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Introducción


¿Qué pasó? ¿Cómo llegamos hasta aquí? Varios autores escribieron para El Líbero ensayos que analizan desde la historia, las ciencias sociales, la política y el derecho los acontecimientos que a partir del 18/O (o acaso antes) trazaron un camino político electoral que hoy tiene al país en un proceso constituyente y a Gabriel Boric en La Moneda. La suma de estos artículos dan vida a este libro, que permite reflexionar sobre el momento actual que vive Chile.

El ciclo electoral se inició con el plebiscito de octubre de 2020. Tras responder si se aprobaba o rechazaba redactar una nueva propuesta de texto constitucional, vino la elección de gobernadores, alcaldes, concejales municipales, convencionales constituyentes, presidente, diputados, senadores y concejales regionales. Y todavía ese ciclo no se cierra: resta que se concrete el plebiscito de salida en el que se evaluará si se aprueba la Carta Magna, que posiblemente se lleve a cabo el próximo mes de septiembre.

En “Elecciones 2020-2021: La suma de todos los miedos”, el abogado Gonzalo Arenas aborda el origen del proceso. En su visión, fue el miedo el que llevó al acuerdo del 15 de noviembre de 2019, en el cual se estableció un plebiscito de consulta sobre la necesidad de redactar una nueva Constitución. De ahí en adelante, señala, se abrió la puerta “a la violencia, la desestabilización política y el populismo como armas legítimas de acción política por parte de la izquierda chilena”. En ese ambiente se llevó a cabo el plebiscito el 25 de octubre de 2020, obteniendo la opción Apruebo una abrumadora mayoría, resultado que, según Arenas, no fue una definición política ni un punto de inflexión en la identificación política de los chilenos, sino más bien el reflejo de un confuso entorno político y social marcado -otra vez- por el miedo.

A su vez, el abogado constitucionalista Germán Concha expone algunas consideraciones a tener presentes al intentar profundizar en la comprensión de los resultados obtenidos por la derecha en el ciclo de elecciones que va desde 2017 a 2021. En el ensayo “¿Qué pasó? Tratando de entender las últimas elecciones” se refiere al surgimiento de una crítica general al sistema, donde las personas comunes se enfrentan a las élites (recordemos al movimiento de los “indignados”) y exigen un cambio radical. “¿Cuánto tiene que ver esta visión con el respaldo que obtiene la opción Apruebo en el plebiscito de 2020? ¿Hasta dónde ella explica el alto apoyo a candidatos independientes en la elección de convencionales de 2021?”

Por otra parte, resalta la derrota “moral” que significó para la centroizquierda el triunfo de Sebastián Piñera el 2009: “¿Cuánto se agravó esa visión en la segunda vuelta presidencial de 2017, con un nuevo triunfo de la coalición de centroderecha, esta vez, además, no sólo por mayoría absoluta, sino con la votación más alta que ella había obtenido desde 1989? ¿Cuánto influyó en el respaldo a las movilizaciones, y aún a la violencia desatada en Chile a partir de octubre de 2019?”

Concha señala que quizás más determinante en el devenir de la centroderecha es el abandono de su discurso tradicional para intentar acercarse a aquel enarbolado por la coalición de centroizquierda. “La derecha equivocó el camino para intentar sintonizar con el nuevo Chile que, según se suele decir, venía surgiendo como resultado del proceso de modernización capitalista que se había iniciado durante el Gobierno Militar, y, en vez de reivindicar el rol de sus ideas en ese proceso, optó por adoptar frente a él posiciones más similares a las de centroizquierda”.

A continuación, el sociólogo José Joaquín Brunner se refiere al recambio generacional de una parte de la élite política. En “La nueva élite de las izquierdas” establece que tal renovación se habría comenzado a desarrollar el 2021 en parte gracias a los distintos procesos de participación ciudadana. Se trataría principalmente de un recambio de tipo generacional que representa un intento de quiebre, unida esencialmente por su pensamiento anti-neoliberal pero sin un programa de transformaciones perfilado. “El recambio de la elite política en curso es, sin duda, el proceso más importante de transformación de la sociedad chilena en lo que llevamos recorrido del presente siglo. De él dependerá, críticamente, nuestro futuro”.

Pero en todo este proceso, ¿por qué la centroderecha, que no alcanzó a rozar el tercio de representatividad en la elección de constituyentes, a fin de año obtuvo la mitad del Senado? El economista y director ejecutivo de la Fundación para el Progreso Fernando Claro analiza el triunfo de Gabriel Boric y la derrota de José Antonio Kast, y asegura que “esta crisis institucional a la que llegamos fue causada, en gran parte, por haber tenido dos presidentes seguidos entrelazados entre sí. Eso significó un estancamiento total de personas, ideas, discursos y el enraizamiento de rencores y amistades entre diferentes políticos que impidieron un flujo sano dentro de las sillas del poder”. Insiste en que “si la centroderecha aspira a gobernar no puede ser hegemonizada por el conservadurismo”.

En el ensayo “Una derecha moderna” además afirma que “la izquierda, y especialmente la de los últimos cuatro años, ha sido lo que los cientistas políticos llaman ‘oposición desleal’, algo que ha sido incluso catalogado como el principal mal de las democracias latinoamericanas”.

El abogado Sebastián Soto profundiza en las “enfermedades políticas” que han padecido tanto izquierdas como derechas en los últimos años. Las primeras habrían pecado de falta de contención, llegando a su cúspide al asumir la presidencia Sebastián Piñera en 2018. De ahí en más -y sobre todo post 18 de octubre- “las izquierdas compitieron por esconder cualquier espacio de moderación que pudiera matizar su apoyo al momento más desestabilizador que Chile conozca en el último medio siglo”.

El gran problema de la derecha, en cambio, asegura el autor, fue su simplicidad, “característica que puede ser en muchos ámbitos una virtud, pero en política es definitivamente un pecado”. La derecha “no tuvo en estas tres décadas elementos que la tensionaran y provocaran por ello una reflexión”. Para ambas “enfermedades”, el abogado sugiere sus remedios.

Por su parte, la también abogada Constanza Hube analiza “desde dentro” el proceso constituyente. En su calidad de convencional, identifica lo que en su opinión está en juego en la discusión: “Si hay un derecho fundamental que está en juego en esta discusión constitucional, y que es base de cualquier democracia, es el derecho a la igualdad ante la ley”. En su ensayo “Hacia una Constitución de la desigualdad”, afirma que “este derecho básico de toda democracia a nivel mundial está alterado gravemente en las discusiones aprobadas en informes de las diversas comisiones. Cuando se argumentó a favor de una Nueva Constitución se sostuvo que el objetivo era combatir la desigualdad, y al parecer esta solo ha aumentado”.

Cierra este conjunto de ensayos el escrito “Los duros dilemas de Boric”, de Sergio Muñoz Riveros. En él el autor define lo que a su juicio es el desafío más importante para el presidente Gabriel Boric: no naufragar. “Lo mejor será que actúe sobriamente”, dice, y para ello es imprescindible la estabilidad. Estabilidad que está amenazada por distintos flancos: el actuar de la Convención Constituyente, el terrorismo, el crecimiento de la economía.

Muñoz, un ex militante comunista, resalta la especial admiración de Boric por el expresidente Salvador Allende, y concluye: “Le conviene tener muy presente la experiencia de Allende y la izquierda socialista/comunista entre 1970 y 1973. Allí están concentradas las enseñanzas acerca de todo lo que no debe hacer”.

De Piñera a Boric.

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