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3.2. Real y militar orden de San Fernando

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La Real y Militar Orden de San Fernando, creada durante la guerra contra el francés (1808-1814), para premiar hazañas guerreras, se compone de tres tipos de condecoraciones: la cruz sencilla de primera clase para oficiales y jefes y la tercera clase para brigadieres y generales; la cruz laureada de segunda clase para jefes y oficiales y cuarta clase para brigadieres y generales, y la gran cruz o cruz de quinta clase.83 La cruz sencilla, estaba concebida para premiar hechos distinguidos, y la laureada, que se otorgaba bajo juicio contradictorio, era para hechos heroicos.

La gran cruz estaba destinada para generales en jefe de un ejército, que habían realizado un evento extraordinario. En relación con esta gran cruz o cruz de quinta clase, todos los personajes estudiados la llegaron a obtener, pudiendo distinguir su concesión durante una guerra o de resolución de conflictos internos. En el primero de los casos la obtuvieron, Espartero durante la primera guerra carlista, siendo mariscal de campo, en mayo de 1835, Concha en la guerra de Cuba cuando era teniente general y sofocó la invasión del ex general Narciso López —13 al 24 de agosto de 1851—, y Zavala durante la guerra de África por su actuación como teniente general con mando en cuerpo de ejército, en la batalla de Sierra Bullones. En el segundo supuesto, esto es, la resolución de conflictos internos, dicha gran cruz la consiguieron Pezuela y Pavía siendo tenientes generales, por su actuación en los sucesos revolucionarios de Sevilla y por sofocar los pronunciamientos de Huesca, en noviembre de 1844, respectivamente. La gran cruz concedida a Serrano, por Real cédula de 3 de enero de 1844, no es debida a un hecho en concreto, sino a una carrera como se expresa literalmente en su concesión, Queriendo S. M. darle una muestra de lo grato que le habían sido los singulares y relevantes servicios que había contraído en diferentes épocas y en todas las circunstancias, y deseando que ostentara un premio que acreditase su valor y méritos militares, le confirió esta Gran Cruz.84

La cruz laureada la consiguieron todos los generales considerados, con la excepción del conde de Cheste, siéndoles otorgada en la mayoría de los casos durante la primera guerra carlista, con la única excepción de Baldomero Espartero. Este general obtuvo una de segunda clase, siendo coronel en la guerra de la independencia sudamericana, en Perú, el 19 de enero de 1823 en la batalla de Torete. En la guerra de los siete años o primera guerra carlista, Espartero obtuvo dos de cuarta clase, siendo ya mariscal de campo, por su actuación en las acciones de Arrigorriaga y Orduña (Vizcaya), siendo entre los considerados el militar de mayor graduación en ganar la cruz laureada

Entre los demás militares que obtuvieron la laureada en la primera guerra carlista, considerando el mayor empleo que tenían cuando la consiguieron, figuraen primer lugar Manuel Pavía y Lacy, que consiguió una de cuarta clase cuando era brigadier y otra de segunda clase en el empleo de coronel, por su actuación en la acción de Novaliches el 22 de marzo de 1840, y por el sitio y toma de Solsona (Lérida) del 21 a 27 de julio de 1838respectivamente. En empleos inferiores a coronel, encontramos la laureada de segunda clase obtenida por los méritos contraídos en la acción de Castelserán (Teruel) por el entonces comandante Francisco Serrano Domínguez, y las obtenidas siendo capitanes por José Gutiérrez de la Concha y Juan Zavala, por su actuación en la batalla de Gra (Lérida) el 12 de junio de 1837 y la participación en las acciones de Ceánuri, del puente de Burceña y del monte Sollube (Vizcaya) los días 15 y 22 de marzo, respectivamente

Otras laureadas otorgadas fuera del contexto de la primera guerra carlista, fueron la de segunda clase otorgada a Concha por permuta de cuatro sencillas de primera clase conseguidas en dicha guerra siendo teniente coronel, por Real cédula de 2 de octubre de 1841, como también la cruz de cuarta clase concedida a este mismo general por Real orden de 5 de marzo de 1847, cuando era capitán general de Cuba.

Respecto a las cruces sencillas, todos estos generales poseen al menos una, conseguidas en diferentes empleos, desde teniente a brigadier. Francisco Serrano y Manuel Pavía y Lacy, consiguieron durante la primera guerra carlista una de primera clase cuando eran tenientes y una de tercera clase ostentando ya el empleo de brigadier. En efecto, los tenientes Serrano y Pavía obtuvieron una cruz sencilla de primera clase, por su actuación en el puerto de Larreamar (Navarra), el 12 de marzo de 1835, y por los méritos contraídos en la participación en la batalla de Mendigorría (Navarra) el 16 de julio de 1835. También estos dos militares, ya con el empleo de brigadier, lograron una cruz de tercera clase, Serrano en el año 1840 por su actuación en la acción de los Campos de la Hoz, y Pavía y Lacy en el sitio y ocupación de la villa de Ager (Lérida), el 10 de febrero de 1839. Espartero y Zavala obtuvieron una cruz de tercera clase siendo brigadieres, el primero en octubre de 1824 y Zavala en la acción de Urdax (Navarra) el 14 de septiembre de 1839. También Pezuela consiguió una única cruz sencilla de primera clase, siendo comandante, por los méritos desarrollados en las acciones de Estella y Montejurra (Navarra) los días 15 y 16 de noviembre de 1835.

El militar que obtuvo más cruces sencillas fue José Gutiérrez de la Concha, que logró cuatro, dos de ellas siendo comandante y otras dos en el empleo de teniente coronel, todas durante la primera guerra carlista. En el empleo de comandante consiguió dos de ellas por su actuación en la acción de Baurrun el 15 de enero de 1839, y en la acción de Izu y toma del puente de Asiain (Navarra) el 1 de abril de 1838, obteniendo las otras dos, ya con el empleo de teniente coronel, en la acción de Villarreal (Álava) y en la toma de Berga (Barcelona). Concha obtuvo otras dos cruces sencillas de tercera clase después de la primera guerra carlista, siendo brigadier y mariscal de campo, en el primer caso por sus méritos en el bloqueo de Zaragoza del 19 de septiembre a 28 de octubre de 1843, y ya con la categoría de oficial general por su actuación en el sitio y toma de Cartagena (Murcia), del 15 de febrero al 25 de marzo de 1844.

En conclusión, entre estos seis capitanes generales, reúnen seis grandes cruces, nueve laureadas y trece sencillas, consiguiendo diecisiete de ellas durante la primera guerra carlista. Por lo expuesto, podemos comprobar que los generales considerados no sólo tienen una vertiginosa carrera militar durante la guerra de los siete años, sino que ingresan en la orden militar más prestigiosa, alcanzando varias veces las cruces que están comprendidas en ella. Un resumen de la posesión de estas condecoraciones, las observamos en la Tabla XIII.

TABLA XIII. Número de cruces de San Fernando, por clases.

NombresTipos
Gran cruzLaureadaSencilla
quinta clasecuarta clasesegunda clasetercera claseprimera clase
Espartero1211
Serrano1112
Pezuela11
Pavía y Lacy11111
Concha112*24
Zavala1111

*UNA laureada, cruz de segunda clase, la obtiene por la permuta de cuatro cruces sencillas.

Capitanes generales de Ejército en la Restauración (1874-1923)

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