Читать книгу Por cuentos como el tuyo nunca quise ser princesa - Juan Jesús Moreno Calderín - Страница 51
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Llevamos nuestras ganas hasta callejones con belleza de
antaño, a lugares que huelen a días de besos largos, a
miradas de complicidad y sonrisas inocentes ajenas al
paso de las horas.
Aparcamos nuestro anticuado corazón de vespa cerca de
las escalinatas donde sentados en compañía nos
alimentan las buenas conversaciones, las risas tontas, el
calor de la cercanía, el cortejo de conquistar anclando
las pupilas en esos labios que son límite del siguiente
universo que deseamos, con todo...descubrir al besar.
Y dan las tantas un día sí y otro también, lanzando
mensajes temblorosos cuando sentimos la cercanía de
la piel, haciendo nuestro cada lugar y rincón, cada
palabra y emoción, cada suspiro y deseo que dejamos
volar como aviones de papel.
Nos vamos sin querer irnos y sólo pensamos en volver
mañana porque aunque arranquemos el motor de
nuestra moto a la despedida del callejón...el único ruido
que podemos escuchar es el del incesante bombeo
exaltado que se escapa de nuestro corazón.
Ojalá hoy hubiera más de esto.
Ojalá alguien del mismo universo.