Читать книгу 1013 ejercicios y juegos aplicados al balonmano - José Maria Ponz Callen - Страница 7
ОглавлениеFUNDAMENTACIÓN TEÓRICO-PRÁCTICA
GENERALIDADES
Parece evidente que el contenido esencial de un libro, el producto que se pretende vender e interesa comprar, en una publicación de la serie “1.000 ejercicios y juegos”, son las situaciones propuestas, los ejercicios y juegos en si. En función de la originalidad-rigurosidad-coherencia de cada uno de ellos, así como de la lógica de ordenación-progresión de la totalidad de los mismos, existirá una menor o mayor aceptación de ese producto.
Desde nuestro punto de vista, es relativamente fácil vender el producto tal y como éste sale al mercado. Pero nos parece bastante más complejo explicar el proceso que conduce a ese resultado final, el porqué del resultado final. Y como autores consideramos tanto o más importante el conocimiento de las razones, de las justificaciones, de la filosofía que nos mueve a ese orden o taxonomía general, y a ese ejercicio concreto. Ello es lo que trataremos de explicar en las siguientes lineas.
En principio existen dos ideas claras que marcan la intencionalidad de la obra:
1. El análisis del ejercicio jamás debe ser efectuado desde la óptica intrínseca del propio ejercicio. Éste no pretende ser una receta ni el libro un recetario. Recomendamos que antes del análisis de los ejercicios, el lector revise los planteamientos teórico-metodológicos desarrollados. De este modo, será fácil entender los criterios de estructuración de los mismos y la relación del juego-ejercicio en su contexto. A su vez, posiblemente las diferentes propuestas que aportamos, no se considerarán como una imposición categórica sino como una argumentación de posibilidades.
2. Por otro lado, el énfasis del ejercicio no radica en los aspectos estructurales-organizativos del mismo, sino en la relación objetivotarea existente en el mismo. No es suficiente con que el entrenador domine la organización, el cómo debe ejecutarse de forma coordinada la situación que se plantea. Tampoco con que el jugador entienda la estructura del ejercicio. La organización no representa más que un medio para hacer transparente el aprendizaje del ejercicio. Hay que aprender algo más que su propio desarrollo. Deberíamos valorar a su vez, primero, que es lo que queremos enseñar (determinación del objetivo de trabajo), en segundo lugar, si el ejercicio cumple con el objetivo propuesto (verificación de la correlación actividades-objetivos) y, finalmente, si el jugador aprende la conducta requerida por el objetivo, o si únicamente realiza la tarea con ajuste a su organización o estructura (evaluación del aprendizaje).
En otras palabras, la estructura y la organización, no serán tan importantes como las consignas, las observaciones y la explotación de los aspectos metodológicos, que cada entrenador debe realizar, para adaptar la situación motriz a las capacidades del ejecutante, para su perfecta asimilación.
A continuación vamos a tratar de justificar el porqué de la aparición de las diferentes unidades de contenido, aparecidas en los ocho capítulos del libro.
– Hemos de distinguir, en primer lugar, cinco capítulos que se plantean como una superación de etapas perfectamente estructuradas entre sí, lo que denominamos bloques temáticos articulados, a partir de unas líneas directrices establecidas por un programa marco de actuación. En segundo lugar, se introducen tres capítulos que aparecen como bloques específicos con contenido propio (bloques temáticos diferenciales), con una lógica explicativa intrínseca.
Bloques temáticos articulados
Capítulo 2: Las situaciones individuales de juego sin balón
Capítulo 3: Las situaciones individuales de juego con balón
Capítulo 4: Las situaciones de finalización de la acción individual
Capítulo 1: (Volumen II): Los medios o combinaciones colectivas
Capítulo 2: (Volumen II): Los sistemas de juego
Bloques temáticos diferenciales
Capítulo 1: Las situaciones de desarrollo motor
Capítulo 3 (Volumen II): El portero
Capítulo 4 (Volumen II): Las situaciones especiales
ANÁLISIS DE LAS UNIDADES DE CONTENIDO
Los bloques temáticos articulados
EL PROGRAMA MARCO DE ACTUACIÓN
Hemos defendido con anterioridad la concepción de un libro que, aunque eminentemente práctico y operativo, no debe olvidar una estructuración lógica que permita articular los diferentes ejercicios y juegos propuestos, en una progresión metodológica tal que posibilite una aproximación progresiva al conocimiento de los elementos integrantes del Balonmano.
Asimismo, hemos distinguido unas unidades temáticas autónomas, núcleos diferenciales que es necesario conocer, de unas unidades de contenido articuladas, que marcan el acento o la intención básica en el planteamiento de unas líneas metodológicas directrices. Nuestro punto de inflexión se centra ahora en este segundo apartado.
PROGRAMA MARCO:APROXIMACIÓN PROGRESIVA AL CONOCIMIENTO DE LOS DEPORTES DE EQUIPO | ||
OBJETIVO GENERAL | Introducir al alumno en los elementos básicos de los deportes de equipo a partir de una progresión metodológica estructurada por niveles | |
CRITERIOSDIDÁCTICOSBÁSICOS | Las etapas a asumir son de superación progresiva, no pudiéndonos saltar ningún paso ni utilizar elementos de una etapa para desarrollar una etapa anterior. | |
Fases a considerar en ei proceso de relación | Secuencia metodoiógica (unidades de contenido) | Objetivos específicos |
Fase de relación | – El balón centro de atención. – La fase de progresión. – La fase de estructuración progresiva de Jas características diferenciales de cada deporte de equipo. | – Conseguir la integración social. – Relacionar al alumno con el objetivo. – Conseguir el respeto y el cumplimiento de las reglas de juego. – Estructurar las nociones básicas de cooperación y oposición y asentar los medios básicos de colaboración y oposición. |
Fase de desarrollo de los elementos básicos técnico-tácticos individuales | – Elementos técnico-tácticos individuales defensivos. • Atacante sin balón. • Atacante con balón. • Fase final posesión balón. – Elementos técnico-tácticos individuales ofensivos. • Atacante sin balón. • Atacante con balón. • Fase final posesión balón. | – Desarrollar los patrones motrices básicos (técnica) para dotar de los recursos necesarios para la adaptación a las diferentes situaciones de juego. – Desarrollar cada una de las intenciones tácticas de ataque y defensa inteligentemente. – Dotar de los recursos para actuar consecuentemente en todas las posibilidades de ataque y defensa. |
Fase de desarrollo de los elementos básicos de la táctica colectiva | – Elementos básicos táctica colectiva defensiva. • Combinaciones básicas. • Encadenamientos de las acciones. • Continuidad y variantes. • Elementos básicos táctica colectiva ofensiva. • Combinaciones básicas. • Encadenamiento de las acciones. • Continuidad y variantes. | – Conocer y dominar cada una de las posibilidades de coordinación de las combinaciones tácticas. – Saber adaptar la solución más adecuada a las diferentes situaciones planteadas. – Dotar de los recursos para variar las posibilidades de respuesta. |
Fase de desarrollo de los sistemas de juego | – Los sistemas de juego ofensivos. – Los sistemas de juego defensivos. – Los sistemas de transición. • Contraataque. Fases • Repliegue defensivo. Fases. – Las situaciones especiales. | – Organizar las acciones individuales en movimientos coordinados de equipo. – Estructurar los movimientos básicos regulando las capacidades de decisión individuales, en función de las diversas situaciones posibles. |
El programa marco de actuación progresiva representa la estructura básica, el marco articulador común de la línea de progresión metodológica por aproximaciones sucesivas al conocimiento de la totalidad de los elementos configurantes del balonmano.
Las etapas a superar serían las siguientes, dentro de esta progresión:
1. Fase de relación o de experimentación global.
2. Fase de desarrollo de los elementos técnico-tácticos individuales.
3. Fase de desarrollo de los elementos básicos-tácticos colectivos.
4. Fase de desarrollo de los sistemas de juego.
Para la aplicación correcta de este programa, deberíamos respetar unos criterios básicos:
Las etapas a desarrollar son de superación progresiva, por lo que, atendiendo a criterios de complejidad, no deberíamos utilizar elementos de una de las etapas, para explicar conceptos relacionados con una etapa de tratamiento anterior. Asimismo, el criterio de superación progresiva implica que cada etapa edifique su estructura básica en aspectos de la etapa inmediatamente anterior. Evidentemente, no podremos tampoco saltarnos ninguna de las etapas propuestas.
Sobre el papel, parece lógico el criterio de no obviar etapas, para conseguir un conocimiento completo de nuestro deporte. También parece coherente plantear unos elementos a desarrollar en forma de progresión, en base a unos criterios de dificultad creciente. Sin embargo, es frecuente observar, por ejemplo, cómo en un nivel de desarrollo de elementos técnico-tácticos individuales, simultáneamente se desarrollan situaciones de organización del juego en sistemas estructurados. No por triste, deja de ser usual contemplar niños en etapa de formación de sus habilidades básicas, “jugando” con un disciplinado sistema defensivo 6:0.
Desde nuestro punto de vista, ello debe ser considerado, si no erróneo, si difícil de asimilar por parte del practicante.
No podemos pretender de forma simultánea, y menos por causa de una búsqueda de resultados a corto plazo, que un jugador en formación, en fase de conocimiento de sus posibilidades individuales de actuación, (elementos técnicos y tácticos individuales), a la vez deba someterse-resignarse a ser una pieza más del engranaje de un cerrado sistema de juego. Esa incongruencia es fácilmente constatable en la dificultad de enseñar y aprender al mismo tiempo, las diferentes intenciones tácticas individuales de defensa (disuadir, interceptar, controlar...) y las trayectorias de un central en la defensa 3:2:1.
Parece un planteamiento más razonable, atendiendo al principio de progresiva especificidad, pensar que primero debemos conseguir un desarrollo de las capacidades individuales, para, en un estadio final, adaptar éstas a un sistema de juego.
Por otro lado, también pensamos que, aunque debe existir una competición, ésta siempre debe estar subordinada a la consecución de unos objetivos de aprendizaje. Competir para aprender y no aprender para competir, resumiría nuestra idea de la competición en etapa de formación.
Para ello, la organización de la competición debería venir determinada por los objetivos de la etapa de aprendizaje en la que estemos situados, y no al revés.
Jugar partidos con defensa 6:0, en basculación, poco ayuda a que el niño desarrolle sus potencialidades motrices y cognitivas, porque el sistema condiciona sus actuaciones.
Más adelante, ofreceremos nuestra particular propuesta de evolución respecto a la organización del juego, (que no sistema), acorde con la línea de progresión establecida tal, que permita desarrollar los objetivos de cada una de las etapas.
Otro de los aspectos a considerar en este programa de actuación progresivo, como hemos indicado, es la imposibilidad de obviar las etapas anteriores. La superación de una etapa no implica el desentendimiento respecto de la etapa anterior. Bien al contrario, cada etapa se fundamenta en las etapas anteriores: los sistemas de juego se estructuran en células inferiores, las combinaciones tácticas colectivas. A su vez, éstas se fundamentan en la coordinación de las acciones técnico-tácticas individuales. Ésta es la lógica aplastante de la línea de actuación en el tratamiento de los elementos constitucionales del Balonmano, bajo un planteamiento que intencionadamente trata de adscribirse a la teoría de la transferencia fenómeno-estructural. Esta teoría, defendida por autores como Claude Bayer1 y Jean Pierre Bonnet,2 resalta la necesidad de contemplar la relación entre la totalidad de los elementos de la estructura, en este caso del Balonmano, tratando progresivamente de conocer la totalidad de la misma, a partir de células básicas del aprendizaje.
Es importante hacer notar que esa interrelación permite que no sea necesario el dominio de todos los elementos y modalidades de ejecución de una etapa, según el criterio de integración de las etapas anteriores. Así pues, podríamos realizar un tratamiento más profundo de elementos tácticos colectivos complejos, una vez hayamos entrado ya en el desarrollo de los sistemas básicos de juego.
Gráfico 1
LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE RELACIÓN
Esta fase coincide, desde nuestra perspectiva, con un tratamiento común de iniciación general a los deportes de equipo.
Partiendo de la plena convicción en la existencia de transferencia entre prácticas deportivas colectivas, hemos llegado al acuerdo de no introducir situaciones referentes a esta primera etapa.
La razón fundamental radica en que consideraríamos un planteamiento exclusivista, el permitirnos la licencia, en un libro de Balonmano, de hacer un tratamiento de iniciación, parcelando la temática a nuestro deporte, sin considerar para nada el resto de prácticas deportivas colectivas. Si cada deporte defendiera su propio planteamiento de iniciación, “sin intrusiones”, en beneficio de una especialización precoz, limitaríamos las posibilidades del niño. Por otro lado, la posibilidad de repetición de contenidos, de prácticas deportivas no tan diferentes como se pretende hacer creer, aumentaría considerablemente.
Nuestra defensa de la transferencia transversal, y de un planteamiento pluridisciplinar en la iniciación, pasa por olvidar el establecimiento de una línea de progresión directa al aprendizaje de los elementos específicos de cada uno de los deportes de equipo. La reiteración conceptual, asociada a la pérdida de tiempo, son criterios de peso, como para cuestionar la tesis de defender acérrimamente los egoístas valores de una iniciación precoz al Balonmano, basados en una búsqueda de rendimiento a corto plazo, que acota, limita y condiciona las potencialidades del individuo. Y no debemos olvidar que bajo el marcado influjo del deporte de alto rendimiento, o por lo menos, en base a los parámetros del deporte adulto, estas propuestas, posiblemente caen en el peligro de realizar un tratamiento de la iniciación asociada a la simple reducción de la compleja estructura del Balonmano de élite y lo que es peor, posibilitan que se tenga el derecho a decidir por el niño, no sólo qué prácticas deportivas puede o no puede realizar, sino incluso el puesto específico que ocupará en este deporte.
En definitiva, la iniciación a los deportes de equipo, debe salvaguardar, por encima de la idea de formar jugadores y equipos campeones, la responsabilidad de dotar al niño del máximo de disponibilidad motriz, no exclusiva de las habilidades específicas del Balonmano. Es por ello que hemos abandonado lo que consideramos una línea equivocada de actuación, centrada en el tratamiento de la iniciación al Balonmano. Consideramos más razonable, más global y más formador un proyecto de iniciación a los deportes de equipo. Pero éste, en todo caso, es un proyecto diferente.
LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE APRENDIZAJE DE LOS ELEMENTOS BÁSICOS TÉCNICO-TÁCTICOS INDIVIDUALES
Conceptos desarrollados
LA TÉCNICA
Concepciones generales de la técnica
TÉCNICA
– Sinónimo de aprendizaje motor. Se refiere a la mejora y automatización de las destrezas deportivas como resultado de la ejecución repetitiva y consciente de las mismas (Grosser/Neumaier, 87).3
– noindentlist Sinónimo de aprendizaje motor. Coordinación de movimientos adaptados o en relación con el entorno. Automatización de movimientos que permitan un control cinestésico de la acción sin oposición (Riera, 89).4
– Modelo ideal de un movimiento (Shock, 87).5
– Consecución de una forma estándar, mediante ejercicios de asimilación en condiciones facilitadoras, para conseguir la consolidación de elementos técnicos sin oposición (Konzag, 84).6
TÉCNICA DEPORTIVA
– Modelo ideal de un movimiento que se pretende alcanzar, el cual puede descomponerse en características medibles (cuantitativas), y valorables en su coordinación (cualitativas) (Grosser/Neumaier, 87).7
– Procedimiento eficaz para la acción corporal, a partir de un estudio de la motricidad, adaptándose a la normativa o reglamento. Ha de permitir obtener la máxima eficacia dentro de las posibilidades del atleta, y del medio en el que interactúa, así como comparar el modelo (valor nominal) y el resultado de la acción (valor real) (Schnabel).8
– Modelo ideal de un movimiento que sirve para resolver un problema motor específico (Neuamier/Ritzdorf).9
TÉCNICA PERSONAL
– Adaptación de los elementos principales de la técnica ideal, a las capacidades individuales (Grosser/Neumaier, 87).10
– Sinónimo de estilo. Adaptación al individuo del modelo ideal (Neu- maier/Ritzdorf).11
ESTILO
– Sinónimo de técnica buscada. Implicaría el uso de una técnica personal, conjuntamente con una interpretación o expresión del movimiento (Grosser/Neumaier, 87).12
HABILIDAD
– Proceso automatizado de un movimiento adquirido en un proceso de aprendizaje (Shock, 87)13
Síntesis conceptual (Técnica)
– Modelo ideal a imitar que trata de conseguirse mediante movimientos automatizados de los que se dispone de forma consciente.
– Conjunto de gestos eficaces, propios del deporte, que tienen un objetivo en si mismos. (Objetivo intrínseco centrado en su propio autoperfeccionamiento).
La técnica en el Balonmano
– Dominio del gesto (Bárcenas, 76).14
– Es el gesto que ha de realizar un jugador, en cada una de las acciones individuales que intervienen en el desarrollo del juego. Dicta las reglas prácticas para la ejecución apropiada y racional de los gestos específicos. Establece una relación entre el gesto y los cánones establecidos (Bárcenas, Román, 91).15
LA TÁCTICA INDIVIDUAL
Concepciones generales de la táctica individual
TÁCTICA
– Situaciones de adaptación a la existencia de oposición, en la que los deportistas han de escoger entre las diferentes alternativas, en función de sus contrincantes (Riera, 89).16
– Superación de una situación específica mediante una acción concreta (Hähn, 84).17
– Parte de los principios generales de la estrategia deportiva y se basa en la riqueza o bagaje de los elementos técnicos (Talaga).18
– Adquisición progresiva de la capacidad de juego, a partir de la utilización de la oposición (Konzag, 84).19
Acción táctica
– Acción consciente y orientada hacia la solución de problemas surgidos a partir de situaciones de juego, en el marco del reglamento, que consta de un proceso de percepción y análisis de la situación, decisión mental y solución motriz (Mahlo, 81).20
TÁCTICA INDIVIDUAL
– Intervención de la razón en la utilización de los procesos técnicos conocidos por los jugadores. Elementos de base para las acciones colectivas (Dufour, 89).21
HABILIDAD TÁCTICA
– Capacidad del deportista de poner en funcionamiento de forma efectiva todas sus destrezas, cualidades físicas y conocimientos tácticos, con la finalidad de resolver las diferentes tareas individuales y colectivas (Hegedus, 81).22
– Habilidad con necesidad de utilización de parámetros conscientes, donde la consciencia se centra, no en la ejecución técnica, sino en la utilización variable de esta habilidad, en función del objetivo a conseguir. Acción segura, precisa y controlable conscientemente, al tener unos automatismos creados en cuanto a su reflexión técnica (Shock, 87).23
CAPACIDAD TÁCTICA
– Posibilidad, potencialidad de solucionar problemas tácticos (Shock, 87)24.
Síntesis conceptual (Táctica)
– Aplicación u ofrecimiento del gesto técnico adecuado a una situación variable en espacio y tiempo real.
–Adaptación consciente e inteligente del gesto técnico a un objetivo extrínseco (en función del resultado de la ejecución).
La táctica individual en balonmano
– Ofrecimiento del gesto adecuado (Barcenas, 81).25
– Elección del gesto apropiado en cada momento, tanto en ataque como en defensa, efectuado oportunamente, a la velocidad conveniente (Bárcenas, Román, 91).26
– Conjunto de acciones individuales utilizadas conscientemente por un jugador, en su lucha contra uno o más adversarios, cuando se encuentra en una de las fases del ataque o de la defensa (Falkowsky/Enríquez, 79).27
LOS NEXOS DE UNIÓN TÉCNICA-TÁCTICA INDIVIDUAL
Ya hace tiempo que se plantea la problemática de cómo estructurar la relación existente entre los factores técnicos y tácticos en la enseñanza del balonmano. Cuando nosotros hacemos incidencia en los factores técnicos, nos centramos en la ejecución, en el autoperfeccio- namiento de un gesto ideal a imitar, y ofrecemos un modelo que se basa en la enseñanza de los aspectos caracteriales propios de nuestro deporte. Si nosotros optamos por un modelo centrado en el desarrollo de las intenciones tácticas, incidimos sobre la adaptación inteligente de los elementos técnicos a la situación de juego, siguiendo la línea marcada por la teoría fenómeno-estructural.
Aquellos que optan por un modelo técnico, generalmente proponen una clasificación, listado de posibilidades o modalidades de ejecución (elementos técnicos), y establecen una progresión metodológica de los mismos en función de su hipotético nivel de dificultad. Cada elemento es tratado primero de forma aislada, descomponiendo el gesto en partes, para conseguir al final de este proceso “facilitador” del aprendizaje, una integración de éstas. Finalmente de una u otra forma, se habla de la aplicación de estos elementos técnicos a la situación real de juego.
La aplicación de este modelo a la práctica me sugiere una serie de cuestiones que me hacen dudar de su eficacia, en una etapa de iniciación a los elementos básicos de la técnica y la táctica individual.
1. ¿El bote es un elemento técnico, o un elemento táctico individual?
2. ¿Es posible diferenciar un elemento técnico de un elemento táctico individual, o son el mismo elemento, desde la perspectiva de un enfrentamiento diferente?
3. ¿Es el niño capaz de aceptar y asimilar, con la precisión y rigurosidad marcada por la temporización de los elementos a desarrollar en la programación, esos modelos que le vienen impuestos desde fuera?
4. ¿Es posible que todos los niños aprendan, desarrollen sus conocimientos al mismo tiempo?
5. ¿Es el niño capaz de apreciar la transferencia de su entrenamiento técnico basado en unos objetivos de autoperfeccionamiento del movimiento, ajenos a cualquier situación de juego real?
6. ¿No es cierto que en un modelo de progresión lineal, el jugador tarda mucho tiempo en poder aplicar al juego real, aquellos automatismos que entrena en unas fases iniciales de aprendizaje?
7. ¿Podemos dudar a su vez de un tratamiento aséptico en el análisis secuenciado de los movimientos, en el entrenamiento de un deporte donde se exige de los jugadores la continua integración y adaptación de los mismos a las modificaciones del entorno?
8. ¿Qué criterios tenemos para seleccionar y secuenciar en una progresión lineal, los elementos que el niño ha de aprender? ¿Qué es más difícil, fintar o pasar el balón?
Hemos de pregúntanos si en realidad, la técnica, es en términos generales “programable”, y ha de representar la piedra angular de todo planteamiento metodológico, o si la técnica es un recurso que favorece la consecución de unos objetivos superiores centrados en el aprendizaje de unas intenciones tácticas, y por tanto es más adecuado hablar de la programación de las intenciones tácticas individuales.
Considerando lo dicho hasta ahora, algunos autores inciden en las relaciones de colaboración y oposición como factores fundamentales, para establecer una secuencia de aprendizaje basada en los elementos tácticos, y en general se estructuran sus contenidos a partir de la progresión en las siguientes situaciones:
Situaciones 0 relaciones Ataque/defensa
La presentación de esta propuesta hace que existan una serie de consideraciones a plantear al respecto:
1. En primer lugar, a pesar de que aparecen elementos del ataque y de la defensa (y consecuentemente el factor oposición implica la introducción de la modificación y adaptación táctica de la respuesta), no es menos cierto que no se conjugan los objetivos de ambos roles, acostumbrándose a trabajar prioritariamente uno de los aspectos, casi siempre el ataque, siendo la defensa un elemento secundario de ayuda.
2. Es fácilmente observable que se introducen en una misma situación motriz, relaciones que exigen de una colaboración estructurada del ataque, junto con relaciones de no colaboración o de solución individual defensiva. Da la impresión de que las perspectivas de ataque y defensa no pudieran ser consideradas en la misma dimensión, cuando en situación de juego se contraponen simultáneamente.
3. Por otro lado, se confiere más importancia a la estructura formal de las situaciones, que a las intenciones a desarrollar, y que a la progresión en el aprendizaje de las mismas. En realidad existen situaciones de 1 × 1, que posiblemente son de un nivel de complejidad muy superior a ciertas situaciones de 2 × 1 ó 2 × 2, por ejemplo.
Nosotros defendemos, en nuestra propuesta, en primer lugar, que la técnica y la táctica individual, hacen un tratamiento de un mismo elemento desde perspectivas diferentes. No considero adecuado tratar de establecer más diferencias entre ambos conceptos: el bote, podemos analizarlo, desde el punto de vista de la ejecución biomecánica del movimiento (perspectiva técnica), o desde el punto de vista de su intencionalidad táctica (botar para progresar, para superar al adversario directo, para perder tiempo...), pero seguimos hablando de un mismo elemento. Será necesario su desarrollo desde estas dos perspectivas, considerando tanto el objetivo intrínseco de autoperfecciona- miento, como el objetivo extrínseco de adaptación a un entorno variable, para que el niño entienda su dimensión total.
Lo que tratamos de decir, es que no podemos desligar el entrenamiento técnico de un elemento, respecto de la elección y adaptación de este gesto, a una situación de entrenamiento táctico. Partiendo de un modelo asociacionista, de progresión lineal, no existe la aplicación inmediata de los movimientos aprendidos a situaciones sociomotrices reales, y eso puede conducir a una situación de desconexión, de imposibilidad de relación del gesto a esa situación, por falta de realimentación inmediata y de proceso de transferencia del gesto a situaciones de adaptación del gesto, suficientemente cercanas en el tiempo, como para hacer efectiva su adquisición consciente. El siguiente cuadro trata de resumir lo dicho siguiendo una óptica tradicional.
Nosotros consideramos necesario integrar conceptualmente en una misma acepción, la variable técnica y táctica de un mismo elemento, como base para nuestra posterior propuesta de unificación de las acciones motrices o actos intencionales del ataque y de la defensa. El cuadro sinóptico que refleja nuestra postura sería el siguiente:
Se hace pues necesario, definir claramente la relación entre la técnica y la táctica individual en dos ideas fundamentales:
– La técnica necesaria como soporte de la táctica: hemos de considerar unos patrones motrices estereotipados, una coordinación de movimientos tal, que posibiliten una acción inteligente. Para tener una actuación táctica permanente mientras botamos un balón, es imprescindible tener un control únicamente cinestésico sobre la ejecución del movimiento, para poder utilizar el sentido de la vista para funciones superiores de la acción táctica. Un jugador no debe mirar la pelota mientras bota, para saber en todo momento qué sucede a su alrededor, cómo se modifica el entorno. Este punto trata de explicar la línea de realimentación de la técnica hacia la táctica, que se representa gráficamente en el cuadro anterior.
– La técnica subordinada a la táctica: el entrenamiento de la técnica, centrado en su autoperfección, no es más que un primer paso, un medio para llegar a una estructura superior, marcada por los objetivos de juego, donde es necesario adaptar aquel gesto o movimiento. Creemos que el planteamiento de situaciones de entrenamiento táctico, facilitará el aprendizaje de nuevos patrones motrices básicos, o cuando menos, perfilará y afinará los ya existentes. Debemos pensar, que quizás todos los gestos que “programemos” para el aprendizaje, no tienen por qué ser asimilados por nuestros jugadores. Y es más, también es posible, que con el planteamiento de situaciones de adaptación del gesto, el niño cree patrones motrices de conducta, que sin ese tipo de entrenamiento, no hubiera podido desarrollar, sencillamente porque nosotros no lo habíamos “programado”, por no haberlo previsto. Esta idea es la que trata de explicar la línea de realimentación de la táctica hacia la técnica, en el cuadro presentado anteriormente.
El concepto táctica individual, define claramente la idea de intencionalidad, y por tanto, ha de ser el punto de referencia básico para estructurar una secuencia de aprendizaje de las acciones individuales en los deportes de equipo. Desde esta perspectiva, tratamos de formar jugadores inteligentes, con capacidad de decisión propia, dotados de recursos, experiencias y conocimientos para solucionar diferentes situaciones sociomotrices. Es por eso que defendemos un programa basado en un encadenamiento de acciones, tanto en las funciones atacantes como defensivas, que posibiliten la actuación continuada del jugador. Estamos hablando del establecimiento de una relación diacrónica (cronológica), para los elementos del ataque y de la defensa.
En una programación basada en la táctica individual, deberíamos dar la misma importancia (como realmente la tiene), a los dos aspectos mencionados. Metodológicamente, deberíamos establecer unas relaciones sincrónicas ataque-defensa, para conseguir que en toda situación pedagógica planteada, existan unos objetivos para los defensores y unos objetivos para los atacantes. De esta manera:
– Podemos hablar de la existencia de mayor facilidad de transferencia a situaciones de partido.
– Podemos ganar tiempo de aprendizaje, al plantear las sesiones con un doble objetivo. Superamos asi, la idea de que los defensores actúan como colaboradores de los atacantes, trabajando en situaciones ficticias, o con limitaciones (o al revés). Nuestro modelo en este sentido, parte de la idea de que todo el mundo ha de tener un objetivo a conseguir, y para ello debe actuar al limite de sus posibilidades. Será tarea del entrenador, plantear correctamente las situaciones desde esta perspectiva, para conseguir este objetivo final pretendido, tanto desde el punto de vista del ataque como de la defensa.
– Debemos hacer incidencia, control y corrección sobre el mecanismo de ejecución, cuando tengamos muy claro:
● Que el niño ejecuta el movimiento con una intencionalidad propia (sabe contestar al porqué de su ejecución).
● Que la incorrecta respuesta motiz no es producto de errores del mecanismo perceptivo o del de decisión mental.
– Este planteamiento general, pretende inscribirse en la tendencia derivada de la aceptación de la teoría fenómeno-estructural ya comentada con anterioridad.
Metodología de aplicación: el programa de actuación
LAS SITUACIONES O FACTORES A CONSIDERAR
Representan la totalidad de las manifestaciones o posibilidades, tanto de las situaciones tácticas individuales del ataque como de la defensa. Es un listado de elementos que es necesario estructurar en una secuencia metodológica, haciendo razonable su aprendizaje.
LA SECUENCIA METODOLÓGICA DE LAS INTENCIONES TÁCTICAS DE DEFENSA
Aparece como noción básica la idea del marcaje.
Este aspecto ofrece una gama de posibilidades o intenciones diferentes en función del oponente directo.
Tratamos de estructurar un modelo explicativo coherente, lo cual no implica que sea el único modelo válido, en cuanto a su relación diacrónica.
Tratamos de encadenar todas las acciones, para conseguir que las situaciones del ataque puedan ser contrarrestadas por una acción defensiva y, además, que el sumatorio de actuaciones de un defensor sea asumido por éste como una serie ininterrumpida de intenciones, sin vacíos de actuación.
Secuencia 1: Atacante sin balón
Delante de esta primera situación pedagógica y a nivel de intenciones tácticas individuales, el defensor actuará:
1. En primer lugar realizando un marcaje en disuasión de la recepción, para conseguir que su oponente directo no tenga opción a que le sea realizado un pase. Tratamos pues de evitar que el portador del balón tenga la intención de pasarlo a nuestro oponente directo.
2. En el momento en el que no tengamos éxito, es decir, cuando el poseedor del balón considere que el marcaje en disuasión no es correcto, y por tanto ejecute el pase, el defensor encadenará una segunda posibilidad defensiva centrada en la intercepción del pase.
Secuencia 2: Atacante con balón
Cuando no tenemos éxito en nuestro marcaje de interceptación, es decir, cuando no evitamos que nuestro oponente directo entre en posesión de la pelota, nos situamos en una segunda secuencia metodológica, en la cual nuestro marcaje se realiza sobre un jugador portador de balón.
3. Nosotros podemos plantearnos en esta situación, la posibilidad de desposesión, es decir, de quitar el balón a nuestro oponente.
4. En caso de no conseguirlo, deberíamos, como mínimo, dificultar su acción ofensiva con balón, retrasándola, tratando de conducir al adversario hacia aquellas zonas o situaciones que ofrezcan más ventajas a nuestra actuación defensiva. En definitiva, encadenando una intención táctica de acoso.
5. Si no tenemos éxito en esta acción, trataremos de intervenir en forma de control sobre nuestro adversario con balón, dentro de los límites permitidos por el reglamento (o incluso trasgrediéndolos), con tal de evitar la continuidad de su acción ofensiva.
Dentro de esta segunda secuencia, podemos hablar de reversibilidad entre las intenciones tácticas que planteamos, podemos modificar su orden de aparición, tal y como se observa en el cuadro adjunto. Ofrecemos un modelo lógico adecuado al aprendizaje de estas intenciones, que como puede apreciarse, es susceptible de ser modificado.
Secuencia 3: Fase final de posesión del balón
En el momento en que no conseguimos evitar que nuestro oponente esté en disposición de finalizar su acción de ataque con balón, mediante un lanzamiento a portería, o dando continuidad al juego ofensivo mediante un pase, nos encontramos con lo que llamamos fase final de posesión del balón.
6. Caso que el jugador trate de lanzar, nosotros utilizaremos la intención táctica de blocaje del balón, situándonos en línea de tiro o lanzamiento.
7. Caso de que escoja el pase como forma de continuar el juego, trataremos de utilizar la disuasión del pase, situándonos en la linea de éste.
Cabe decir en este punto, que estamos hablando de reacciones defensivas, en función de unas formas de ataque. Esto no quiere decir que la defensa deba ser explicada en función del ataque. Es posible que nuestra intención defensiva condicione la forma de desarrollar la acción atacante, pero la explicación de esta línea argumental, se haría probablemente mucho más compleja.
LA SECUENCIA METODOLÓGICA DE LAS INTENCIONES TÁCTICAS DEL ATAQUE
Seguimos el mismo esquema para extraer el encadenamiento de las acciones del ataque, tal y como habíamos hecho en el caso de la defensa, a partir de una noción básica: el desmarque.
Secuencia 1: Atacante sin balón
1. La intención táctica fundamental de un atacante que se encuentra sin balón, dentro de un proyecto de acción individual, es realizar un desmarque sin balón, para poder recibirlo.
Secuencia 2: Atacante con balón
2. En el momento en que nos desmarcamos correctamente, tendremos opción al encadenamiento de acciones recepción-adaptaciónmanejo, entrando en una segunda situación donde el atacante está en posesión del balón.
3. Una de las posibilidades coherentes de encadenamiento, parte de la noción de protección del balón, como hilo conductor de las intenciones del atacante con balón.
4/5. A partir de esa idea, y en función de las intenciones de progresión con balón y de desmarque con balón, nosotros podemos optar por varias combinaciones posibles en función de la distancia de enfrentamiento motor con nuestro oponente directo:
– Ante un marcaje en proximidad trataremos de desmarcarnos con balón para, posteriormente, progresar.
– Ante un marcaje a distancia, primero progresaremos para después tratar de desmarcarnos.
– En ausencia de marcaje, evidentemente nuestra actuación se centrará en progresar hacia el objetivo.
Tal y como sucedía en las intenciones tácticas de defensa, este encadenamiento representa una de las posibilidades de argumentación lineal de seguimiento cronológico de las acciones. Asimismo, podemos establecer, como se aprecia en el esquema, una posibilidad de relación reversible, en la adopción temporal de las mencionadas intenciones tácticas.
LAS RELACIONES ENTRE EL ATAQUE Y LA DEFENSA
Es innegable la existencia de una relación entre los elementos del ataque y los de la defensa. Un lanzamiento, no podrá ser considerado, únicamente, en su total dimensión, atendiendo a su propio análisis, como solución táctica individual ofensiva. El éxito de un lanzamiento, así como su forma de ejecución, serán variables, en función de cómo actúe el defensor, así como en función de la actuación del portero. Los elementos de la defensa condicionan la selección y forma de utilización de los medios básicos de la táctica ofensiva y viceversa.
Por todo ello, hemos optado por diferenciar tres capítulos, en el tratamiento de los elementos técnico-tácticos individuales.
1. Situaciones individuales de juego sin balón.
2. Situaciones individuales de juego con balón.
3. Situaciones finales de responsabilidad individual con balón.
Esta diferenciación trata de incidir en la creación de bloques de contenido con una lógica interna, en los que se den cita elementos del ataque y de la defensa.
No hemos considerado oportuno plantear situaciones de juego con un doble objetivo ataque-defensa, es decir, con objetivos a conseguir simultáneamente por atacantes y defensores, pues se hace necesario, en un primer estadio, el desarrollo de los patrones motrices básicos desde una perspectiva técnica y orientados al autoperfeccionamiento biomecánico del gesto.
Ello implica que las situaciones de adaptación del gesto, producto de la presencia del factor oposición, sea posterior.
En todo caso, pensamos que es coherente distinguir las mencionadas unidades de contenido en capítulos diferentes, por pensar que poseen una significación propia y de orden lógico en cuanto a la progresión de su aprendizaje.
LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE APRENDIZAJE DE LAS COMBINACIONES BÁSICAS TÁCTICAS COLECTIVAS
Conceptos desarrollados (Táctica colectiva)
– Suma de acciones individuales debidamente coordinadas. Como principio fundamental, se asienta en la acción individual, y su eficacia radica en la elección, así como en el nivel de interpretación (Bárcenas, 81).28
– Suma de acciones individuales o de coordinación entre varios jugadores, para obtener resultados óptimos de conjunto, que puedan motivar situaciones de ataque ventajosas (Falkowsky/Enríquez, 79).29
– Coordinación entre dos o más jugadores, utilizando procedimientos adecuados para lograr los objetivos del ataque y de la defensa (Bárcenas/Román, 91).30
Metodología de aplicación
A pesar de que las combinaciones tácticas colectivas puedan parecer, por las definiciones dadas y por su tratamiento parcializado en el libro, elementos inconexos de diferente estructura y distinta aplicación en situaciones de juego, pienso que podemos establecer alguna indicación, que revierta en favor de un tratamiento homogéneo tal que posibilite establecer nexos de unión entre las mismas:
1. La progresión metodológica en cada combinación.
2. La aplicación de los principios tácticos de ampliación y ocupación del espacio.
3. La concepción del tipo de tarea a aplicar.
LA PROGRESIÓN METODOLÓGICA EN CADA COMBINACIÓN
En las diferentes situaciones tácticas colectivas recogidas en su capítulo correspondiente, puede en general constatarse la diferenciación entre un trabajo sin oposición y con oposición.
Debemos hacer notar que es necesario un proceso de adquisición, que puede en cierta forma compararse al seguido para el desarrollo de los elementos técnico-tácticos individuales. Un trabajo sin oposición inicial es necesario como medio para conseguir la coordinación espacio-temporal entre dos o más jugadores. El trabajo se centra en el perfeccionamiento de esa coordinación de gestos. En algunos deportes se utiliza la acepción “técnica colectiva”, al referirse a este tipo de situaciones. En ellas es necesario un constante cálculo de distancias, trayectorias y velocidades propias del compañero, así como del balón (si lo hubiere).
En un segundo momento, que debería llegar lo antes posible, se hará necesario realizar una traslación de esas acciones al juego real, para efectuar con oposición, un trabajo de adaptación de esas combinaciones tácticas, en el contexto de una situación variable.
LA APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE AMPLIACIÓN Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO
Podemos afirmar que por encima de cualquier parámetro disgrega- dor en cuanto a las modalidades de presentación de las combinaciones tácticas colectivas, subyacen unos principios tácticos comunes para todas ellas. Nos estamos refiriendo a los conceptos de ampliación y ocupación del espacio.
Pienso que partir de estos principios como modelo explicativo inicial de cualquier acción de base colectiva, conseguiría unificar criterios respecto a la forma de trabajo a utilizar.
Cojamos como ejemplo el cruce: este elemento podemos analizarlo y entrenarlo desde el punto de vista de sus formas de ejecución (cruce simple, cruce con trayectoria falsa, falso cruce...). El jugador conoce modelos de ejecución, que no necesariamente asocia a una misma estructura, pues su adquisición se produce a partir del análisis de sus elementos diferenciadores. Sabe que uno es diferente del otro, pero difícilmente podrá relacionarlos, pues deben ser entrenados por separado como tres elementos distintos. Desde el punto de vista táctico, no se plantea una explicación que justifique la diferencia. Se plantean tres modelos distintos de ejecución, como hemos dicho.
Uno de los problemas que aparecen con este planteamiento de trabajo es que generalmente genera respuestas de tipo cerrado. Un jugador es entrenado para realizar un cruce simple, o un cruce de trayectoria falsa, pero difícilmente podrá variar su ejecución inicial, dado que el planteamiento de formación se basa en la ejecución del elemento, de forma coordinada, con el compañero. Observamos, como consecuencia y bastante frecuentemente, la realización de movimientos mecanizados de cruce, que no presentan más que un modelo de coordinación entre atacantes, sin considerar la reacción defensiva, ni la situación del juego (movimiento estereotipado).
Gráfico 2
Desde el punto de vista de aplicación a una situación de juego, deberíamos ofrecer un paso más que considerase el factor táctico de adaptación. En su ejecución simple, iniciador y beneficiario del cruce, deberían considerar su actuación como una coordinación en el tiempo de acciones de ampliación del espacio.
Metodológicamente y bajo esta perspectiva, la acción individual de decisión es mucho más importante, pues se toma en consideración el desarrollo de las capacidades intelectuales del individuo.
Partimos de la idea clara, de que el iniciador (poseedor del balón), debe tratar de ocupar el espacio libre, a poder ser en trayectoria de penetración, hasta la línea de 6 m. Por tanto, toda trayectoria del iniciador no orientada hacia portería, debería ser considerada tácticamente incorrecta (por ejemplo, ir a buscar al jugador impar), pues limitamos el espacio y las posibilidades de actuación de nuestro compañero.
Gráfico 3
Gráfico 4
En función (y sólo en función) de la reacción del defensor, el posible beneficiario de la acción decidirá cuál debe ser la trayectoria a utilizar. Las posibilidades son las siguientes:
– Ante la no atracción del defensor impar, ni del par, el jugador iniciador deberá ocupar él mismo el espacio libre. Realizar este pase de balón en esta circunstancia, tácticamente sería un error (situación de falso cruce).
Gráfico 5
– Ante la atracción defensiva del iniciador, el beneficiario deberá decidir cuál es el espacio o intervalo mayor para realizar una trayectoria de ocupación del mismo. En este caso, el iniciador ha realizado una correcta acción de ampliación del espacio.
Gráfico 6
La situación siguiente plantea la posibilidad de haber ampliado más el intervalo correspondiente al espacio que ocupaba el defensor impar del iniciador. El beneficiario tratará de ocuparlo (cruce con trayectoria falsa).
Gráfico 7
La situación posterior plantea una posibilidad diferente. El intervalo ampliado por el iniciador es mayor en la zona que ocupaba su defensor par. El beneficiario debería tratar de ocupar ese espacio libre (cruce simple).
Gráfico 8
Como podemos observar, desde esta perspectiva del entrenamiento, y a partir de unos principios comunes, conseguimos desarrollar las tres modalidades de ejecución antes comentadas (cruce simple, cruce de trayectoria falsa y falso cruce).
Los principios de ampliación y ocupación son asimismo aplicables a cualquier otra combinación táctica colectiva. Se manifiesta clarísima, por ejemplo, la diferencia entre el bloqueo estático y dinámico, atendiendo a la ampliación y ocupación de espacios por parte del bloqueador.
En la primera situación, el iniciador del bloqueo (pivote), lleva a la práctica únicamente el principio de ampliación, bloqueando la trayectoria del defensor avanzado. El beneficiario ocupa el espacio ampliado por el pivote.
Gráfico 9
En la segunda situación el bloqueador (pivote), no sólo amplía el espacio, sino que, aprovechando la situación de cambio de oponente en defensa, ocupa el espacio libre.
Gráfico 10
LA CONCEPCIÓN DEL TIPO DE TAREA A APLICAR
Es posible distinguir en función de la concepción del tipo de tarea, una linea de actuación común en cuanto a la progresión metodológica, para las distintas combinaciones tácticas.
En el planteamiento metodológico de los ejercicios que aparecen en el libro, debería considerarse un criterio de progresiva dificultad, atendiendo a las características de los distintos tipos de tareas. Una misma organización de ejercicio, podría ser planteada desde concepciones diferentes, tal y como explicamos en el siguiente cuadro:
Gráfico 11
Gráfico 12
Gráfico 13
LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE JUEGO
Conceptos desarrollados
DEFINICIÓN DE SISTEMA DE JUEGO
Estructura organizativa de coordinación de todos los jugadores de un equipo, que tienen como misión mantener una estructura de juego, en ataque, en defensa o en transición (contraataoue / balance defensivo).
El hecho de que aparezca esta coordinación entre los jugadores del equipo, marca la aparición de una especialización de los jugadores, una vez llegados a esta etapa. Aparecen los distintos puestos específicos, que se ubican a su vez en las distintas líneas de ataque y de defensa, variables en función del sistema utilizado.
TAXONOMÍA O CLASIFICACIÓN
Tradicionalmente se distinguen los siguientes aspectos:
Metodología de aplicación
En los diferentes ejercicios y situaciones planteadas, y debido a la necesidad de considerar los diferentes sistemas ofensivos y defensivos, se hace difícil observar una propuesta metodológica que marque una línea de progresión. Dejamos constancia de nuestros planteamientos, desarrollando las siguientes ideas:
En principio diremos que en esta etapa no debería hacernos miedo ofrecer estructuras de juego cerradas, a las que el jugador deba someterse. No ha de tener problema, siempre y cuando él mismo haya ido superando las diferentes etapas que propusimos en nuestro programa marco.
La pregunta que a estas alturas puede hacerse es: ¿antes de llegar a esta etapa, el niño no puede tener experiencias de juego colectivo, no puede competir?
Nosotros ponemos a vuestra consideración la posibilidad de existencia de organizaciones de juego previas a la estructuración de sistemas estandarizados de juego, lo que llamamos pre-sistemas de juego.
Hemos optado por basarnos en la estructura defensiva como modelo de partida para marcar unas líneas de evolución de los sistemas, en general. Cualquier otra propuesta posiblemente sería también válida.
El aprendizaje de los sistemas de juego, debería pasar por las siguientes etapas:
1. Lasorganizaciones de juego | Fase de relación |
(Los pre-sistemas) | Fase de des. el. téc-t;ác indo |
2. Defensa transici6n indiv.-zonal | Fase de des. el. t;áco colectivos |
3. La defensa en sistema | Fase de des. sistemas de juego |
LAS ORGANIZACIONES DE JUEGO (PRE-SISTEMAS):
Ya hemos comentado con anterioridad, que toda competición o estructura de juego, como concepción en las fases iniciales de aprendizaje, debe evitar ser un sistema cerrado, estructurado y condicionante para el joven jugador. En otras palabras, no debe tratar de parecerse al modelo adulto, sino más bien ofrecer una estructura de organización que sintonice y coayude a la consecución de los objetivos previstos en la etapa en la que está el niño.
Es preciso considerar esa organización, ese pre-sistema, como medio, nunca como fin último u objeto de aprendizaje.
Es evidente que en la primera etapa, nosotros analizamos la correspondiente al desarrollo de los elementos técnico-tácticos individuales, la organización en sistema debe partir de situaciones de responsabilidad estrictamente individual. No podemos introducir conceptos colectivos tales como la ayuda ofensiva o defensiva, porque según criterios de progresión, no es aún el momento adecuado.
Parece pues evidente que mediante la organización defensiva con asignación individual, conseguiremos que la situación de juego mantenga una relación sólida con los objetivos a desarrollar.
A partir de estudios realizados por Philippe Pinaud31 y llevados a la práctica por la Federació Catalana d’Handbol en sus programas de Tecnificación deportiva en Balonmano, proponemos la siguiente evolución en estos pre-sistemas de juego:
La defensa individual nominal
DESCRIPCIÓN
Así llamada, dado que existe asignación individual de marcaje. Cada jugador se responsabiliza del marcaje de su oponente directo, durante toda situación posible de juego.
El criterio básico a considerar, se centra en el oponente directo, independientemente de que éste posea o no el balón. El marcaje es pues únicamente en línea de tiro y no existe el concepto de ayuda.
Gráfico 14
VARIANTES ESPACIALES
a. En una primera fase, utilización de todo el campo, para evitar el establecimiento de relaciones de colaboración fácil, especialmente en defensa.
b. En una segunda fase, de reducción espacial, utilización de media pista, para posibilitar, que al menos de forma esporádica, aparezcan situaciones de colaboración defensiva.
CONSIGNAS
Control táctil con el oponente directo, para poder controlar con la vista al portador del balón, y en general el resto de situaciones de juego.
Defensa individual no nominal
DESCRIPCIÓN
Organización de juego más complejo en el que se parte también de una asignación individual de marcaje, aunque sometido a la posibilidad de cambio de oponente.
Atendiendo a criterios derivados de la aparición del concepto de ayuda, el centro de atención fundamental no será ya el oponente directo, sino el poseedor del balón. En consecuencia, la forma de marcaje no diferirá si marcamos al jugador con balón, respecto de la defensa individual nominal. Pero, si marcamos al hombre sin balón, deberemos adoptar una orientación que posibilite simultáneamente:
1. Tener un control visual sobre el oponente directo, con posibilidad de interceptar un pase sobre el mismo.
2. Posibilitar la actuación en apoyo decisivo sobre el portador de balón, caso que éste supere a nuestro compañero.
Establecer un equilibrio entre el marcaje en la línea de pase a nuestro oponente directo (opción 1) y el marcaje en línea de tiro (debemos estar situados entre oponente y portería).
Cabe hacer notar, que la posibilidad de tener que efectuar un apoyo decisivo a nuestro compañero lleva implícito el concepto táctico colectivo de cambio de oponente, dado que el jugador superado por el atacante con balón debe, ante la actuación de su compañero, buscar rápidamente al jugador libre de marcaje (opción 2).
Gráfico 15
Gráfico 16
Gráfico 17
Podemos pues utilizar este tipo de defensa como organización de juego, a utilizar en la fase de desarrollo de las combinaciones tácticas colectivas.
VARIANTES ESPACIALES
a. En una primera fase, para favorecer, mediante la reducción del espacio de actuación, la posibilidad de comunicación entre jugadores miembros de un equipo (ayudas...), aplicamos este sistema defensivo desde el medio campo propio.
b. En una segunda fase, reducimos progresivamente el espacio de actuación, a zonas no superiores a 12 metros respecto de la portería defendida.
CONSIGNAS
Orientación del cuerpo y mirada, debe permitir, sin control táctil tener en nuestro campo visual simultáneamente al oponente directo y al portador del balón.
LA DEFENSA DE TRANSICIÓN INDIVIDUAL-ZONAL
Desde nuestra perspectiva, es un salto cualitativamente muy grande, el paso de la defensa individual a la zonal. Es más, con la progresión marcada de defensa individual nominal a no nominal, consideramos que no es suficiente, para que el joven jugador asimile con prontitud, el cambio de una defensa de responsabilidad individual, a un sistema de juego en el que su actuación se centra en una zona determinada, y además en estrecha coordinación espacio-temporal con sus compañeros.
Proponemos una organización del juego que sirva como puente entre las defensas individuales y las zonales, a partir de la progresiva incorporación de las combinaciones tácticas colectivas, y que además responde a un criterio de flexibilidad, impuesto voluntariamente, que diferencie claramente esta estructura de los modelos de juego sistematizados (sistemas de juego). A este modelo le llamaremos defensa de transición individual-zonal.
PARTE DE ASPECTOS INDIVIDUALES
1. La configuración de los puestos específicos, así como de las líneas defensivas, dependerá directamente de la posición que ocupen los atacantes, dado que en principio, la asignación defensiva es individual.
Gráfico 18
2. Si el atacante cambia de línea, el defensor cambiará a su vez de línea (transformación del sistema).
Gráfico 19
Gráfico 20
INTRODUCE ASPECTOS COLECTIVOS
A partir de ese planteamiento individual, introducimos dos aspectos tácticos colectivos:
1. Cambio de oponente entre miembros de una misma línea defensiva. La consigna que se les da a los defensores es que mantengan una misma línea, que permita tener un control visual entre ellos, para realizar el cambio de oponente ante cruce de atacantes.
Gráfico 21
2. Deslizamiento entre miembros de diferente línea defensiva. La consigna que se da a los defensores, en distinta linea, es que no realicen cambio de oponente con ningún jugador que no esté en linea con ellos.
Gráfico 22
Ventajas de utilización de esta organización de transición
1. Mantiene los aspectos esenciales de la organización en defensa individual.
2. No puede hablarse de un sistema establecido. Existe una modificación y moldeabilidad en cuanto al cambio de líneas defensivas que depende más que de la sumisión al sistema en sí, de la reacción defensiva ante la actuación de un atacante.
3. La ocupación de los diferentes puestos específicos de las dos líneas defensivas, no está adjudicada de antemano. La situación de juego es la que marca el puesto especifico que ocupará. No existe el problema de especializacíón en una y otra línea, ni en uno u otro puesto, pues la propia dinámica de funcionamiento de la organización defensiva, obliga a adoptar diferentes zonas defensivas.
LA DEFENSA EN SISTEMAS
Una vez superados los niveles 1 y 2, podemos plantearnos la posibilidad de adaptar a nuestros jugadores a situaciones de defensa en sistema.
Parece coherente plantear primero situaciones de aprendizaje de los distintos sistemas defensivos zonales, para luego pasar a situaciones de defensas mixtas. Finalmente, abordaríamos las situaciones de presión.
Cabe considerar que las defensas individuales, utilizadas como sistemas de juego por los equipos de alta competición, no se corresponden con las defensas individuales utilizadas como organización del juego. Si antes hablábamos de defensa individual nominal y no nominal, ahora debemos hablar de defensa presionante.
En este momento de la progresión metodológica, pienso que es difícil tomar partido respecto la jerarquización o priorización de los diferentes sistemas zonales defensivos.
En la estructura del libro, no hemos seguido ningún criterio metodológico, dado que partimos de estructuras organizativas diferentes, a partir del análisis de los elementos diferenciadores entre un sistema y otro, jamás respecto de sus puntos en común. En realidad, existen planteamientos tan dispares de progresión que no es imposible sintetizar esa periodización.
Un criterio utilizado como propuesta de progresión metodológica es el de mayor a menor profundidad defensiva. El problema es que en la práctica, la tradicional progresión: defensa tres líneas... defensa dos líneas... defensa una línea, no siempre se cumple, atendiendo a factores de profundidad. Existen planteamientos defensivos 6:0, que tienen más profundidad que alguna modalidad de defensa 3:2:1.
En resumen, debido a los diferentes niveles de organización exigidos para cada uno de los sistemas defensivos (a veces muy divergentes entre ellos), así como por la variabilidad y distintas concepciones dentro de cada uno de ellos, no planteamos ninguna opción personal de propuesta metodológica de aprendizaje progresivo para los sistemas defensivos.
BLOQUES TEMÁTICOS DIFERENCIALES
Ejercicios y juegos de desarrollo motor
Capítulo dedicado al tratamiento de los aspectos de motricidad general a desarrollar por el jugador de Balonmano. Hemos distinguido:
1. Percepción visual
2. Velocidad de reacción
3. Capacidades condicionales
4. Capacidades coordinativas
El portero
Capítulo monográfico dedicado al entrenamiento específico del portero, que sigue la siguiente estructuración:
1. Motricidad específica
2. Fase de preparada
3. Fase de parada
4. Fase posterior de la parada.
Las situaciones especiales
Realizamos un tratamiento de las siguientes situaciones especiales:
1. Superioridad numérica ofensiva
2. Inferioridad numérica defensiva
3. Golpe franco
4. Situación de presión
NOMENCLATURA
Jugador atacante. | |
Situaci;ón que ocupa un atacante tras desplazamiento. | |
Jugador atacante con balón. | |
Jugador defensor. | |
Situación que ocupa un defensor tras desplazamiento. | |
Desplazamiento (de jugador) en una dirección y sentido. | |
Desplazamiento (de jugador) en una dirección y sentido. | |
Desplazamiento curvilineo de jugador atacante. | |
Desplazamiento de jugador atacante, en bote de balón. | |
Desplazamiento del jugador atacante, con cambio brusco de dirección. | |
Trayectoria del balón (tensa). | |
Trayectoria del balón (tensa), ambos sentidos. | |
Trayectoria del balón indirecta (picada). | |
Lanzamiento. | |
Bloqueo (estático). | |
Bloqueo (dinárnico). | |
Realización de cicio de tres pasos. | |
Blocaje de balón. |
TERMINOLOGÍA UTILIZADA
Acoso: Intención técnico-táctica defensiva que tiene como objetivo impedir, retrasar o dificultar la trayectoria de progresión del rival, tratando de conducirlo hacia zonas menos peligrosas.
Ayuda: Acción táctica defensiva de apoyo preventivo a un compañero, en predisposición de actuar decisivamente, caso de cometerse un error defensivo del mismo.
Blocaje: Intención técnico-táctica defensiva consistente en neutralizar la trayectoria de un balón lanzado en dirección a portería.
Bloqueo: Acción de anticipación ofensiva sobre el desplazamiento del defensor para conseguir ocupar un espacio libre, justo antes de la llegada de éste, ampliando un espacio de actuación, que en principio es utilizado en beneficio de un compañero.
Cambio de oponente: Acción táctica defensiva realizada entre defensores que estando en la misma línea defensiva, y aprovechando un cruce de trayectorias entre dos atacantes, modifican su asignación de marcaje, atendiendo a un criterio de mínimo desplazamiento y máxima eficacia.
Control: Intención técnico-táctica defensiva de marcaje al oponente con balón, consistente en contactar con éste, para impedir que continúe su acción ofensiva.
Cortina: Acción de cortar en pleno desplazamiento, sin paradas durante el mismo, los desplazamientos de uno o varios defensores, para conseguir que otro atacante salga beneficiado.
Cruce: Trabajo coordinado en espacio y tiempo de intercambio de zonas entre dos jugadores en donde, la acción del iniciador es de ampliación de un espacio, que trata de ocupar el beneficiario del cruce.
Deslizamiento: Acción táctica colectiva defensiva, realizada entre defensores que cortan sus trayectorias sin cambiar el oponente, por no ser estas trayectorias coincidentes, al estar situados en distintas líneas defensivas.
Desmarque sin balón: Acción técnico-táctica individual ofensiva, mediante la cual, un jugador atacante sin balón trata medíante desplazamientos conseguir una situación y orientación que le permita recibir el balón.
Desmarque con balón (finta): Acción técnico-táctica individual ofensiva de superación al oponente directo en posesión del balón.
Desplazamientos: Acción de traslación por el terreno de juego, en posesión o no del balón.
Desposesión: Intención técnico-táctica de marcaje al hombre con balón, mediante la cual, tratamos de quitar el balón a nuestro oponente directo, respetando el reglamento de juego.
Disuasión del pase: Modalidad de marcaje al hombre con balón, que tiene como objetivo impedir, dificultar y/o retrasar la ejecución del pase, por parte del oponente directo.
Disuasión de la recepción: Modalidad de marcaje al hombre sin balón, que tiene como objetivo impedir, dificultar y/o retrasar la ejecución del pase del jugador con balón, a nuestro oponente directo.
Doblaje: Acción decisiva de actuación defensiva sobre un oponente no directo, para solucionar un error cometido por un compañero.
Interceptación: Intención técnico-táctica defensiva consistente en cortar la trayectoria de balón, en cualquier acción de transmisión del mismo, mediante un correcto marcaje en línea de pase.
Lanzamiento: Intención técnico-táctica, realizada por un atacante con balón, por medio de la cual trata de introducir el balón en la portería, desprendiéndose de él.
Orientación: Frente que adopta un jugador en función de parámetros tales como el objetivo o meta, los compañeros, los adversarios y el balón.
Pantalla: Bloqueo frontal realizado por dos o más atacantes, para favorecer una trayectoria de progresión que permita un cómodo lanzamiento a distancia del compañero con balón.
Pase: Acción de transmisión del balón a un compañero, con la intención de que éste lo reciba en las mejores condiciones posibles.
Pase y va: Acción de coordinación entre dos (pase y va directo) o más jugadores atacantes (pase y va indirecto), por la cual tratamos de recibir el balón en situación de superación del adversario directo, tras haberlo pasado y habernos desmarcado sin balón.
Penetraciones sucesivas: Actuación alternativa por parte de dos o más jugadores de progresión con balón hacia portería, con la posibilidad de conseguir un espacio de penetración (resolución individual) o de no conseguirlo (pase) en cuyo caso, damos continuidad a la penetración sucesiva, mediante pase y recuperación de la posición de partida.
Permuta: Acción de intercambio de posiciones entre dos o más jugadores.
Posición: Acción de avance hacia el objetivo o portería contraria, con los medios previstos por el reglamento.
Progresión: Acción de avance hacia el objetivo o portería contraria, con los medios previstos por el reglamento.
Protección: Acción individual ofensiva realizada por un jugador en posesión de balón, ante un intento de desposesíón por parte del defensor.
Recepción: Acción técnico-táctica ofensiva de un atacante sin balón, realizada en el momento que se apodera de él. Acción relacionada con la adaptación y el manejo.