Читать книгу Resumen Completo: Comer Un Durazno (Eat A Peach) - Basado En El Libro De David Chang - Libros Maestros - Страница 5

David no es uno de esos chefs de renombre internacional que tienen una carrera desde muy joven. Su amor por la cocina llegó tarde porque no se había percatado del mismo. El narra su infancia con la cautela necesaria para no forzar a compactar su historia en poco espacio, y tratar de resumirla ordenadamente para que se entienda su ingreso al mundo de la cocina. Aunque lo que él considera que lo influenciaron a dedicarse al arte culinario fue la identidad coreana de su familia y su relación con los miembros de la misma.

Mientras David crecía, y entraba a la adolescencia, tenía un trato rígido con sus padres de origen coreano. Era reprendido y castigado con frecuencia por su padre, quien era duro con él, y el amor que sus progenitores era solo a través de sus los logros en su vida. Él desesperadamente trataba de gratificarlos, pero sentía que no podía hacerlo siendo un estudiante regular.

Había algo, sin embargo, que satisfacía a su padre y era por medio del golf. A sus cinco años estaba practicándolo en los campos de Virginia, y con nueve se consagró en campeonatos de ese mismo estado. Aunque era un fenómeno del golf, su padre no dejaba de ser estricto con él. David era ambidiestro, y eso es una cualidad muy poco común en un jugador de Golf. Pero para su padre, él tenía que cambiar su manera de jugar porque temía por el estilo en qué este golpeaba con fuerza la pelota, y no había excusas para el fracaso. Desgraciadamente, su crecimiento apresurado en la adolescencia perjudicó su estilo de juego y David sintió que estaba defraudando a su padre.

En lo que respecta a su formación culinaria, Chang no tenía buena tradición de la cocina coreana por parte de su madre. Él dijo que se sentía avergonzado por la falta de habilidades en la cocina de su progenitora y en la de su familia en general. Recién con su abuelo comenzó a tener apego por la cocina, pero, a diferencia de su casa, porque le gustaba la cocina japonesa. El anciano había adquirido la costumbre nipona cuando los japoneses invadieron corea e introdujeron sus recetas.

Tuvo un título universitario en Teología, no porque le gustara, sino porque le fue fácil hacerlo y habiéndose criado en una familia cristiana muy devota por su religión. Una vez graduado, estuvo dando vueltas por Japón enseñando idioma inglés y luego se desempeñó en una empresa financiera, trabajo al que consideró que le absorbía el alma. Cansado de no encontrar lo que realmente le gustaba, se planteó qué era lo que podía cambiar su vida laboral. Tenía curiosidad por la actividad gastronómica después de haber trabajado como ayudante de camarero y asistente de barman en la universidad. Fue entonces que abandonó su actividad en las finanzas y realizó un curso de seis meses en al Instituto Culinario Francés en la ciudad de Nueva York. Al final, halló lo que le gustaba hacer.