Читать книгу Destello - José Ramón Herrera Goya - Страница 8
PRÓLOGO
ОглавлениеCuando vamos por la ciudad solemos hacerlo por necesidades que nos conducen a la prisa de conseguir un objetivo y esa urgencia nos impide ver más allá de lo que tenemos delante para no tropezar. De este modo, la gente no es más que un obstáculo que sortear para llegar a nuestro destino momentáneo mientras ignoramos cuanto hay a nuestro alrededor, pues valoramos la actividad por el beneficio práctico que nos reporta. Por ello, desde el principio no preparamos a los niños para que aprendan, sino para que produzcan riqueza, aunque luego ese dinero se emplee pagando un tiempo libre del que no disponemos y así, confundiendo la felicidad con la estabilidad, acabamos con las vocaciones.
Sin despreciar el valor de la seguridad que da una estabilidad laboral, José Ramón nos propone con las poesías que componen el libro Destello destacar la poesía humanista y anti-materialista.
Nos dice que para ello hay que abandonar la exclusividad de la senda de lo práctico por otra de ilusión por lo sublime, que nos permita disfrutar en cada momento de cuanto tenemos cerca y que por pequeño o nada lucrativo no apreciamos, simplemente porque al tener la mirada en otro mundo desconocemos este del detalle. Y es que los realistas se ciñen a lo que ven, mientras que los artistas ven la belleza de la poesía que nos rodea. A la vez nos recomienda leerla como terapia, ya que uno se hace con cuanto escucha, ve, palpa, gusta y olfatea, poniendo los cinco sentidos en apreciar, sin prisas, cuanto nos rodea.
Llenando el tiempo con el sentimiento que emana de nuestro corazón conseguiremos tener paz y transmitirla apreciando el silencio, afrontando con alegría cuanto nos aparece en el sendero de la vida que recorremos, reconociendo que tras malos momentos vienen mejores, mirando siempre adelante para apreciar la vida en tantos detalles, pidiendo ayuda cuando sea necesario para obviar nuestro ego, combatiendo el pesimismo para no descontrolarnos, retirándonos a meditar ante el hartazgo de una sociedad monocroma, conscientes de que la insensibilidad nos rompe el alma; viviendo el momento sin pensar en un hipotético futuro, agarrándonos a la vida como una enredadera de optimismo y fomentando que crezca la fe en ella, pero sin hacer las cosas por lo que dirán, porque entonces dejaremos de pensar por nosotros mismos.
Esta filosofía de vida la enriquece José Ramón invitándonos a elogiar a los demás, en quienes ve su origen cuando homenajea a la madre y después el cariño que le inspira la amada idealizada, ese ser puro que encumbra su alma, con la que se complementa para alcanzar el amor. Porque cuando se apaga el día, la amada ilumina su ser con la luz de sus primeros poemas, con el brillo de los versos de su segundo volumen y con el destello que emanan los del tercero y no último, pues necesitamos la brillantez de la poesía y José Ramón es el poeta.
José María Pizarro