje que me brindó espiar en mi interior, en mis sentimientos, en mi forma de razonar; el tratar de entender el mecanismo interno que me llevaba a comportarme en la forma en que lo hacía, a pensar y a sentir de la manera en la que estaba habituado, me enriqueció de una manera realmente fantástica.
Es un placer compartir mis pensamientos con todo aquel que esté dispuesto a intentarlo, a ahondar en la reflexión, la que permite la flexibilidad del pensamiento. Los invito a la duda, no a dudar de uno mismo y de lo que uno es capaz, sino todo lo contrario; a dudar de lo que se sabe como verdad, a lo que damos por sentado y no nos deja crecer. Los invito a abrirse a las emociones que muchas veces dejamos ocultas. La vida es esta y nos pertenece; o la llevamos donde queremos ir o nos llevará donde nos convencieron que debemos ir. El camino no es rechazar aquello que no nos gusta de nosotros, sino abrazarlo y entenderlo. Solo así se puede aprender de ello y superarlo.
Así como sucederá en este poemario, el comienzo puede ser doloroso, es el proceso de destapar y ver todo aquello que desearíamos que no fuera parte de nosotros. Purgar aquellos sentimientos que guardados dentro solo pueden pudrirse y contaminar al resto, reconocerlos parte de nosotros y por fin perdonarlos. Lograr entrar a nuestro cuarto oscuro y jugar con todos ellos, liberarlos de culpa y que por fin el presente quede exonerado de todo juicio.
Al recuperar la energía malgastada por tanto tiempo en el autocastigo queda limpiar el pensamiento, la razón, que como marioneta responde a intereses ajenos a los nuestros. Descubrir las raíces de nuestros pensamientos, nuestras creencias que nos guían por esta vida, e identificar si estas responden a nuestro deseo o si son producto de la moral impuesta; si nos favorecen y nos llevan al bienestar o si nos juegan en contra y nos retienen. Revisar las certezas con las que contamos, aquellas verdades incuestionables que se ponen como base de toda idea, de todo juicio. Puede que cambiando alguna de ellas se modifique toda la estructura y se consiga la paz, pero no es sencillo salir de la zona de confort.
La certeza es el final del recorrido, es cerrar la puerta y pretender que no hay nada más allí; es por esto que elijo siempre la duda. Allí es donde se encuentra el crecimiento, la expansión de la razón, es el camino que nunca acaba y que siempre deja lugar para algo más. No le cerremos jamás la puerta a la duda, que esta trae de la mano a la curiosidad, una gran motivadora del pensamiento y de la acción. La certeza no es más que la muerte del pensamiento, la amante fiel de nuestro principal obstáculo: el ego.