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DILIGENCIA

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«Denotan una gran ciencia

los que actúan con diligencia»

Son continuas y variadas las tareas que debemos desarrollar: profesionales, académicas, domésticas, etc., y su demora, además de ocasionar trastornos a los demás, también nos produce un cierto «deterioro» personal. Como se suele decir en el refranero español: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», lo cual lleva implícito vivir la virtud de la diligencia.

Los encargos familiares facilitan, entre otras cosas, que todos los miembros de la familia mejoren en diligencia.

Con las responsabilidades familiares, los hijos aprenden, desde pequeños, a colaborar con obras en la buena marcha del hogar. Tener un encargo concreto a los cuatro o cinco años hace posible que a los quince o dieciséis vean lógico y natural preocuparse del conjunto del hogar y de mantener un clima familiar acogedor.

Los más pequeños comienzan ayudando a realizar algún trabajo del hogar. Más adelante se responsabilizarán de una tarea. Con ellos, es muy importante pedirles ayuda en pequeñas tareas que puedan hacer bien, para que disfruten con la satisfacción de un trabajo bien hecho por ellos mismos.

De este modo, el niño aprenderá con placer y cultivará el afán y voluntad de actuar por sí mismo. Pronto podrán pasar de la ayuda a la colaboración, entendiendo que los trabajos del hogar son de todos, según las posibilidades de cada uno7.

Padres

 Al asignar encargos a tus hijos, además de indicarles cómo deben realizarlos, debes hacerles ver que tan importante es que los realicen, como la diligencia en hacerlos.

 Transmite un buen ejemplo en el desempeño de tus obligaciones profesionales. De esta forma, tus hijos aprenderán a actuar del mismo modo.

 Ante las necesidades de tus vecinos, acude con prontitud para echarles una mano. En muchas ocasiones la urgencia de una actuación indica el interés en ayudar.

Niños

 Por la tarde, al llegar a casa tras la jornada escolar, merienda relajadamente con tus hermanos y ponte enseguida a hacer los deberes, de acuerdo al plan que tengas previsto.

 Realiza tus encargos en los momentos establecidos para hacerlos. Si te demoras en cumplirlos, otros tendrán que hacerlos en tu lugar.

 En el Colegio, ayuda a tus compañeros con diligencia. Ten en cuenta que muchas veces la ayuda que se necesita ha de prestarse en un momento concreto, y si se retrasa pierde eficacia.

Adolescentes

 Haz cuanto antes los trabajos que te manden en el Instituto o en el Colegio. Si los dejas para última hora, te agobiarás y posiblemente no conseguirás la nota que hubieras obtenido al hacerlos con más tiempo.

 Pon entusiasmo y diligencia en cumplir los objetivos académicos que te hayas marcado. El resultado final dependerá de cómo los vayas realizando.

 Actúa con prontitud ante las necesidades de tus amigos. Un buen barómetro de la amistad es la prontitud de tu intervención.

Cincuenta maneras de mejorar a tu familia

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