Читать книгу La magia de creer en ti - Karina Petrovich - Страница 8
Оглавление«Tu mayor fuente de poder es la claridad: saber quién eres, qué quieres y qué necesitas hacer para lograrlo»
FUENTE DE PODER N.° 1: CONOCERTE
«A menudo las personas intentan vivir sus vidas al revés: intentan tener más cosas, o más dinero, para hacer más de lo que quieren para que sean más felices. La forma en que funciona realmente es a la inversa. Primero debes ser quien realmente eres, luego hacer lo que debes hacer para tener lo que quieres».
- v Young
CONOCERTE: LO MÁS GRANDE QUE PUEDES HACER POR TI
Cuando le pidieron al gran al filósofo griego Sócrates que resumiera todos los mandamientos filosóficos que había estudiado y desarrollado en muchos años, su respuesta fue: «Conócete a ti mismo». Esas cuatro palabras me han perseguido durante muchos años. Cada vez que escuchaba la palabra «autenticidad» o me preguntaban cuáles eran mis fortalezas, literalmente sentía que me dolía el estómago y que mi corazón se apretaba. Me generaba una ansiedad horrible escucharla simplemente porque la respuesta era la misma una y otra vez: nada. No podía responder y el no poder hacerlo me descomponía, porque me sentía perdida, sin rumbo y eso me hacía dudar de mi valor (¡ay!).
Hice lo que biológicamente mi cuerpo está diseñado para responder frente al dolor o la incomodidad: huir.
Me convertí en una experta en silenciar esa voz que me decía que tenía que conocerme, la voz que me decía que no estaba siendo fiel a mí misma, que tenía que hacer algo para dejar de sentirme así, que me enfrentara a esas preguntas de nuevo hasta encontrar una respuesta.
Desde que era niña, recuerdo que mi mayor deseo en la vida era complacer y gustarle a todo el mundo, que me aplaudieran, ser la mejor en todo lo que hacía, ser aceptada. Eso, por supuesto, significaba que constantemente estaba tratando de encajar en los gustos y patrones de mi entorno para poder recibir esa aceptación.
En esa búsqueda de aceptación me perdí yo, me alejé kilómetros y kilómetros de mí, dejé de ser quien realmente era para gustarle a los demás. Eso me creó una aversión al rechazo y me alejó de tomar decisiones por y para mí, pues mis decisiones se basaban en lo que era «correcto», o en lo que hacía «todo el mundo».
Por supuesto, esa forma de vivir no era sostenible. Esa Karina autoencarcelada tenía que manifestarse de alguna manera, por eso, tenía explosiones emocionales que hicieron que mi adolescencia fuera difícil, traducidos en actos de rebeldía como rasparme el pelo cuando estaba el cuarto año del colegio, hacerme mi primer tatuaje a los diecisiete años, irme de viaje sin permiso de mis padres, pelear constantemente y vivir la vida como si no hubiera un mañana.
Eran todos gritos de desesperación por poner en manos de los demás mis decisiones y mi poder.
Para agregarle otro ingrediente peligroso a esa fórmula, soy fuerte, terca y perseverante como un tractor, una vez tomo una decisión y me propongo algo lo tengo terminar así deje la piel y el alma en el intento. Eso hizo que de verdad me metiera bien en mi papel, me creía completamente ese cuento o historia que me estaba contando, aunque no fuera mía y esta me llevó a tomar decisiones como estudiar ingeniería en lugar de psicología —que era lo que realmente quería—, porque «los ingenieros son más exitosos».
Me gradué de Ingeniería Industrial en una de las mejores universidades de mi país, Venezuela. Por supuesto, mi carrera me costó lágrimas y sangre. Imagínate estudiar algo que no te gusta y además algo en lo que no eres buena: cálculo, geometría descriptiva, mecánica de fluidos, ingeniería química. ¡Dios mío! Aún tengo pesadillas en las que estoy en la universidad en un examen y siento el terror de reprobar porque no sé nada (sí es en serio, puedes reírte si quieres, yo lo hago).
Durante todo este tiempo, me di cuenta de que siempre tuve señales por todos lados, algunas más intensas como reprobar una materia tres veces, otras más tenues como despertarme y no querer ir a clases, pero nunca las escuché (recuerda que te dije que me convertí en experta en silenciar mi propia voz).
Así, pasaron muchos años tomando gran parte de mis decisiones sin ponerme a mí en primer lugar. Fue hasta que empecé a escucharme más que aprendí y pude comenzar a soltar poco a poco el enorme peso que significaba no ser yo misma y no saber quién era. Comencé a soltar, piedra por piedra, ese peso que llevaba en mi mochila de piedras que llevo a cuestas.
¿QUÉ ES TU MOCHILA DE PIEDRAS?
Todas, absolutamente todas, llevamos una mochila llena de piedras. Algunas son más livianas, otras más pesadas, pero todas la tenemos.
Las piedras de las que está llena tu mochila son todas aquellas creencias y experiencias de tu pasado que te moldearon desde niña y dieron forma a cómo percibes tu vida hoy por lo que te están limitando en tu evolución y crecimiento, y marcan el ritmo del andar de tu camino.
Es tu decisión y responsabilidad identificarlas, tomarlas y soltarlas conscientemente para poder avanzar.
Hay personas que ocultan sus piedras en carteras hermosas y costosas como si esto las hiciera menos pesadas, pero no, el peso solo crecerá con el tiempo, no importa cuánto esfuerzo pongas en ocultarlas o ignóralas. No importa cómo las cubras, esas piedras que cargas únicamente hacen que tu camino y crecimiento sean más lentos.
TE PREGUNTO: ¿SABES QUÉ HAY EN TU MOCHILA DE PIEDRAS? ¿QUÉ NECESITAS SOLTAR PARA QUE TU CAMINO HOY SEA MÁS LIVIANO Y FLUYAS MEJOR?
Esto es, sin duda, una parte importante de nuestro proceso de autoconocimiento. Mi mochila de piedras, en mi vida adulta, se convirtió en el mayor freno en mi camino.
«Vivir sin conocerte es como ir en un carro con el freno de mano todo el camino: irá forzado, lento y probablemente algo se fundirá».
Te cuento todo esto para decirte que Sócrates tenía toda la razón. Eres quien eres; cuanto antes y mejor te conozcas, te aceptes, vivas y diseñes tu vida en función a esa persona que eres, todo fluirá mejor y podrás florecer (al final para eso estás aquí).
Conocerte es lo más importante y el acto de amor hacia ti más grandioso que puedes hacer. Míralo de esta manera: no puedes amar realmente a alguien si no lo conoces (obvio que aquí no incluyo el amor que sentimos por nuestros hijos a quienes amamos desde incluso antes de poderlos sentir). Hablo del amor de pareja. Cuando empiezas a salir con una persona puedes sentir atracción, conexión, pero no puedes realmente amarla profundamente hasta que realmente la conoces y eso requiere tiempo, no sucede de la noche a la mañana.
Recuerdo una frase que me dijo la mamá de un amigo al hablar de nuestros noviecitos cuando era una adolescente: «Tal vez no elijes de quién enamorarte, pero sí eliges a quién amar».
Exactamente eso mismo pasa con nosotras, para poder amarte, valorarte y creer en ti, necesitas conocerte realmente, a partir de ahí podrás elegir amarte una y mil veces, y construir una relación saludable y poderosa contigo misma.
Para ser valiente necesitas conocerte. Cuando hablo de conocerte, no me refiero a qué color o serie de Netflix te gustan, estoy hablando de cosas grandes y profundas. Conocerte es el proceso de escucharte realmente (lo contrario de ignorarte), comprenderte en niveles más profundos que lo que está en la superficie; significa respetar tus valores, tus creencias, tu personalidad, tus prioridades, tus estados de ánimo, tus emociones, tus hábitos, tu cuerpo y tus relaciones.
Conocerse quiere decir saber y vivir tus fortalezas, tus pasiones, tus miedos, tus deseos y por supuesto, tus sueños. Significa ser consciente de tus excentricidades y locuras, tus gustos, lo que no te gusta, en qué crees, tus valores, tus tolerancias y también tus limitaciones. Se trata de saber ¿cuál es tu propósito en la vida?, tu por qué (o por lo menos saber que estás más cerca de descubrirlo cada día).
Aquí te expongo algunas situaciones que pueden suceder como consecuencia de no conocerte en profundidad:
• Elegir a la pareja equivocada: nos sentimos atraídas y nos juntamos con personas que no nos hacen bien, porque sencillamente no entendemos nuestras necesidades.
• Repetir patrones poco saludables de la infancia: nos aferramos inconscientemente a personas y situaciones que nos frustran de manera familiar.
• No poder comunicar nuestras emociones, porque simplemente no las entendemos lo suficientemente bien. Actuamos y decidimos según nuestras emociones en lugar de aprender manejarlas o intervenir en ellas a menudo, jugándonos en contra. Por ejemplo: en una discusión, callar, gritar o huir en lugar de poner en palabras lo que estamos sintiendo.
• Tener una percepción cerrada y limitada para ver nuevas oportunidades. Nos regimos por el pasado: los viejos y conocidos hábitos son los que tienen el control. No vemos lo que está sucediendo, por lo tanto, no podemos hacer nada al respecto.
• Si no nos conocemos, somos demasiado vagas sobre nuestras ambiciones y lo que queremos lograr y no sabemos qué hacer con nuestras vidas. Debido a que el dinero tiende a ser una prioridad tan urgente, nos encerramos en una jaula desde la cual podemos tardar mucho en salir, o peor, vivir nuestra vida entera allí, sabiendo que las puertas siempre estuvieron abiertas.
• Ser demasiado modestas: perder oportunidades y no aceptar retos porque no sabemos de lo que somos capaces.
• Ser demasiado ambiciosas: no sabemos lo que no deberíamos intentar. No tener una idea clara de nuestras limitaciones, perdiendo años tratando de hacer algo para lo que no estamos preparadas.
• No percibimos nuestras actitudes hacia el éxito y el fracaso. Puede ser que nos veamos (erróneamente) como no aptos para los roles más grandes, o que no creamos que merecemos lo que tenemos cuando las cosas empiezan a ir bien.
• Dificultades de empatía: no reconocer las partes más vulnerables de nosotros mismos tampoco nos permite conectar profundamente con los demás.
AUTENTICIDAD: NO PODEMOS VIVIR NUESTRO SER MÁS AUTÉNTICO, SI NO SABEMOS QUIÉNES SOMOS NI QUÉ TENEMOS PARA DAR.
La falta de autoconocimiento te deja abierta a accidentes y ambiciones equivocadas. Cuando sabemos quiénes somos y qué queremos, tenemos una mayor posibilidad de evitar errores en nuestro trato con los demás y en nuestras elecciones.
Como ves, el precio por no conocernos es alto. Entonces, ¿por qué no todas lo hacemos? ¿Por qué nos cuesta tanto conocernos de verdad?
No creo que sea por falta de interés o de motivación.
Según Sigmund Freud, esto pasa porque existe, en su término, una extraordinaria «resistencia» a hacer que nuestro material inconsciente sea consciente. El inconsciente contiene deseos y emociones que desafían profundamente nuestra visión más cómoda de nosotros mismos; abrimos una caja de Pandora donde todo puede suceder. Podríamos descubrir que queremos cambiar de carrera, mudarnos, divorciarnos, separarnos de alguien, decir «sí» a cosas que tenemos años diciendo que «no», decir «no» a lo que llevamos años tolerando, desafiar la identidad que venimos construyendo por años, soltar el control o abrir el paso a la incertidumbre que aborrecemos y tenemos tanto tiempo evadiendo.
Por lo tanto, nos «resistimos» a descubrir demasiado sobre nosotras mismas en muchas áreas, porque simplemente rompe la paz a corto plazo a la que somos adictas.
Pero, por supuesto, para Freud, pagamos un alto precio por esto. La paz a corto plazo es inestable y nos excluye de los beneficios de la honestidad y lealtad con nosotras mismas a largo plazo.
Con demasiada frecuencia le decimos a nuestros pensamientos: «mejor no entres ahí», simplemente empujamos o enterramos emociones e ideas a un lado.
La resistencia significa que estamos escapando de la incomodidad, rechazo o dolor de admitir deseos particulares, especialmente cuando estos están en desacuerdo con lo que nos gustaría ser o cómo los demás quieren que seamos. Reducimos nuestro sufrimiento inmediato. Pero el inmenso costo que pagamos es que no podemos apuntar a lo que realmente nos haría felices, y eso, al final, es sufrimiento también.
La realidad es que conocerte no es una tarea sencilla y esa es la razón por la que realmente muy pocas personas se atreven a hacerlo. También por eso son pocos quienes realmente llegan a construir y vivir sus definiciones de éxito.
Conocerte es un proceso, es un camino impredecible para explorar que te pone cara a cara con dudas e inseguridades, con verdades que tal vez no quieres ver y enfrentar, con decisiones que no quieres tomar o con dolores que no quieres recordar.
Al principio, el proceso puede ser demasiado incómodo, oscuro y emocional por un tiempo, pero luego mejora y como todas las cosas en la vida, un poco de trabajo duro al principio paga dividendos en abundancia por el resto de tu vida.
***
Recuerdo que mi momento más bajo en este camino de autoconocimiento fue cuando viví en Nueva York. Todos podrían pensar que estaba viviendo una vida perfecta en la ciudad más dinámica del mundo, conociendo gente nueva, haciendo planes estupendos, pero la verdad es que nunca me sentí tan perdida como en esos dos años.
Tenía 28 años. Había renunciado al trabajo de mis sueños en marketing para acompañar a mi esposo en su carrera. Estaba demasiado feliz. Si bien sabía que no podría trabajar por temas de visa, creo que nunca medí el impacto que esto tendría en mí, hasta que teníamos un par de meses viviendo allá.
A pesar de que me puse a estudiar y tomé todos los cursos que podía (fotografía, pintura, inglés, y mi primer contacto con el coaching), tenía muchísimo tiempo conmigo, sola, como nunca en mi vida lo había tenido.
No te voy a mentir. Enfrentarme conmigo misma fue durísimo. Todas mis respuestas eran «no sé». Mis patrones de pensamiento eran en círculo. Me sentía caminando en una neblina que no me dejaba ver a treinta centímetros de mi cara. No podía mirar al futuro, no podía proyectarme, simplemente no sabía quién era, ni qué quería. Así pasé meses. Viviendo un día a la vez, disfrutando del presente e intentando tener paciencia conmigo y con mi proceso.
Mi salvavidas fue conectarme con el agradecimiento. Recuerdo que todas las mañanas me sentaba en la ventana de la sala de mi casa para ver salir a mi esposo al trabajo y me quedaba un buen rato allí, con mi café, agradeciendo las cosas que me regalaba este nuevo día y sabiendo que costara lo que me costara o el tiempo que me tomara, no iba a descansar hasta que me encontrara a mí misma.
No puedo explicarte esa sensación, pero sabía que no me iba a rendir, por más oscuro que todo se veía en ese momento, algo tenía que seguir haciendo.
Justo el día que me hicieron la despedida en mi trabajo antes de mudarme, una gerente y compañera de trabajo me dio como regalo de despedida un libro. Me dijo: «Creo que este libro puede ayudarte», como si supiera el camino que estaba por empezar. Se llamaba Dios usa lápiz labial, de Karen Berg.
Lo había empacado, pero no fue sino hasta casi seis meses después de estar en Nueva York que empecé a leerlo. El libro es sobre el Kabbalah y me introdujo a una nueva forma de mirar que no conocía, abriéndome una pequeña luz en esa neblina en la estaba.
El Kabbalah se centra en ser mejores personas cada día, en permanecer conectados con nosotros mismos, estar conscientes de la vida y dejar de actuar como si fuéramos robots o máquinas siguiendo patrones. Al terminar el libro me inscribí en el centro de Kabbalah de Manhattan, hice todos los cursos y hasta terminé trabajando ad honorem en el departamento de marketing.
Ese libro inició un viaje de autodescubrimiento que comparto con ustedes aquí hoy: cómo conocerme a mí misma me ayudó a tener el coraje para vivir la vida que se supone debo vivir, sintiéndome plena y en paz, y eso es no es más que una consecuencia de ser sincera con mis valores, conocerme, aceptarme y vivir alineada con lo que realmente soy.
Eso no llegó solo. Lo busqué actuando, no quedándome en la ventana viendo hacia afuera todos los días. Aunque mi proceso continuó unos cuantos años más, ese momento lo recuerdo como el primer escalón de mi escalera.
No nacemos conociéndonos. No viene en el manual. No nos conocemos simplemente creciendo y envejeciendo. Conocernos es un esfuerzo consciente, se hace con intención y propósito.
Una de las sensaciones más maravillosas que sentirás en tu vida es cuando sabes que estás floreciendo y creando a la persona que se supone debes nutrir, cuidar y hacer crecer para cumplir tu propósito aquí. Saber quién eres y qué quieres, es un principio básico para el éxito por una simple razón: porque te ofrece un camino hacia una mayor felicidad y satisfacción.
Mientras más segura estés de ti, menos te importará lo que piensen los demás, lo que se traduce en que estás recuperando el control y el poder de tu vida, es tuyo, de nadie más.
Para mí fue un camino largo y rocoso, pero hoy puedo decirte que hacerlo y no rendirme cambió mi vida por completo en todos los sentidos: mi relación conmigo, mi creatividad, mis relaciones con los demás, mi forma de ser mamá, esposa y amiga.
CONOCERTE, AMARTE Y ACEPTARTE ES TU PRIMERA FUENTE DE PODER
Esa seguridad que necesitas para tomar decisiones, para tener el valor de enfrentar tus miedos, para creer en ti, tu capacidad y tu trabajo viene de la calidad de esa relación que tienes contigo, de elegir amarte tal y como eres una y otra vez.
Desde esa elección podrás diseñar una vida donde quieres lo mejor para ti y donde te asegures de que estás entregando lo mejor que tienes en cada cosa que hagas. No mediocre. No a medias. All in.
«La única forma de brillar es sabiendo cuál es tu luz, qué tienes para dar».
No se imaginan la cantidad de mujeres talentosas, maravillosas, con ganas de triunfar que he conocido en mis cursos, talleres y en mi práctica de coaching, que no quieren o no están dispuestas a abrir esta puerta de conocerse.
Muchas lo disfrazan de excusas: «no tengo tiempo», «no sé cómo hacerlo», «más adelante cuando pase X o Y».
Es un acto de valentía. Lo más fácil en quedarte flotando en el río que llevan los demás y las circunstancias de la vida.
Yo lo veo como que es necesario sumergirte debajo del agua de vez en cuando para poder ver realmente la dirección hacia dónde debes ir, para hacer esos ajustes necesarios, para tomar el timón y ajustar tus velas y dirigirte hacia dónde quieres llegar.
También he visto y acompañado a mujeres que se han atrevido y han vivido ese proceso tan familiar para mí. Las he visto emerger empoderadas de esa neblina o como diría una de mis autoras favoritas y una de mis fuentes más grandes de inspiración Brene Brown: «Desafiando el Desierto».
Es espectacular y es un honor para mí ser testigo del proceso de autodescubrimiento y empoderamiento de estas mujeres, de ver la diferencia abrumadora en sus resultados y en sus vidas por simplemente florecer.
Con guía, preparación y acompañamiento el proceso puede ser más llevadero.
En las palabras de Louis Hay: «Descubrí que solo hay una cosa que cura todos los problemas, y es saber amarte a ti mismo. Cuando las personas comienzan a amarse más cada día, es sorprendente cómo mejoran sus vidas. Se sienten mejor. Consiguen los trabajos que quieren. Obtienen el dinero que necesitan. Sus relaciones mejoran, se resuelven sus problemas y comienzan otras nuevas».
EMPRENDIENDO EL CAMINO DE CONOCERTE MEJOR
«Conocerte a ti mismo como el ser debajo del pensador, la quietud debajo del ruido mental, el amor y la alegría debajo del dolor, es libertad, salvación e iluminación».
—Eckhart Tolle
¿CUÁNTO SABES DE TI MISMA? ¿CÓMO HACER PARA CONOCERTE MEJOR?
No podemos saber qué queremos hacer con nuestras vidas simplemente haciéndonos preguntas, estas pueden ayudarnos y darnos una luz o guía, pero al final la manera más eficiente de hacerlo es experimentando, actuando. Tenemos que salir y probar cosas. Necesitamos atrevernos y hacer de la vida nuestro laboratorio de experimentos.
ESCÚCHATE
Con el ritmo de vida de hoy escucharnos es cada vez más difícil, y desafortunadamente, no le damos el puesto que realmente merece en la planificación de nuestro tiempo en el día a día. Rara vez nos animamos a desempacar nuestros pensamientos.
Cuando tenemos una conversación con una amiga no es común que incluyamos el tratar de avanzar en el entendimiento de nuestras emociones. El coaching o la psicoterapia es un recurso que solo el 1% de la población utiliza.
Parte de aumentar el autoconocimiento de una sociedad es ayudar a que la idea de la introspección sea un poco más atractiva; debe ser un concepto tan común y aceptado como pasar un fin de semana en la playa u organizar una cena en tu casa.
Tómate el tiempo que necesitas para pasar tiempo contigo a solas, no tiene que ser necesariamente una semana de retiro, puedes empezar por una hora a la semana —o lo que te funcione en esta etapa de tu vida—, pero pon en tu agenda tener regularmente citas contigo misma.
MEDITA
«La mente es como el agua. Cuando es turbulenta, es difícil de ver. Cuando está en calma, todo se vuelve más claro».
A pesar de que nuestras mentes en teoría nos pertenecen, no siempre controlamos o sabemos lo que hay en ellas. Siempre hay ideas muy claras e inmediatas, por ejemplo, que amamos a nuestros hijos, estos pensamientos se sienten obvios sin cargarnos con incertidumbre ni presionarnos por tomar una decisión.
Sin embargo, una gran cantidad de otras ideas tienden a flotar en un estado mucho más desenfocado. Por ejemplo, podemos saber que necesitamos cambiar de trabajo, pero es difícil asumir los cambios y el costo que esto tiene.
Los pensamientos desenfocados orbitan constantemente nuestras mentes, pero desde donde estamos en ese momento, desde ese observatorio (por así decirlo), no podemos captarlos claramente. Hablamos de la necesidad de «arreglar nuestras cabezas» o de «estar al tanto de las cosas», pero no es evidente qué podemos realizar para lograrlo.
Hay una respuesta al tratar con nuestras mentes que se ha vuelto muy popular en los últimos años. Basada en las tradiciones del budismo, la práctica de la meditación se ha presentado como una solución a los problemas de nuestras mentes caóticas.
Aunque yo no practicaba la meditación, desde que comencé a hacerlo me conecto conmigo; la veo como una herramienta súper poderosa, no solo de autoconocimiento, si no de productividad y bienestar en general. He visto los resultados, sobre todo en el manejo de mis emociones y en la manera como resuelvo los problemas.
La meditación nos trae la calma al ayudarnos a comprender nuestros pensamientos, evaporando así parte de la paranoia y del ruido en nuestra cabeza.
Cuando ese desorden se vuelve más claro e identificamos realmente qué hay debajo, dejan de molestarnos tanto porque, aunque no desaparecen, esta herramienta nos permite ver que son manejables o que, eventualmente, se pueden resolver.
La idea básica de la meditación es simple. Cada vez que tu mente comience a jugarte en contra, siéntate en un lugar tranquilo, centra la atención en tu respiración y date un tiempo para estar ahí.
Observa tus pensamientos sin involucrarte con ellos ni juzgarlos, simplemente estando al tanto de cada nota mental a medida que surja. Así puedes ver cómo tus pensamientos y emociones tienden a moverse en patrones particulares. Con el tiempo, puedes llegar a ser más consciente de la tendencia que tienes a juzgar (o juzgarte) rápidamente como buena o mala y cómo eso te está limitando.
El punto es que cada vez que vuelves tu atención a la respiración, trabajas tu «músculo de atención», como me gusta llamarlo. Luego, con el tiempo, tu enfoque, concentración y capacidad de conocer lo que sientes y lo que te pasa mejorarán.
La meditación es estar presente con tu mente, dar un paso atrás, mirarlo y observarlo y darte cuenta de que no eres esos pensamientos, no eres esas percepciones, tú no eres las sensaciones o cualquier otra cosa fuera de ti.
ESCRIBE
«Si mantienes un diario o escribes como meditación, es lo mismo. Lo importante es que estás teniendo una relación con tu mente».
−Natalie Goldberg
Escribir es una práctica que te ayudará a conocerte mejor (además de permitirte alcanzar tus metas). Escribir con frecuencia sobre tu vida y tus experiencias te ayuda a despejar la cabeza, hacer conexiones importantes entre pensamientos, emociones y comportamientos, y poner en palabras conceptos o ideas abstractas.
Permitir que tu creatividad florezca y se expanda puede ser catártico y hacer una gran diferencia en tu bienestar diario.
En general, se ha encontrado que la escritura expresiva:
• Mejora tu estado de ánimo / salud emocional.
• Mejora tu sentido de bienestar.
• Reduce los síntomas de la depresión antes de un evento importante (como un examen).
• Mejora tu memoria de trabajo.
Escribir puede hacernos más conscientes y ayudarnos a detectar patrones poco saludables y limitantes en nuestra forma de pensar y de comportamiento; nos permite tomar más el control sobre nuestras vidas y poner en perspectiva las cosas. Además, puede ayudarnos a pasar de una mentalidad negativa a una más positiva, especialmente sobre nosotras mismas.
Recuerdo que desde que tenía 10 años todos los años compraba mi agenda. Todos, absolutamente todos los días escribía sobre mi día y sobre cómo me sentía (obviamente con colorcitos y stickers). Mi mamá aún tiene en un baúl todos mis diarios y agendas. La práctica de escribir la tuve por años hasta que tuve mi primer hijo. Allí paré, creo que por cansancio, pero lo retomé como una necesitada y una herramienta para ayudarme a encontrarme de nuevo en ese rol tan transformador y comprender la etapa en la que estaba.
UN MAPA PARA DESCUBRIRTE
Creé para ti un mapa de lo que considero son las cuatro áreas más importantes para comenzar ese viaje y proceso de autoconocimiento.
En cada área voy a regalarte algunas preguntas que te abrirán una puerta para tener una conversación real contigo. La invitación es a que las respondas honestamente. Lo ideal es que puedas escribir las respuestas en un papel o cuaderno, con calma sin distracciones, que respires hondo, despejes tu mente del ruido y te sumerjas en este viaje.
Por favor, ten siempre presente que en este camino no hay respuestas correctas o incorrectas, solo estás tú descubriendo el proceso de construir una relación más cercana y amorosa con la persona más importante en tu vida ¡Tú!
Figura 1. Mapa de autoconocimiento.
LO QUE ME GUSTA
¿QUÉ ES LO QUE TE GUSTA? ¿QUÉ TE DISGUSTA?
Estas son preguntas simples, pero que te darán una guía sobre quién eres. Por favor, no confundas lo que te gusta con lo que es popular, se honesta contigo y escribe con sinceridad, tómate el tiempo para definir qué te gusta y qué no, no lo expongas a votación entre tu familia y amigos. Tú decides.
Definir tus propios gustos y disgustos requiere de valor. Tal vez te parezca de mala educación decir que no a una invitación a una fiesta, pero si sigues diciendo sí o haciendo lo que no te gusta, descuidando lo que te produce alegría, estás abandonando parte de lo que eres, estás siguiendo el camino contrario a la felicidad.
Mantente fiel a tus gustos. ¡A nadie más tienen que gustarle sino a ti!
Preguntas poderosas para hacerte
• ¿Qué actividad en tu vida te ilumina de alegría?
• ¿Qué es algo que siempre te gusta hacer, incluso cuando estás cansada o apurada? ¿Por qué?
• Si una relación o trabajo te hace infeliz, ¿eliges quedarte o irte?
• ¿A qué le temes por dejar un mal trabajo o una mala relación?
• ¿Qué tan cómodo estás en tu propia piel?
• ¿Cómo te perciben otras personas?
• ¿Cómo te gustaría que los demás te percibieran?
• ¿Con qué persona no te gusta pasar tiempo?
• ¿Qué buscas en una amistad?
• ¿Qué buscas en una relación de pareja?
• ¿Qué te gusta realmente, tanto en un buen día, como en un mal día, ante un desafío o una gran recompensa?
LO QUE QUIERO
Tus sueños y esperanzas crean el camino hacia tu futuro, te ayudan a construir una vida de la que puedes sentirte orgullosa. Pero para poder construirla necesitas saber a dónde vas.
Tus sueños importan. Tus sueños son importantes. Vale la pena perseguirlos. No son menos importantes que los de nadie. Empieza a conocer bien tus sueños. Conócelos en detalle.
Si quieres convertirte en emprendedora, pregúntate: ¿Qué quiero vender? ¿Cómo quiero servir? ¿Qué necesito aprender? ¿Qué tan grande sería mi vida si lo intento? Y así sucesivamente hasta que sepas todo sobre tu sueño.
Haz eso que visualizaste parte de sus actividades diarias. Tómalas en serio, trabaja en ellas, cree y siéntete orgullosa de ellas en lugar de esconderlas o minimizarlas.
Al pensar en nuestros sueños y aspiraciones tenemos una fuerte tendencia a terminar diciendo cosas como:
«Quiero ayudar a otras personas».
«Quiero ser creativo».
«Quiero hacer algo que me importe».
Estas declaraciones pueden ser muy ciertas, el problema es que son muy vagas, no apuntan en ninguna dirección en particular, no invitan a la acción, ni hacen mucho para ayudarte a tomar una decisión.
Esta vaguedad es un signo de la dificultad que tenemos con respecto a conocernos, demostrando que en algún aspecto importante de la vida todavía no nos conocemos muy bien.
¿CÓMO MEJORAMOS EL AUTOCONOCIMIENTO EN TORNO A LO QUE QUEREMOS?
Te invito a que hagas este ejercicio:
Nombra a una persona que admiras, por grandiosa o extraña que te parezca.
Podría ser Oprah Winfrey (esa es la mía), Beyonce, Amal Clooney, la Madre Teresa o tu mamá. El punto no es, necesariamente, que quieras ser ellos o como ellos, sino identificar qué de ellos te parece digno de admirar y por qué.
• ¿Qué admiras de ella?
• ¿Porqué la admiras?
• ¿Cómo podría esas cualidades que admiras estar más presente en tu vida?
Podemos analizar a través de este ejercicio también cómo es tu percepción con respecto al éxito.
Pueden surgir pensamientos como:
«Hay muchos obstáculos y es muy difícil llegar a ese nivel de éxito».
«No estoy al nivel de sus talentos y cualidades».
«Tengo demasiada competencia».
«No tengo su suerte».
Las barreras más serias para el éxito vienen de nuestra propia cabeza. Sufrimos de actitudes problemáticas hacia el éxito, estamos frenadas por la ansiedad en torno al éxito. Estas ansiedades significan que no estamos buscando puramente el éxito, sin darnos cuenta, estamos más interesados en los aspectos del fracaso.
Conocerte en el éxito, cómo lo percibes y qué es exactamente para ti es parte importante de ese autoconocimiento (más adelante hablaré más de esto).
Preguntas poderosas para hacerte
Si pudieras pedir un deseo que se hiciera realidad al instante, ¿cuál sería?
MI PERSONALIDAD
Comprender tu propia personalidad es clave. Por lo general, solo tenemos la opinión colectiva de los demás y ese es solo un aspecto. También tienes tu propia base de datos de información sobre cómo eres realmente gracias a tus momentos sola contigo, así como en los momentos en que te expones a los demás.
La idea es saber quién eres y quién no. Comprende qué te hace reaccionar de cierta manera en la gran cantidad de situaciones de la vida. Pregúntate a ti misma «¿Por qué hice eso?».
Preguntas poderosas para hacerte
• ¿Quién eres detrás de tu nombre?
• ¿Cuáles son tus rasgos característicos?
• ¿Quién eres entre tus amigos?
• ¿Quién eres como mamá? (si lo eres).
• ¿Quién eres como esposa? (si lo eres).
• ¿Quién eres como hija? (si lo eres).
• ¿Qué pasa con los extraños?
• ¿Qué personaje retratas al mundo exterior?
• ¿Cómo reaccionas ante el mundo que te rodea?
Para mí, el camino a conocerme y crearme es infinito, es un proceso que dura toda la vida, siempre estoy buscando formas de conectar y conocerme mejor, pienso que solo así podré vivir mi mejor vida.
En esta curiosidad constante por mí misma, descubrí una nueva herramienta (gracias a mi amiga Ana Lucía, Terapeuta Gestalt, y una mujer que admiro mucho por su espíritu guerrero). Después de hacer un curso intensivo con ella, me pareció una herramienta muy poderosa que quiero compartirte ya que, como lo fue para mí, puede darte una guía sobre los aspectos de tu personalidad.
El eneagrama de la personalidad; es un sistema de clasificación de la personalidad. Generalmente, se presenta como un método para el autoconocimiento y el desarrollo personal. El sistema del eneagrama describe nueve tipos de personalidad distintos y sus interrelaciones, asociadas a esta figura.
La idea básica es que existen nueve tipos o personalidades arquetípicas con sus estrategias básicas para tratar sus asuntos, y que estas personalidades, según estén en estado de frustración o en un estado proactivo, se integran o desintegran unas en otras. Es decir, una personalidad arquetípica puede degenerarse o aproximarse hacia los rasgos de otro tipo de personalidad arquetípica según su grado de frustración o proactividad.
Figura 2. Eneagrama de la personalidad.
Cada tipo de personalidad asociada al eneagrama representa un mapa de características que denotan patrones de pensamiento, emociones y comportamiento; uno de los propósitos es aprender sobre ti mismo.
La propuesta de esta teoría es que aprendiendo sobre el tipo de cosas a las que atiendes y dedicas tu energía habitualmente, puedes observarte a ti misma de forma más precisa y desarrollar más tu autoconocimiento, lo que te ayuda a elegir mejor tu propio comportamiento en lugar de entrar en patrones de pensamiento y emoción, de forma automática, rutinaria e inconsciente.
En los últimos años, el término «eneatipo» ha sido utilizado en algunas de las principales publicaciones de la materia, siendo aplicado en varias áreas que incluyen psicoterapia, negocios, coaching, desarrollo organizacional, artes, etc.
A continuación, te comparto las descripciones breves de los nueve tipos:
Eneatipo 1
• Son personas perfeccionistas y en la búsqueda de la perfección pueden tener ira interior que intentan no exteriorizar, pues no la consideran una cualidad perfecta.
• Son muy detallistas, ordenados, suelen hablar en términos de bien / mal.
• En su estado más sano, son tolerantes y muy éticos. Son muy juiciosos y comprometidos.
Eneatipo 2
• Son personas cuya atención está puesta en los demás, en sus necesidades y en cómo ayudarlos. Esto puede llevarlos a tener bastante orgullo, pues este es el tipo de personalidad que requiere sentirse necesitada.
• No están tan enfocados en sus propias necesidades, que suelen postergar por los otros, pero interiormente esperan agradecimiento a cambio.
• En su estado más sano, son realmente altruistas.
Eneatipo 3
• Son personas pendientes de su imagen y del éxito.
• Son muy laboriosos y trabajadores, muy efectivos y también individualistas.
• Por su eficiencia y gran actividad pueden poseer una amplia vanidad.
• Están muy identificados con su trabajo y suelen conseguir lo que se proponen, sobresaliendo en ello y también a veces usando la mentira.
• En su estado más sano, son sinceros y muy productivos.
Eneatipo 4
• Son personas con intereses artísticos profundos y una sensibilidad muy especial y particular.
• Se consideran a sí mismos distintos de los demás con quienes no suelen identificarse fácilmente o sentirse comprendidos.
• Necesitan destacar entre la multitud.
• Pueden caer en la envidia.
• Pueden creer que nunca tendrán aquello de lo que carecen y quedarse enganchados al pasado.
• En su estado más sano son muy empáticos y creativos.
Eneatipo 5
• Son personas con intereses científicos de gran profundidad.
• Son muy ascetas.
• Son los observadores por antonomasia y suelen ser bastante objetivos. Se caracterizan por la avaricia, porque no saldrán de su introspección hasta no sentirse completamente seguros de su conocimiento sobre el exterior.
• Son muy autosuficientes y no suelen hablar de sus sentimientos.
• Son muy claros y comprenden con gran facilidad.
• En su estado más sano son desapegados y generosos.
Eneatipo 6
• Hay dos tipos de seis que se podrían denominar «fóbicos» y «contrafóbico». Sus reacciones al experimentar ansiedad o temor son externamente tan contrarias que parecerían estilos diferentes dentro del eneagrama.
• Cuando los seis fóbicos se dan cuenta del peligro, se encogen, pueden actuar cautelosamente, dóciles o ambivalentes para evitar el potencial ataque.
• Cuando los seis contrafóbicos se dan cuenta del peligro, a menudo lo provocan deliberadamente actuando de forma abierta y agresiva, deseando ocuparse del problema antes de que él se ocupe de ellos.
• Los seis fóbicos pueden ser encantadores, modestos y sumisos mientras que los contrafóbicos pueden parecer duros, desafiantes y pendencieros.
• Algunos seis son completamente fóbicos o contrafóbicos, pero la mayoría existen a lo largo de las dos tendencias, inclinándose más hacia un lado o hacia el otro, según sea la ocasión.
• Suelen ser muy fieles y leales.
• Son excelentes asistentes y amigos. A la vez pueden estar cargados de miedos e imaginarse los peores escenarios.
• Necesitan de la autoridad o de un guía o al mismo tiempo pueden llegar a huir de ella. A veces, parecieran mostrarse muy seguros y confiados, pero interiormente prevalecen la duda y los miedos.
• Son buenos amigos.
• En su estado más sano son valientes y muy buenos compañeros.
Eneatipo 7
• Son los epicúreos, atraídos por el placer y llenos de alegría y ganas de disfrutar.
• Son muy entretenidos, suelen llenarse de planes con mucho entusiasmo y, cuando se aburren, los dejan.
• Pueden huir del presente y no hacerse cargo de sus compromisos a largo plazo, de situaciones dolorosas o de su propio sufrimiento.
• Como no se quieren perder nada, no profundizan tampoco en nada.
• En su estado más sano son muy animados y capaces de disfrutar del presente como nadie.
Eneatipo 8
• Son los justicieros.
• Se guían por un sentido de la justicia y la injusticia que puede hacerles reaccionar fervientemente.
• Pueden llegar a caer en la lujuria o en los excesos, así como en el autoritarismo.
• Son líderes natos pues poseen mucha autoconfianza.
• Van por la vida necesitando ser fuertes y prevalecer sobre las circunstancias.
• Tienen fuerte personalidad y se posicionan como defensores de los suyos.
• En su estado más sano, son protectores y ayudan al otro de forma magnánima.
Eneatipo 9
• Son personas pacificadoras y mediadoras. No les gusta el conflicto, del que con frecuencia huyen.
• Pueden caer en la pereza.
• Se mimetizan con el entorno y les cuesta mucho expresar sus necesidades.
• Entienden todas las opciones y es muy difícil discutir con ellos pues no dan lugar a la discusión.
• Son tranquilos, serenos y calmos.
• En su estado más sano son muy buenos mediadores y consiguen calmar los extremismos.
Para saber más sobre este tema, te comparto al final de libro referencias para profundizar sobre tu personalidad según el eneagrama.
MIS VALORES
Los valores son lo que crees que importa más en tu vida y son diferentes para cada persona. Algunos valores comunes son el amor, el éxito, la amistad, la inteligencia y el respeto.
Como niños, nuestros padres y maestros nos transmitieron valores y vivimos nuestras vidas con base en lo que nos han enseñado, pero como adultos debemos determinar nosotros mismos qué es lo más valioso para nosotros. Algunos de los valores de la infancia pueden seguir siendo los mismos, pero es probable que otros se hayan vuelto cada vez más importantes a medida que creciste y evolucionaste.
Conocer tus valores significa que puedes desarrollar fuertes opiniones sobre temas importantes. No solo quieres creer lo que creían tus padres, necesitas descubrir en lo que realmente crees, para luego poder compartirlo con los demás. Por ejemplo, mis valores son: balance, conciencia, familia, conexión, empoderamiento y éxito, y en función a ellos diseño y vi mi vida.
Algunas preguntas poderosas para hacerte
• ¿Qué haz hecho en tu vida de lo que estás más orgullosa?
• ¿Qué tipo de legado quieres dejar atrás?
• ¿Cómo estás cambiando al mundo para mejor?
• ¿Qué crees que es posible para ti?
• ¿Cuál es tu valor central más importante?
• ¿Cuánta confianza tienes en tus habilidades para tomar decisiones por ti misma?
• ¿Cuál es tu mayor creencia limitante?
• ¿Cuál es tu brújula moral en la toma de decisiones difíciles?
• ¿Cuál es un fracaso que has convertido en tu mayor lección?
Preguntas poderosas para hacerte
• ¿Qué papel juega la gratitud en tu vida?
• ¿Cómo te sientes acerca de tus padres?
• ¿Cómo es tu relación con el dinero?
• »»»¿Cómo te sientes acerca de envejecer algún día?
• ¿Crees que tu destino está predeterminado o está en tus manos lograr lo que deseas?
• ¿Quién es la persona más importante en tu vida?
• ¿Quién es tu mejor modelo para seguir?
«Hasta que no te valores a ti, no vas a valorar tu tiempo. Hasta que no valores tu tiempo, no harás nada con él».
CONECTA CON TUS FORTALEZAS
«El verdadero éxito lo consigues cuando conoces, creces, maximizas y apuestas tu mezcla única de dones y fortalezas en cada cosa que haces».
–Karina Petrovich
¿Cuáles son tus fortalezas, tus talentos y tus dones, o como a mí me gusta decirles, cuáles son tus súperpoderes? ¿Cuál es tu magia?
Cada vez que hago esta pregunta a alguien en una sesión o en una conversación, la mayoría de las veces veo caras de pánico, se ponen pálidas, empiezan a sudar a mirar para todos lados y muchas veces sale esta frase: «No tengo fortalezas» o «no sé cuáles son mis fortalezas».
Y en verdad me alegro que lo reconozcan, porque el primer paso para descubrirlas es aceptar que no sabes y tener la genuina intención de hacer lo que sea necesario para buscarlas.
No solo es cuestión de saberlas o identificarlas, sino de vivirlas, conectar con ellas y maximizarlas. Nada hacemos identificándolas si no hacemos algo con ellas. Cuando comenzamos algo nuevo es difícil construir esa seguridad, la cual se construye al conocer lo que tienes. No puedes vender el aire. No puedes vender algo que no conoces bien. No puedes venderte si no conoces lo que tienes para dar. Cuando eso no está claro quedan espacios oscuros que se van apoderando de tu terreno.
Generalmente, cuando llega el tiempo de tomar la decisión de lo que queremos hacer por el resto de nuestras vidas, lo último que tenemos en cuenta son nuestras fortalezas (tal vez porque aún estábamos demasiado jóvenes para saberlas).
No todos todas las personas tienen claras cuáles son sus fortalezas, pero mucho menos son las personas que tienen el valor de construir sus vidas y negocios entorno a ellas. Sí, lo dije bien: valor.
Se necesita valor y estar dispuestos a ir más allá de lo evidente, para hacer cosas diferentes, para salir de nuestra zona cómoda, para hacer el trabajo de escucharnos e indagar capas adentro lo que está allí esperando a ser descubierto.
Tomarte el tiempo para descubrir tus puntos fuertes y centrarte no solo en aumentarlos y fortalecerlos, si no también en maximizarlos es lo que te ayudará a convertirte en la mejor en lo que haces, lo que te hará brillar y también lo que te permitirá sentirte segura y motivada en los momentos de mayores retos.
Construir tu vida y tu negocio con base en tus fortalezas es un punto de decisión importante y es lo que diferencia a cada persona, sus productos o servicios. Si quieres crear tu #powerflow necesitas descubrir tus puntos fuertes y darte todas las oportunidades posibles para aprovecharlos todos los días.
La mezcla única de tus fortalezas son tu ventaja competitiva y tu elemento diferenciador más importante para todo lo que hagas (especialmente en tu negocio) que, sumado también a tus áreas a trabajar, es la columna vertebral para tu éxito.
«Ser único es mejor que ser perfecto»
Soy de las que cree que una de las cosas más lindas e importantes (y también más difíciles) que puedes hacer es aprender sobre ti y conocerte en las distintas etapas de tu vida. No hay nadie como tú. Mientras más conectada estés contigo, mientras más te conozcas, podrás entregar a los demás las mejores cosas de ti, perfeccionarlas, maximizarlas y entregarlas en todo lo que haces.
Para fluir empoderada hacia tu éxito, necesitas enfocarte en identificar, conectar, desarrollar y maximizar tus fortalezas, no en eliminar tus debilidades.
¿Y tú? ¿En qué eres buena? ¿Sabes cuáles son tus fortalezas? ¿Las estás utilizando en tu día a día y en tu negocio?
Aquí te comparto algunas herramientas y ejercicios para identificarlas, recordarlas o descubrirlas:
HAZ UNA LISTA
Antes de usar cualquier fuente externa para ayudarte a identificar tus fortalezas y debilidades, te recomiendo que dediques unos treinta minutos a crear dos listas. La primera, requiere que seas completamente honesta contigo misma. Vas a crear dos columnas, una llamada «Mi mezcla única de fortalezas» y otra llamada «En lo que necesito trabajar». Dependiendo de tu personalidad, encontrarás una de estas columnas mucho más fácil de completar que la otra. No hay respuestas buenas ni malas, ni cantidades mejores o peores.
Este ejercicio se basa en poner en un papel un poco de tu magia, tal cual y como es. Se objetiva y sincera pero, sobre todo, amable contigo misma. No te castigues por lo que crees que son defectos importantes y no sobreestimes tampoco lo grandes que son tus fortalezas. Solo escribe y sigue adelante.
No necesitas tener una lista completa de cien fortalezas y oportunidades, concéntrate en calidad versus cantidad.
Algunos ejemplos de lo que podrías agregar a esta lista van desde aspectos de tu personalidad, como «calma bajo presión» o «ejecutora máxima», hasta habilidades técnicas que puedas tener, como «experiencia en programación o diseño» o «experiencia en gestión de proyectos».
Sí, por supuesto que puedes incluir tus áreas de experiencia adquirida a lo largo de los años, eso también entra en tu mezcla única de fortalezas.
El propósito de esta lista es comenzar con algunas ideas generales que tengas sobre ti, para luego obtener información de otras fuentes que te permitan refinar ese kit de superpoderes que tienes.
Preguntas poderosas para hacerte
• ¿En qué soy buena?
• ¿Qué hice en las ocasiones en que me han felicitado los demás?
• ¿En qué han tenido que ayudarme otros en más de una ocasión?
• ¿Qué proyectos y tareas parecen agotar mi energía?
• ¿En qué proyectos he pasado horas sin cansarme?
• ¿Cuáles son mis pasatiempos y por qué me gusta hacerlos?
• ¿Qué me deja contenta y disfruto más hacer?
HABLA CON PERSONAS DE CONFIANZA
Todas tenemos puntos ciegos nos puede costar un poco identificar esas fortalezas (y está bien, es más normal de lo que piensas).
¿QUÉ HABILIDADES VALORAN Y ADMIRAN LAS PERSONAS QUE TE CONOCEN?
Para poder tener un panorama completo, es bueno escuchar qué observan las personas que nos conocen, qué tienen para decirnos de nosotros mismos que puede que nosotros no estemos viendo y nos puede ayudar mucho a abrir nuestra percepción sobre cómo nos vemos.
Piensa en las cinco o diez personas que mejor te conocen, en quienes confíes y que hayan tenido la oportunidad de vivir o trabajar contigo durante un período tiempo importante. Pueden ser hermanos, primos, amigos, tu pareja, compañeros de trabajo, mentores o coaches.
Divide esa lista en dos categorías: personas con las que te conectas en un nivel profundo y personas con las que eres cercano, pero tal vez la relación no sea tan profunda. Una vez hayas seleccionado las personas en cada grupo, contáctalos; puedes salir a tomarte un café con cada uno de ellos, hacer una video llamada o simplemente enviar un correo.
Cuando los contactes, asegúrate de darles un poco de contexto sobre por qué estás pidiendo su opinión, pídeles su mirada honesta y cuéntales lo mucho que esa visión te ayudará. Pídeles qué mencionen qué hay en ti que creen contribuirá a tu éxito, que mencionen tres fortalezas ojalá acompañadas con ejemplos. Luego, pídeles que mencionen una sola área de oportunidad en la que necesitarías trabajar para también alcanzar ese éxito.
¿POR QUÉ DOS LISTAS?
Porque cuando alguien te ama, puede que no quiera ser totalmente honestos y que no quiera lastimarte. Algunos amigos y miembros de la familia estarán demasiado sesgados, para bien o para mal, por eso, es importante que las separes para que tengas eso en cuenta a la hora de hacer tus filtros.
A medida que recibas comentarios, comienza a agregar más detalles en tus dos listas. Comenzarás a ver que algunas de las fortalezas y debilidades que anotaste están confirmadas por aquellos en quienes confías, mientras que otras que ni pensabas salen a la luz.
PRUEBA COSAS NUEVAS: LAS EXPERIENCIAS SON TUS MEJORES MAESTROS
Para mí, uno de los retos más grandes es identificar la falta de experiencia. Por lo general, hemos hecho lo mismo durante tanto tiempo y nos falta experimentar para poder decir qué nos gusta o no.
Si hemos intentado poco, tenemos poco en lo que decidir, nos conocemos solo en una pequeñísima faceta de lo que realmente somos capaces de hacer, cuando en verdad una de las armas más poderosas para el éxito y conocernos es hacer.
Por lo general un «no sé» es igual a «nunca lo he intentado». Por ejemplo, ¿cómo sabes si tienes alguna habilidad artística si nunca has intentado hacer algo artístico?, ¿cómo sabes en qué eres buena si solo has intentado hacer unas pocas cosas?
Soy una gran creyente de que intentando y haciendo es nuestra mejor forma de aprender, encontrar y crecer. Si te resistes a probar cosas nuevas, el resultado que vas a tener siempre será nada, y es to se traduce en estancamiento.
Por otro lado, si estás interesada en probar cosas nuevas para poder conocerte mejor, aquí te doy algunos ejemplos que no requieren de mucho tiempo o dinero (todas las puedes hacer viendo videos de YouTube o cursos online, suelta la excusa del dinero ya).
Experiencias Creativas:
• Pintura / Dibujo: toma un pincel, algunas pinturas baratas y algo de papel (o un lienzo) y mira un video tutorial, es una forma de meditar que conecta caminos para la creatividad.
• Cantar: tal vez, has evitado cantar en un bar de karaoke hasta ahora, pero es un ejercicio maravilloso para superar tu miedo a la vergüenza (además cantando tu canción favorita).
• Bailar: hay miles de videos de tutoriales de baile que puedes hacer en la privacidad de tu hogar, practicando una y otra vez hasta que pienses que eres Shakira.
• Hacer videos: tienes el equipo básico necesario para hacer un video de calidad de película directamente en tu bolsillo: tu celular. Desafíate a ti misma para crear un video de quince o treinta segundos con un objetivo principal: lograr que tu audiencia tenga una respuesta emocional a lo que tienes para compartir.
Experiencias Técnicas:
• Recurre a tu mejor asistente: un buscador de internet. Hoy en día el que no aprende es porque no quiere.
• Hay disponibles miles de recursos en línea (muchos gratuitos) para aprender habilidades técnicas que te ayuden a lograr lo que quieres: crear tu propio blog o sitio web, manejar redes sociales, etc.
Experiencias Corporales:
• Correr: además de hacerte bien, el ejercicio puede ser una manera de conocer tus pensamientos, cuándo te rindes, ¿qué te dices? ¿Qué conversaciones surgen cuando estás exigiéndote físicamente? La idea de la Paca (mi agenda planificadora de éxito) surgió una mañana en la que salí a correr y me propuse correr 10K.
Cuando iba por la mitad del recorrido me estaba muriendo y quería parar, estaba agotada con el corazón a mil y casi sin aire. No había dormido bien porque Bruno (mi hijo de dos años) se había despertado cinco veces en la noche y me estaba inventando treinta excusas más para justificarme y rendirme.
Me propuse correr un kilómetro más hasta llegar a la fuente cerca de mi casa. Me dije: «Karina, tú puedes, piensa en otra cosa». En ese momento me puse a pensar en todo lo que tenía que hacer al llegar a la casa y me di cuenta que otra vez tenía mis pendientes anotados en mil papeles diferentes, a pesar de tener aproximadamente diez agendas que había comprado en el último año y ninguna me terminaba de convencer.
De repente ahí, empujándome al límite, sin aire y con ganas de rendirme, llegó mi momento de ¡eureka!: ¿y si hago mi propia agenda con lo que yo necesito para trabajar más enfocada y organizada? ¿Y si uso todo lo que he aprendido sobre coaching e insight de otras mujeres como yo y lo plasmo en una agenda que me empodere y me haga fluir en el día a día?
¡Boom! Fue un momento que nunca olvidaré, en movimiento, haciendo.
• Yoga: esta actividad te hará profundizar para encontrar otra capa de autorreflexión, viviendo el presente y conectando con tu máquina de perfección: tu cuerpo1*.
Cuando comiences algo nuevo, te invito a que te tomes el tiempo un tiempo para procesar, estar presente y evaluar esa experiencia que acabas de tener.
Algunas preguntas poderosas para hacerte
• ¿Te gustó la experiencia?
• ¿Qué fue lo que te gustó específicamente?
• ¿Qué es lo que no te gustó?
• ¿Es esto algo que te gustaría seguir haciendo y mejorar?
• Cuando encontraste dificultades para aprender o realizar la tarea, ¿qué te motivó a continuar?
MAXIMIZA TUS TALENTOS
Crea tu lista final o tu kit de superpoderes con todo lo que descubriste. Algunas de tus fortalezas representan lo mejor que tienes para ofrecer ahora mismo. Es posible que sea necesario desarrollar otras fortalezas antes de poder utilizarlas en todo su potencial, de eso se trata, de desarrollar tus fortalezas para maximizarlas y crecer con ellas, son el motor de tu éxito.
Cuando estés en este proceso de conectar con tus fortalezas, considera:
LA GRATITUD
¡Mi emoción favorita! ¡Es casi como si la gratitud pudiera arreglar cualquier cosa! Descubrí que es lo más cercano a una pastilla mágica. Centrarme en las cosas por las que estoy agradecida me ayuda a salir cuando estoy atrapada en mis pensamientos. Pasar de un lugar de preocupación, duda o inseguridad a un lugar de gratitud te ayuda a enfocarte en tus puntos fuertes y también te recuerda que hay muchas cosas a tu alrededor que son positivas y buenas.
Uno de mis mejores secretos para mantenerme motivada e inspirada es dar gracias diariamente, ya sea en voz alta o en papel (yo prefiero y recomiendo papel), por aquello que me hace sentir más fuerte y centrada.
POSITIVIDAD
Aprende a darle la vuelta. Me encanta este ejercicio y lo uso mucho, no solo en mi día a día, sino también con mis clientes a quienes les pido que escriban ese pensamiento o situación que consideran negativa o limitante en alguna área de sus vidas y que, muy importante, les gustaría cambiar.
Luego, nos centramos en identificar y hacer declaraciones claves o mantras para cambiar la mirada que estamos teniendo o nuestra forma de acercarnos a la situación para juntos «darles la vuelta».
Eso no lo hace menos incómodo o doloroso, pero nos ayuda a entrenarnos en el hábito de buscar siempre diferentes maneras de ver la misma situación, por ende, podemos identificar nuevas formas para solucionarlo. Por ejemplo, una de las áreas que he trabajado por varios años es que me resulta muy difícil vender. Ahora, vamos a darle la vuelta: me encanta hablar, escuchar y ayudar a las personas, crear y escribir; creo en mis productos y servicios; considero que lo que hago puede ayudar a muchas personas.
Decido reemplazar la incomodidad de vender o el pensamiento de que no soy buena haciéndolo con un nuevo pensamiento: mientras más personas me conozcan a mí y mis productos, más podré ayudarlas.
Con ese pensamiento se despiertan cosas y emociones dentro de mí que hacen que la magia suceda. Ahora permito que ese espacio —que estaba ocupado por algo negativo—, se llene de positividad y esperanza. Lo repito siempre que viene a mi cabeza y es parte de mis mantras.
AMOR
Otra de mis herramientas favoritas es aceptar con amor esas partes imperfectas de mí. No hay forma de vivir auténticamente si no aprendemos a aceptarnos tal cual somos, para preparar desde allí el terreno para crecer.
Esto es lo que el amor hace por nosotros. Si vemos con amor las cosas que no nos gustan de nosotras mismas, comenzamos a aceptarlas y poderosas nos enfocamos a multiplicar lo maravilloso que hay en nosotras.
CONECTAR
Les he compartido que a mí me costó un largo camino no solo identificarlas, sino aceptarlas y llevarlas a construir un negocio en el que no solo pudiera maximizar mis fortalezas/habilidades/ dones, sino también hacer algo que me apasionara.
Mis amigas siempre me decían que me buscaban porque tenía una palabra de apoyo, una palabra positiva para ayudarlas cuando lo necesitaban. Sin querer, siempre era ese hombro de apoyo y me comentaban que se sentían mejor luego de hablar conmigo, que tenía una forma distinta de solucionar y ver los problemas. En verdad nunca le presté atención a eso y jamás lo vi como una fortaleza, hasta hace un par de años atrás.
También sabía que era buena planificando y estructurando ideas y proyectos, armando ideas desde cero y todo lo que implicara creatividad. Cuando recién me certifiqué como coach sentí que este era uno de mis puntos más bajos, no solo de vulnerabilidad, sino también de inseguridad. Tal vez, puedo definirlo como una crisis de identidad por encontrarme en una nueva carrera y comenzando mi emprendimiento. Constantemente, me comparaba y buscaba hacer las cosas como la estaban haciendo los demás y me sentía desmotivada. Ahora, entiendo y sé que todo esto eran consecuencias de no tener esa claridad de la que tanto les hablo.
Sabía cuáles eran mis fortalezas y lo que me gustaba, pero no me las creía, no sabía cómo podía usarlas o aplicarlas en esta nueva identidad como emprendedora y en esa crisis me pasó algo que me hizo tocar fondo. Un día, recibí una llamada de mi exjefe para reunirnos.
Alex2* había sido mi jefe por casi cuatro años, había sido mi mentor y un jefe muy exigente que me apoyó e hizo crecer como profesional y persona gracias a sus enseñanzas, creyó y apostó por mí cuando ni yo misma lo hacía. Es una persona que admiro mucho por su trabajo duro, visión y capacidad de liderazgo y a quien le di poder de validación.
Le llamo poder de validación el permitir o entregar a otras personas la capacidad de influenciar tus decisiones, alguien a quien de verdad escuchas y cuyas opiniones te importan.
Por supuesto, tienes que tener mucho cuidado a quien das ese poder. Cuida que tu círculo con poder de validación sea muy pequeño y escogido con pinza. Otro detalle a tener en cuenta es que las personas de tu familia y cercanas tuyas no tienen que tener ese poder, no se gana o hereda porque sí, lo pones tú.
Por ejemplo, mi mamá tiene poder de validación, porque yo decidí dárselo, ella se lo ganó, no lo obtuvo automáticamente por ser mi mamá. No se imaginan la cantidad de mujeres que conozco cuyo poder de validación de sus mamás (igual con todo el amor del mundo, eso no tiene que ver en esta ecuación), las limita, las juzga o las etiqueta y no las deja avanzar.
De nuevo, lo hacen con todo el amor del mundo, pero hablan y opinan desde sus propios juicios, experiencias y mochila de piedras, no desde la de sus hijos y eso tiene un impacto muy grande en sus decisiones y resultados. Son caminos distintos, tiempos distintos, misiones distintas que cumplir y no podemos dejar que eso nos limite.
En mi círculo están mi mamá, mi hermano, mi esposo, un par de amigas y mi coach, nadie más. Eso no quiere decir que no escuche a más nadie o ignore a todos los demás, para nada, siempre estoy abierta a escuchar a todos, solo que yo decido no darles validez a todos, no todo penetra a la próxima capa, ese honor tiene que ganarse, es mi decisión.
¿Qué es lo peligroso de eso? Que tú evolucionas y creces, y es muy probable que la gran mayoría de las personas que están a tu alrededor no lo hagan, por lo que tienes que estar atenta y ser cuidosa con respecto a quién le permites influenciarte.
Hay dos pensamientos claves en este tema:
• Tus amigos o familia no necesariamente son tu audiencia. Si no les gusta lo que haces no quiere decir que a tu audiencia sí le guste. Mucho cuidado con esto.
• No tienes que gustarle a todo el mundo.
Tómate el tiempo necesario para decantar eso.
¿Por qué te digo esto? Para poder seguir contándote la historia de mi reunión con Alex.
Nos juntamos en un café al lado de mi casa justo una semana antes de hacer mi primer taller como coach que se llamaba “Workshop para mamás emprendedoras”. Estaba todo listo e impecablemente planificado, yo estaba feliz porque había vendido todos los cupos para llenar un pequeño salón de veinticinco personas cerca de mi casa.
Recuerdo que fue muy difícil balancear el tiempo que estaba dedicándole a la organización al evento y a cuidar a mi hijo, quien en ese entonces tenía año y medio. Yo hice todo, los artes, la publicidad, la coordinación, estaba agotada.
Sobre todo, recuerdo estar aterrorizada: ¿qué pasa si soy un desastre y todas esas mujeres se decepcionan de haber pagado para verme? ¿Qué pasa si no les gusta? ¿Qué pasa si todo sale mal?
La primera media hora de la reunión fue para ponernos al día sobre nuestras vidas, hablar de nuestras familias entre risas y cuentos. Luego, comenzó hablarme de un proyecto importante en el cuál quería que yo trabajara con él en calidad de socia, un proyecto súper interesante y con potencial, haciendo lo que yo estaba segura que hacía bien pero, sobre todo, implicaría una cantidad importante de ingresos mensuales.
Por supuesto, mi cabeza se hizo un nudo gigante en cuestión de segundos. ¿Por qué cambiar la incertidumbre por la seguridad? ¿Por qué irme por lo retador cuando puedo seguir en lo conocido y lo fácil? Mi respuesta fue: «Necesito pensarlo, en verdad estoy muy contenta y feliz con lo que estoy haciendo ahora, ¿te conté que el próximo sábado tengo mi primer taller?».
La reacción de Alex fue de asombro absoluto, ¿quién en el mundo podría rechazar una propuesta así?
Lo que siguió a continuación me marcó para siempre y se sintió como un balde de agua fría, un martillazo en la cabeza y pisar una ficha de lego al mismo tiempo:
«¿En verdad crees que te va a ir bien siendo coach y que vas a poder vivir de eso? Tú me conoces y sabes que te voy a decir la verdad siempre, y hoy te digo que tú no eres ni serás buena en eso, tú no conectas con las personas, no mueves ni inspiras y los coach necesitan hacer eso. Tú eres para estar en backstage, para armar y crear, eres la mejor en eso, usa y maximiza en lo que sí eres buena».
¡Plop! Esas dudas y miedos que hace unos segundos eran medianas, se convirtieron en un edificio de cuarenta pisos. Me dio justo en la herida sangrante. Silencio absoluto.
Tuve que contener la catarata de lágrimas que quería salir, respiré profundo y le agradecí por pensar en mí, asegurándole que luego le daría una respuesta, me puse de pie y todo el camino a mi casa no paré de llorar. Esa noche no dormí planificando todo lo que tenía que hacer para cancelar el taller, estaba hecha papelillo.
Esta persona, con poder de validación, a quien tanto respetaba, me dijo que jamás sería una buena coach una semana antes de tener mi primer taller, ¿qué carajo hago con eso?
Me di cuenta de que antes de tomar cualquier decisión necesitaba hablar con mi coach3*. En una sesión muy intensa, Pao me hizo darme cuenta de todo lo que les conté arriba, él no me conocía en esta nueva etapa, con todo lo que crecí este año, y era momento de tomar la decisión de quitarle el honor de estar en mi círculo de poder de validación. Eso no quiere decir que más nunca le hablé, simplemente sus opiniones ya no penetrarían más mis capas. Sin querer, y de manera dolorosa, Alex siguió siendo un mentor marcando el comienzo en mi camino como coach