Читать книгу Comedias para público infantil - José Ignacio Serralunga - Страница 8

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(El espacio escénico deberá ofrecer dos ámbitos concretos, ambos contemporáneos, en el Siglo XV.)

(Uno de ellos es en algún lugar de América, un espacio sin edificaciones y con paisaje natural. El otro, una carabela en medio del mar.)

(Nada impide que los espacios puedan cruzarse y confundirse. Es más, sugiero que así sea.)

(Las apariciones de los reyes serán en algún lugar a determinar, como evocaciones.)

(Me imagino, sin que sea condición sine quanon, la presencia de muñecos y títeres, de manera excluyente, o bien compartiendo escena con actores.)

I- En América

KEOL: Bichito, bichito, vení, bichito. Vení que te doy comidita, zonzo… Mirá este gusanito…

PAJARITO: ¿Vos pensás que yo soy tan tonto como para creerte? Vos me querés cazar.

KEOL: (Con inocencia fingida) No, en serio… mirá las semillitas que te junté.

PAJARITO: ¿Y la honda que tenés escondida?

KEOL: ¿Eh? ¿Qué honda? ¡Ah, ésta…! Es por si aparece un cóndor y te quiere comer. Yo te voy a defender del cóndor. Es malo el cóndor…

PAJARITO: Acá no hay cóndores. Los cóndores viven en las montañas. Y acá montañas no hay.

KEOL: ¿Cómo que no hay montañas? ¿Y esas que están allá? (El Pajarito se da vuelta y el chico aprovecha para cargar la honda y tirarle)

PAJARITO: (Esquivando) Eeeepa, le erraste, chiquitín. Ahora vas a ver… (Vuela hacia donde está el chico, levanta la cola y le arroja una andanada de desechos de su metabolismo. De caca, bah)

KEOL: (Esquivando) Eeeeepa… le erraste, pajarraco. No tenés puntería.

LAHÁ: ¡Keol! ¡¿Qué estás haciendo?!

PAJARITO: ¡Me tiró con la honda, señor! ¡Me quiso matar!

KEOL: ¡Callate, alcahuete! Te tiré despacito. (Al padre) No lo quise matar. Yo lo quiero para que sea mi mascota. Si lo mato no me sirve de mascota.

PAJARITO: ¡Yo no soy ninguna mascota! ¡Yo soy un pájaro, libre como el viento! ¡Y si me cazás me pongo tan triste que no canto más! Tomá. Ahí tenés. Cazame, dale. No te canto más. (Canta)

Pobrecito el Pajarito, triste espera su condena

Un chico lo va a cazar, y lo va a matar de pena.

Por eso canto mi angustia, por eso trino despacio

Porque en segundos, no más, me va a bajar de un hondazo.

(El chico le tira y erra.)

Yo sirvo para ser libre, yo vuelo y bato mis alas

Arremeto contra el sol, y me baño en las mañanas

Esa es mi vida, sencilla, la de un pájaro del monte

Que cuando llega el peligro, en vez de pelear, se esconde.

Yo nunca molesto a nadie, y con nadie yo me meto

Y si querés escuchar, voy a contarte un secreto:

Se vienen tiempos de cambio, ya lo vas a comprobar

Yo lo leo en las estrellas, los cambios vienen del mar.

II - En la carabela

PÉREZ: ¡Ya estoy harto de la mar! ¿Nunca vamos a llegar?

GARCÍA: Tenga un poco de esperanza, y a ver si corre la panza.

PÉREZ: Yo la corro si yo quiero, no jorobe, marinero.

GARCÍA: A mí no se me haga el guapo porque le pego un sopapo.

CAPITÁN: Basta ya de armar peleas, esa actitud es muy fea.

PÉREZ: (aparte, a García) Más fea será su hermana. (Se ríen)

CAPITÁN: Ya lo escuché, irreverente, y en castigo ¡Se va al puente!

PÉREZ: ¡Al puente no, al puente no…!

PÉREZ y GARCÍA:

Cuando nos portamos mal, el Capitán nos castiga

Nos pega unos latigazos y el que más grita, más liga.

Vamos a armarle un motín, porque estamos muy cansados

Navegamos hace meses, sólo hablamos con pescados.

Ya no lo aguantamos más, vamos a armar la revuelta

A este tipo, el Capitán, lo vamos a atar sin vueltas

Lo vamos a amordazar, vamos a darle un castigo

Que el sol y el agua del mar lo achicharren como un higo.

Ahora comienza el motín, cuando den la voz de alarma

Nos colgamos de las velas y le robamos las armas

Esta enorme carabela volverá para la Europa

Yo quiero darme un buen baño, cambiarme toda la ropa.

El Capitán asegura que el viaje será exitoso

Pero hasta hora, en verdad, ha resultado horroroso

Navegamos a las Indias, a negociar con pimienta

Con canela y pimentón, y con hojitas de menta.

III - En América

(Keol capturó al Pajarito.)

KEOL: Jarajajaja, te agarré. Te hice pisar el palito, jarajajaja.

PAJARITO: Ahora no te canto más.

TIGRE: (Apareciendo) Keol, te dije que no cazaras pajaritos.

KEOL: (Asustadísimo) ¡El Tigre!

TIGRE: Sí, Keol, el Tigre. ¿Por qué no le hiciste caso a tu padre? ¿No sabes que cada uno de nosotros tiene un espíritu? ¿Y que los espíritus deben ser libres?

LAHÁ: Yo se lo enseñé, Tigre.

KEOL: S… sí, ya lo sé. Pero…

TIGRE: Pero nada. ¿Te gustaría que alguien te tomara prisionero?

KEOL: No.

TIGRE: ¿Te gustaría que alguien decidiera cómo tienes que vivir tu vida?

KEOL: No, Tigre.

TIGRE: ¿Y qué harías si sucediera eso? Si viniera alguien a quitarte tu libertad.

KEOL: Me moriría de pena.

Yo vivo libre en el mundo, como era libre este bicho

Yo lo encerré en una jaula, para saciar un capricho

Pero ahora me imagino que a mi me hicieran tal cosa

De angustia me encogería, como marchitan las hojas.

Si un día, nadie lo quiera, se apropiaran de mi suelo

Si un día, nadie lo quiera, se oscureciera este cielo

Mi vida será tan triste como una estrella sin fuego

Mis noches serán oscuras como la vista de un ciego.

Si un día sucede eso, voy a pelear con bravura

Voy a luchar sin denuedo, voy a enfrentar la amargura

Porque este suelo es tan nuestro como es nuestro nuestro río

Y nuestro monte y la costa y el estero y el bajío.

(Keol libera al pájaro.)

IV - En la carabela

(El Capitán está atado al palo mayor.)

PÉREZ: Eso le pasa por mandón.

GARCÍA: Yo diría por bocón.

CAPITÁN: Cuando me suelten, verán lo que puede el Capitán.

PÉREZ: No lo vamos a soltar, porque nos querrá pegar.

GARCÍA: Creo que nos fugaremos, dándole fuerte a los remos.

CAPITÁN: ¿Y a dónde van a llegar? Ya la España está muy lejos.

PÉREZ: ¿Vamos a morir de hambre? ¿De sed? ¿O de insolamiento?

GARCÍA: ¿No se dice insolación?

PÉREZ: Se diga como se diga, vamos a morir igual.

GARCÍA: Somos unos papanatas.

PÉREZ: ¡Unas gaviotas!

GARCÍA: No, no somos gaviotas.

PÉREZ: Digo que veo unas gaviotas… y eso sólo puede significar que hay…

VOZ DEL VIGÍA: ¡Tierra! ¡Tierra a la vista!

CAPITÁN: ¿Qué les dije, papanatas? ¡Ya llegamos a las Indias!

PÉREZ: ¡Las Indias! ¡Las indias!

PÉREZ: y GARCÍA:

Arribamos a las Indias, tierra de gran promisión

Completamos nuestro viaje, cumplimos nuestra misión

Seremos de ahora en más héroes para nuestra tierra

¡Pero seguro que ahora el Capitán nos encierra!

Queremos tomar cerveza, vino, ron, vaciar los bares

Queremos bailar la música que suena por estos lares

Conocer mujeres bellas, aprender nuevos idiomas

¡Pero seguro que ahora el Capitán nos embroma!

Agachemos la cabeza, trabajemos sin descanso

Aceptemos el castigo por haber sido tan gansos

Pongamos muy fuerte el hombro para cargar mercancías

¡Somos el grumete Pérez y el marinero García!

(Sueltan al Capitán.)

CAPITÁN: ¡Muchas gracias, marineros! ¡Por liberarme este día!

PÉREZ y GARCÍA: (Saludando marcialmente) ¡Somos el grumete Pérez y el marinero García!

CAPITÁN: Vamos a cumplir la orden de los reyes de Castilla.

PÉREZ: ¡De Castilla y Aragón!

GARCÍA: Su Majestad Isabel y su esposo don Fernando.

CAPITÁN: Ya los estoy recordando.

(Aparecen el rey y la reina.)

REINA: Debéis viajar a las Indias.

REY: Debéis abrir una ruta.

REINA: No olvidéis mandarnos fruta.

PÉREZ: ¿Le gustará la banana?

REY: Yo prefiero la sandía.

GARCÍA: (Saluda) ¡Trabajo para García!

CAPITÁN: ¡A trabajar, marineros, a buscar la mercancía!

GARCÍA: ¿Siempre le toca a García?

V - En América

LAHÁ: ¿Qué es eso, Tigre? Eso que flota en el mar.

KEOL: Parece un ave gigante.

TIGRE: Nunca he visto nada igual.

LAHÁ: Es blanco como una nube.

KEOL: Se mueve sobre las olas, como una gran caracola.

PAJARITO: Si quieren puedo volar, y observar de qué se trata.

TIGRE: Ten cuidado, Pajarito. No hagas ruido con tu vuelo. (Venteando) No me gusta lo que huelo.

(El Pajarito remonta vuelo y va hacia la carabela.)

VI – En la carabela

PÉREZ: (Viendo llegar al Pajarito) ¡Miren, ahí, por el mástil! ¡Qué pajarito tan raro!

PAJARITO: (Aparte) ¿Este no se vio la pinta? Miren la ropa que usa. (Ventea, hacia el marinero) ¿Y ese olor, tan repugnante?

PÉREZ: (Se justifica) Peor huele el almirante.

GARCÍA: (A Pérez) Tírele con el mosquete. Aseguremos la cena.

PÉREZ: No creo que valga la pena. Es un bicho muy chiquito. No ha de tener ni pechuga.

GARCÍA: Lo comemos con lechuga.

PAJARITO: Me parece que es momento de volver con mis amigos.

(Pérez prepara el arma.)

PAJARITO: Como dijo el viejo pinche… ¡Vamos a rajar, que hay chinches! (Cuando el pajarito remonta, Pérez dispara, pero en vez de salir los perdigones, le estalla en la cara)

VII – En América

(Pajarito llega volando a donde están Keol, Lahá y el Tigre.)

PAJARITO: ¡Me salvé por un pelito!

TIGRE: ¿Es una máquina?

KEOL: ¿Un monstruo?

LAHÁ: ¿Un espíritu maligno?

PAJARITO: No, peor. Son gente extraña.

KEOL: ¿Tienen dos ojos o uno?

PAJARITO: Dos ojos por cada uno.

LAHÁ: ¿Y las orejas?

PAJARITO: Las tienen llenas de curvas y pliegues.

TIGRE: ¿Qué es lo que tienen de raro?

PAJARITO: Los peinados y la ropa. Y hablan como enajenados. Y tienen un tufo… Pero eso no es nada… Cuando me vieron, me señalaron, y uno de ellos tomó algo…

TIGRE: ¿Agua?

PAJARITO: No, una cosa extraña… oscura… y en un momento… (Hace el gesto de apuntar con un arma de fuego) ¡Pum!

KEOL: ¿Pum?

PAJARITO: Sí. ¡Pum!

VIII – En la carabela

(Simultáneamente con la última línea del Pajarito, explota el arma en las manos de Pérez.)

PÉREZ: ¡Caramba, qué buen disparo! Debo haberlo asesinado. (Mira por todas partes) No ha quedado ni una pluma.

CAPITÁN: ¡Vamos, a tierra! A comprar muchas especias.

IX – En América

(El Capitán y los marineros hacen pie en tierra, ingresando al límite del espacio americano. Keol y los demás se esconden y observan. Mientras sucede esto, aparece el rey.)

REY: Recuerden, mucha pimienta… y cúrcuma, y el jengibre… y azafrán para el arroz… qué rico, con pimentón…

REINA: (apareciendo, al rey) Vamos, viejo, que ya está lista la cena. Hay un guisado de aves, un cocido de ternera, un sofrito de cochino…

REY: (Al Capitán) ¡No se olviden del comino!

CAPITÁN: (Da vueltas en tierra, desalentado) Pues yo no veo un comino…

PÉREZ: ¿Estas son las famosas Indias?

GARCÍA: Qué decepción, marinero. Tanto viaje ha sido en balde.

PÉREZ: No, en balde no, en carabela.

GARCÍA: Capitán, tengo hambre.

CAPITÁN: Vaya buscar alimentos.

GARCÍA: ¡Sí, señor, en el momento!

GARCÍA: A buscar mucha comida, a descubrir cosas nuevas

A conseguir alimentos y a comprarlos por monedas

CAPITÁN: No sea zonzo, García, páguelas con chucherías,

Vidriecitos de colores, espejos y porquerías.

GARCÍA: Mire usted qué plantas raras, esta mazorca amarilla

Es dura como una piedra y está llena de semillas.

PÉREZ: Y esta raíz tan redonda, para hacer un buen puré.

Si el Capitán lo permite, puedo freírla, también.

CAPITÁN:

Vayan por toda esta tierra, descubran montes y selvas

Ríos, montes y montañas, arroyos, valles y piedras,

Póngales también sus nombres. Aduéñense de animales,

De cultivos y de gentes, de suelos y minerales.

La reina nos premiará por llevar tantos tesoros

Varios metales preciosos, plata y cobre, mucho oro.

Con tantas de estas riquezas viviremos como reyes

Y si hay gente en estas tierras respetará nuestras leyes.

CAPITÁN: Tomemos posesión. Me parece que estas no son las Indias. Y si esta tierra no es de nadie, ahora es de nuestra reina.

(Aparece el rey.)

REY: No se olvide de mí, Capitán.

CAPITÁN: Por supuesto, majestad. (Clavando el pendón en tierra) Yo digo, solemnemente, que esta tierra inhabitada será a partir de este día propiedad de nuestro rey.

(Aparece la reina.)

REINA: ¿Y de quién más, Capitán?

PÉREZ: Me parece que en palacio hay problemas de pareja.

CAPITÁN: Digo, que a partir de ahora esta tierra es de la reina.

REY: ¡Ey!

CAPITÁN: Y del rey.

REY: Okei.

TIGRE: (Apareciendo de un salto) ¿Cómo dice?

(El Capitán, los marineros, el rey y la reina se asustan ostensiblemente.)

PÉREZ: ¿Y este bicho?

GARCÍA: Es un león, me parece.

CAPITÁN: Los leones son marrones. Y tienen una melena.

GARCÍA: Es un tigre de bengala.

CAPITÁN: No tiene rayas, García. Este bicho tiene manchas.

GARCÍA: Entonces es un faisán.

CAPITÁN: Los faisanes tienen alas, este tiene cuatro patas.

PÉREZ: Entonces es una rata.

GARCÍA: Si es una rata es gigante.

CAPITÁN: Usa pechera de oro.

GARCÍA: Falta que diga que es loro.

TIGRE: (Ruge, y al terminar el rugido habla) Soy el Tigre, no soy rata. Me dicen yaguareté. O jaguar, si lo prefieren.

GARCÍA: Capitán, no puede ser. Este bicho habla.

PAJARITO: Y yo también. ¿Algún problema?

CAPITÁN: Sí. Los animales no hablan.

TIGRE: ¿Está seguro?

GARCÍA: Bueno… en nuestra tierra los animales no hablan.

LAHÁ: Usted lo dijo. En “su” tierra no hablan. Pero en “nuestra” tierra sí.

PÉREZ: ¿Se imagina, Capitán, la plata que nos van a dar cuando le llevemos al rey un tigre que habla?

CAPITÁN: ¡Sí!

PÉREZ: ¡Y un pájaro que habla!

GARCÍA: Yo tengo dos loros que dicen malas palabras y nadie me dio plata por eso.

CAPITÁN: No me importa. Hablen o no hablen, desde ahora serán súbditos de la corona de nuestro rey.

REINA: Capitán…

CAPITÁN: Ufa. De nuestro rey y de nuestra reina. (A Pérez y García) Llévenlos a la carabela.

TIGRE: ¿Cómo es eso? ¿A dónde nos van a llevar?

PÉREZ: (Dando un rodeo, en complicidad con García fingiendo inocencia) A ningún lado… no los vamos a llevar a ningún lado… (Pérez y García arrojan una red sobre el tigre y los atrapan)

CAPITÁN: ¡Muy bien hecho, marineros! ¡Atraparon la jauría!

PÉREZ y GARCÍA: (Saludando marcialmente)

¡Somos el grumete Pérez y el García!

PAJARITO: Ahora sí que no voy a cantar más.

CAPITÁN: (A los prisioneros) Bien, desde ahora son súbditos de nuestra corona.

PÉREZ: Y al que no le gusta se embroma.

CAPITÁN: Obedecerán nuestras leyes.

GARCÍA: Trabajarán como bueyes.

LAHÁ: No, señores. Somos libres y no vamos a trabajar para ustedes.

CAPITÁN: Si ustedes trabajan para nosotros, vamos a enseñarles muchas cosas.

TIGRE: ¿Qué cosas van a enseñarnos?

CAPITÁN: Cómo es el mundo, la vida, quién creó nuestro universo.

KEOL: Nosotros ya lo sabemos.

CAPITÁN: Ustedes creen que saben. Nosotros vamos a enseñarles la verdad.

LAHÁ: Nosotros sabemos la verdad. La tierra nos habla de muchas formas, y también el cielo y el mar.

CAPITÁN: Pues vayan olvidándose de todo eso. Y prepárense a aprender: Hay un dios, un solo dios, que domina cielo y tierra.

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