Читать книгу La enfermedad invisible - José Ramón Alonso - Страница 11
Síntomas y signos
ОглавлениеEl especialista diagnostica la depresión basándose en los síntomas y signos que muestra la persona. Los síntomas son los cambios de los que informa el propio paciente y los signos son observaciones independientes hechas por otros. Un ejemplo de un síntoma puede ser el insomnio y un ejemplo de signo puede ser un llanto frecuente. Aunque los signos pueden ser considerados más objetivos y por lo tanto más certeros, los síntomas generalmente revelan cosas que un observador no puede percibir. Algunas personas son capaces de describir su estado interno con exactitud y detalle, lo que puede proporcionar una información fundamental a la hora de hacer el diagnóstico y, luego, ser muy útil para llevar a cabo un seguimiento y ver si están mejorando. Por otro lado, en ocasiones síntomas y signos pueden proporcionar la misma información: por ejemplo, una persona puede señalar que se siente muy baja de ánimo (un síntoma) y el médico puede notar una expresión facial de abatimiento (un signo). Ambos tipos de observación reflejan lo mismo: el estado de ánimo negativo asociado a la depresión.
El médico usará normalmente una serie de preguntas estándar, hará un examen físico y explorará otras señales que puedan ser relevantes, como el estado de ánimo, los comportamientos o los cambios de hábitos. El contenido del proceso de evaluación puede variar según la edad, el historial y las evaluaciones previas que haya recibido la persona afectada pero, por lo general, incluye un esquema común: recogida de información sobre el historial personal (datos prenatales y neonatales, evolución del desarrollo infantil, datos familiares y psicosociales, enfermedades e intervenciones previas si las ha habido), una evaluación física (incluyendo un estudio psiquiátrico si procede y un estudio de la historia médica y de las condiciones de salud presentes) y una evaluación psicológica.
La analítica está destinada a descartar que exista alguna causa orgánica subyacente tratable (por ejemplo, una baja actividad de la glándula tiroides o una infección). El médico hará preguntas acerca del estado de ánimo y otros síntomas asociados (sueño, apetito, concentración, energía), sobre posibles factores estresantes en la vida y los sistemas de apoyo locales, sobre si alguna vez se le han cruzado por la mente pensamientos de terminar con su vida, sobre el consumo de alcohol y otras drogas y sobre los medicamentos que la persona está tomando en la actualidad. El especialista también puede tomar en consideración la opinión de los familiares u otras personas cercanas. Es lo que se denomina «información colateral».
Varios grupos de investigación están tratando de identificar factores asociados con ciertos tipos de depresión en la sangre o mediante escáneres cerebrales. Hay estudios preliminares que indican que con las técnicas de neuroimagen es posible identificar a las personas que responderán más y mejor a la psicoterapia y distinguirlas de aquellas para las cuales lo más efectivo será un tratamiento farmacológico.
El diagnóstico tiene una importancia clave porque va a permitir establecer una estrategia de tratamiento y un plan de atención global que atienda a todas las necesidades de la persona afectada. El paciente puede ayudar a que el diagnóstico sea acertado y a que le prescriban el tratamiento más efectivo. El diagnóstico es un primer paso crucial en el proceso de curación.