Читать книгу Las aventuras de la serpiente lectora y sus razonamientos matemáticos - José Andrés Delgado Portillo - Страница 7

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Capítulo 1

Érase una vez una serpiente muy curiosa y divertida a la que siempre le encantaba descubrir los misterios y problemas que solía esconder la selva. Como era una serpiente muy observadora, siempre lo investigaba todo, desarrollaba su inteligencia y aumentaban1 sus ganas de aprender cosas. Para ello, leía mucho y se formaba en sabiduría leyendo libros y cuentos de todo tipo.

Un día, reptando por las ramas de los árboles de la selva, se encontró a su amigo Pico, el pájaro carpintero, que todos los días le despertaba a base de «golpecitos» en los troncos de los árboles. Pico tenía un problema y no sabía cómo resolverlo, así que le pidió ayuda a la serpiente lectora:

—Serpiente lectora, amiga mía, necesito tu ayuda…

«Taladrando el tronco y buscando comida,

he podido conseguir 74 gusanos para mi familia.

Si 22 gusanos a cada uno de mis 2 hijos quiero dar,

¿con cuántos mi mujer y yo

nos debemos quedar?».

SOLUCIÓN 1

Una vez hubo ayudado a su amigo Pico, la serpiente lectora quiso seguir su camino, pero desde lo alto de su árbol vio una fila larguísima de hormigas. Por un momento pensó que había una fiesta en algún lugar de aquella inmensa selva que tan bien se conocía, quizás en la Roca de las Proyecciones2, donde a última hora de la tarde se reflejaban los rayos del sol de tal manera que creaban sombras de miles de formas y reflejos de colores de las preciosas flores que allí había. Así que le preguntó a una de las hormigas por qué iban tantas juntas y de tantos colores.

—Perdona, amiga hormiga, pero ¿dónde vais tantas diferentes y todas juntas? —dijo la serpiente lectora.

—A la Roca de las Proyecciones. Dan una gran fiesta allí y asistirán todos los animales de la selva —respondió la hormiga.

—¡Ajá! ¡Tenía razón, lo sabía! ¿Y cuántas vais para allá?

—Pues querida serpiente, si resuelves mi acertijo te diré un camino secreto para llegar antes. Si quieres ir, claro. Y así podrás saber al mismo tiempo cuántas vamos.

—De acuerdo, me parece perfecto. Tenía ganas de ir igualmente. ¡Prueba, querida amiga hormiga!

—Está bien, ahí va…

«354 hormigas verdes vamos

y unas 147 negras acompañamos.

¿Cuántas andamos?».


—¡Ah! Eso es fácil. Pues a ver…

SOLUCIÓN 2

—Muy bien, mi querida serpiente, se ve que lees mucho. Eres culta e inteligente, es difícil engañarte; debería haber más animales como tú en esta selva. Está bien, déjame que te haga otro acertijo. A ver qué tal se te da este.

—De acuerdo, compañera, inténtalo.

—«Si 354 hormigas verdes vamos,

147 negras acompañamos,

con nuestras amigas rojas 603 estamos.

¿Con cuántas hormigas rojas andamos?».

SOLUCIÓN 3

—¡Muy bien, campeona! Pues te comento la ruta secreta. Tienes que seguir el camino de las liebres. Si te fijas en sus pisadas, siempre van buscando el sol, pero caminando por la sombra para no ser vistas por los demás animales; el problema es que, al ser tan rápidas, es un camino difícil de ver y de encontrar, pero una vez que lo haces es rapidísimo llegar a la Roca de las Proyecciones.

—Sí, lo sé. Alguna vez me habían hablado de ello. No te preocupes, amiga hormiga, tengo muy buen ojo. Me mantendré observadora e intentaré encontrarlo. Muchas gracias. Allí nos vemos.

Así pues, nuestra serpiente lectora se dispuso3 a iniciar su viaje, pero antes de eso decidió descansar un poco, ya que después de tanto pensar estaba algo cansada y todavía tenía tiempo de sobra hasta el momento de la gran fiesta. Entonces cogió uno de sus libros de caballeros, princesas y dragones, que le encantaba, y después de estar leyendo un buen rato se quedó dormida.

Al haber leído ese maravilloso cuento, empezó a fantasear4 con dragones y princesas. Soñó que era un caballero que quería rescatar a una princesa encerrada en la torre de un castillo en lo alto de la montaña y rodeado de dragones. Así pues, imaginó que iba cabalgando dirección al castillo como todo un apuesto5 caballero para rescatar a su dama. Al momento, la armadura le empezó a pesar demasiado, puesto que no estaba acostumbrado a llevarla puesta, y el caballo también empezó a cansarse. Había llovido mucho, hacía frío y el sotobosque estaba muy mojado.

De repente el caballo resbaló y cayeron a un agujero un tanto profundo del que no podían salir. Al caballero se le ocurrió una fórmula un tanto matemática para salir haciendo balanza. Vio una roca pesada y una liana6 resistente.

«El caballo pesaba 103 kilos

y el caballero y su armadura,

97kilos muy estructurados7.

Si la roca pesaba más que los dos juntos,

¿cuánto debería pesar la roca

para que salieran y punto?».

SOLUCIÓN 4

Una vez el caballero supo el peso que tenían, ya sabía qué decirle a quien apareciera para salvarles. Menos mal que la princesa, por otro lado, era muy fuerte y valiente y pudo escaparse de los tres dragones. Aunque, si era tan inteligente, ¿por qué no hacerse amiga de los dragones? Así los tendría para que la ayudaran y defendieran cuando fuera necesario.

Entonces se hizo amiga de los dragones y se fueron del castillo todos juntos. Al volar por el bosque, la princesa escuchó los gritos de un pobre caballero en apuros pidiendo ayuda. Les indicó a los dragones que bajaran y fueran allí.

—Pero hermoso caballero, ¿cómo caísteis ahí? —preguntó la bella princesa.

—Mi princesa, iba a salvarla de esos dragones y rescatarla del castillo cuando de repente caí en este agujero y creo, sinceramente, que tendréis que ser vos quien nos ayude a mí y a mi caballo a salir. Pero pesamos mucho, unos 200 kilos. ¿Cómo pretende ayudarnos? —respondió el apuesto caballero.

—No se preocupe, sir, que como soy una dama simpática, alegre e inteligente me he hecho amiga de los dragones y ahora los tengo a mi merced. Debéis saber que los dragones son fuertes y grandes y pueden levantar cualquier cosa que os propongáis.

—Pues deben levantar más de 200 kilos, mi princesa; de hecho, ahí hay una gran roca. Había pensado en que si nos atamos a esta liana y vuestro dragón puede mover esa roca nos podría sacar de aquí haciendo balanza. ¿Qué opináis?

—Pues opino que…

«Mi dragón pesa 538 kilos.

¿Cuánto pesa más que vosotros

mi hermoso dragón?».

SOLUCIÓN 5

—Pues disculpe, mi princesa, pero su dragón pesa 338 kilos más que nosotros, así que creo que podrá mover la roca.

Pasado un tiempo breve, la princesa, junto con el dragón, había conseguido salvar al caballero y a su caballo y juntos se fueron hacia su reino, donde vivieron felices y comieron perdices todos juntos como hermanos.

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1 Aumentar: Hacer las cosas grandes.

2 Proyecciones: Viene de la palabra «proyectar», que significa hacer visible sobre un cuerpo la figura o la sombra de otro.

3 Disponerse: Prepararse.

4 Fantasear: Imaginar algo con fantasía o imaginación.

5 Apuesto: Persona de buen ver, gentil y amable.

6 Enredadera o planta trepadora utilizada en las selvas como «cuerda» colgante.

7 Estructurado: Organizado, ordenadas las partes de un conjunto.

Las aventuras de la serpiente lectora y sus razonamientos matemáticos

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