Читать книгу Instalaciones, su acondicionamiento, limpieza y desinfección. AGAH0108 - José Luis Oblaré Torres - Страница 10
2.1. Origen y evolución
ОглавлениеLas primeras manifestaciones hortícolas aparecieron con los sumerios, con el cultivo de cebollas y ajos.
Los egipcios (s. II a. C.) fueron los primeros que desarrollaron la horticultura como forma de cultivar (puerro, melón, sandía, espárrago, rábano, alcachofa, achicoria, pepino, etc.). También iniciaron técnicas de riego como la inundación, aprovechando las crecidas del río Nilo, técnicas de poda y de industria (perfumería).
Con los mesopotámicos y babilónicos se construyeron canales de adobe para el transporte de agua a zonas donde era suficiente. Dejaron escrito un libro, El Herbal, con 1.200 especies agrícolas, de las que más de 500 eran hortícolas. Debemos nombrar aquí los jardines colgantes de Babilonia, que fueron construidos a principios del siglo VII a. C., sobre terrazas donde se cultivaban, junto a las hortalizas, árboles frutales y exóticos, plantas aromáticas y ornamentales, utilizando mecanismos de riego complejos mediante poleas.
Sabía que...
La palabra horticultura procede del latín hortus (jardín, huerto, terreno delimitado, etc.) y cultura (cultivo).
Los griegos fueron una sociedad que se dedicó más a la producción de ganado que a la agricultura, debido principalmente a la orografía de Grecia, que era muy accidentada. Fue una civilización que dependía del comercio agrícola con otras ciudades.
Pero no fue hasta el Imperio Romano cuando se produjo la expansión de la producción hortícola como práctica habitual. Fueron los primeros en diferenciar entre cultivos extensivos y hortícolas, y fueron innovadores en técnicas como los injertos, las podas, la fertilización y en técnicas de conservación. También fueron grandes ingenieros hidráulicos, construyendo norias, canales y acueductos. Como autor, tuvo importancia Columela (siglo I a. C.), que escribió en su libro Res Rustica referencias a la importancia de las hortalizas como consecuencia del encarecimiento de los alimentos básicos (pan, carne, leche).
Durante la Edad Media, y tras la caída del Imperio Romano, la horticultura pasó a segundo plano debido a que se consumían más cereales. Solo con la entrada de los musulmanes en la península Ibérica se reactivó de nuevo el cultivo de los hortícolas, aportando nuevas técnicas de riego e hidráulica, principalmente en transporte y almacenamiento, destacando el cultivo de la berenjena y la alcachofa. Hay que destacar aquí el Libro de agricultura de Abu Zacaría, donde se describen numerosas hortalizas (lechuga, escarola, acelga, espinaca, zanahoria, melón, pepino, etc.) y plantas ornamentales (alhelí, narciso, rosal, albahaca, etc.).
Nota
En el resto de Europa las técnicas agrícolas se conservaron en los monasterios.
En el Renacimiento (s. XIII y s. XIV), se traducen los libros con referencias a la agricultura. Se potenció la horticultura artístico-ornamental, con la creación de importantes jardines reales y botánicos.
En la Edad Moderna (s. XVI y s. XVII) se produce un cambio en la actitud agrícola. Se descubren nuevas rutas comerciales y entran Europa nuevas especies procedentes de América, aumentando el conocimiento hortícola.
Durante la Revolución Industrial (s. XVIII y s. XIX) se produjo un gran cambio en la horticultura. La gente del campo emigra a la ciudad y, con ello, introducen sus hábitos de consumo de los productos hortícolas. Se desarrolla también la industria de transformación (conservas).
Desde el siglo XIX hasta hoy, se han producido una serie de hechos que han dado lugar a la importancia que tiene hoy la horticultura, como la aplicación de la mejora genética en la horticultura con el objetivo de obtener nuevas variedades y mejorar las existentes, aumentar el rendimiento, etc.; aparece también una de las técnicas más importante en horticultura, la aplicación de los plásticos como sistemas de protección en invernaderos, túneles, etc.; y se desarrollaron sistemas de riego como la aspersión y el goteo.