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Capítulo 3: El arco iris en las montañas

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Mientras Centella continuaba su viaje por la senda de las montañas, se encontró con un espectáculo sorprendente: un arco iris brillante y colorido que se extendía sobre el cielo. Nunca antes había presenciado algo tan maravilloso y se detuvo en seco para admirarlo.


El arco iris parecía flotar en el aire, sus colores vibrantes contrastaban con el fondo azul del cielo. Centella se sintió atraída por su belleza y decidió seguir el arco iris para ver adónde la llevaría.


Con cada paso que daba, el arco iris parecía moverse un poco más lejos. Centella caminó con determinación, siguiendo el rastro de colores mientras ascendía por las montañas. A medida que avanzaba, el arco iris parecía acercarse un poco más, como si estuviera guiándola hacia algo especial.


Finalmente, después de un largo camino, Centella llegó a una pequeña meseta en la cima de la montaña. Allí, justo en frente de ella, estaba el final del arco iris. Centella se quedó sin aliento al ver cómo los colores del arco iris se reflejaban en un pequeño lago cristalino.


El lago brillaba con tonos de rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Era como si los colores del arco iris se hubieran fundido con el agua para crear una obra maestra natural. Centella se acercó cautelosamente al borde del lago y vio cómo los reflejos de los colores danzaban en la superficie.


Se arrodilló junto al lago y sumergió sus dedos en el agua. El líquido fresco y claro envolvió sus manos mientras Centella sonreía de alegría. Era un momento mágico, como si el arco iris hubiera aparecido solo para ella, como un regalo de la naturaleza.


Centella se quedó allí por un tiempo, disfrutando de la paz y la serenidad del lugar. Sabía que este encuentro con el arco iris era algo especial y significativo. Le recordó la belleza y la diversidad del mundo que la rodeaba, y la importancia de seguir buscando nuevas maravillas.


Después de un rato, Centella se levantó y se despidió del lago y del arco iris con gratitud en su corazón. Sabía que tenía que continuar su viaje y descubrir más tesoros escondidos en las montañas.


Con el arco iris aún brillando en su memoria, Centella continuó su camino, llena de emoción y anticipación por las aventuras que le esperaban. Sabía que cada paso la llevaría más cerca de su objetivo de explorar el mundo y encontrar la belleza en cada rincón. Y así, con el arco iris como guía, Centella siguió adelante, lista para descubrir nuevas maravillas en su viaje por las montañas.


Las aventuras del dragonesa Centella

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