Читать книгу Tú eres tú - Isaac M. Hernández Álvarez - Страница 10

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INTRODUCCIÓN

YES WE CAN

A aquellos que pretenden derrumbar el mundo, os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad, os vamos a apoyar. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía sigue iluminando con fuerza, esta noche hemos demostrado, una vez más, que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza, sino del poder duradero de nuestros ideales: la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza. Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tendremos que lograr mañana. En estas elecciones ha habido muchas “primeras veces” y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para alzar su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años. Nació sólo una generación después de la esclavitud, en una época en la que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones: porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche pienso en todo lo que ella ha visto en Estados Unidos durante su siglo de vida: la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las ocasiones en que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: sí podemos.

En tiempos en los que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta.

Sí podemos.

Cuando había desesperación y una gran depresión asolaba a todo el país, ella vio como la nación superó su propio miedo con el New Deal, con nuevos empleos y con unos nuevos propósitos comunes.

Sí podemos.

Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de como una generación respondió con grandeza, salvando la democracia.

Sí podemos.

Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangueras en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: «Lo superaremos».

Sí podemos.

Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.

Sí podemos.

Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, habiendo vivido los mejores momentos y las horas más oscuras, ella sabe cómo puede cambiar Estados Unidos.

Sí podemos.

Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos: si nuestros hijos llegaran a ver el próximo siglo, si mis hijas tuvieran suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán?, ¿qué progreso habremos hecho? Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento. Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza. Y cuando nos encontremos con escepticismo y dudas, cuando encontremos a aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.

Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

BARACK OBAMA (Grant Park de Chicago, 5 de noviembre de 2008)

Los más grandes comunicadores a lo largo de la historia lo son, no lo parecen. Barack Obama, al igual que muchos personajes relevantes de la política mundial, han ido forjando y creando su marca personal teniendo en cuenta tres elementos fundamentales para ser popularmente reconocidos: la energía, la autoridad y la felicidad. Predican con su ejemplo.

Cuando me preguntaron del porqué escribir este libro, me vinieron a la mente las tantas y tantas personas con las que he podido trabajar estos años, por cómo han ido poniendo por delante de su vocación política su forma de ser y su naturalidad. Necesitaba transmitir a través de las páginas de TÚ eres TÚ, la importancia que tiene en nuestras relaciones humanas la esencia y autenticidad de hombres y mujeres dedicadas a la vida pública. Además, hablar de marca es hablar también de personalidad y ahora soy capaz de hacerlo con mucho más conocimiento y experiencia. Crear una marca política personal que perdure lleva tiempo, clarificación de ideas y asumir con total determinación hasta donde quieres llegar en tu vida social, familiar y política.

En una sociedad tan saturada de malas noticias y con una brutal cantidad de contenidos informativos ciertos o falsos, se hace imprescindible encontrar líderes que sean capaces de destacar con una marca política personal fuerte, confiable y en total sintonía con la ciudadanía. Tal y como dijo Napoleón Bonaparte: «Un líder es un repartidor de esperanza».

Más que buscar un por qué o una justificación para escribir este libro, preferí encontrar un para qué. No siempre tiene que haber una razón previamente impuesta o una reflexión ante cualquier propuesta. Tan solo quiero invitarte a que creas, al igual que yo, que ser una mejor persona es posible, que nuestro entorno más cercano está necesitado de personas que transmitan positividad y que hay proyectos personales que valen mucho la pena. La gente primero te compra a ti, luego aquello que ofreces, no busca verdades, espera reafirmar ideas que ya tiene preconcebidas. Unas ideas que tienen que luchar contra el ejército de las emociones.

No hay nada más valiente en política que ser quien eres, tú eres tú.

Tú eres tú

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