Читать книгу Resumen Completo: En El Principio Era El Sexo (Sex At Dawn) - Basado En El Libro De Christopher Ryan Y Cacilda Jethá - Libros Maestros - Страница 4
CAPITULO 01: Somos parecidos a nuestros antepasados primates en casi todo, excepto en la monogamia
ОглавлениеLas hembras de bonobos y chimpancés tienen un estatus elevado en sus comunidades y utilizan el sexo para mediar en las disputas entre machos. Los favores sexuales, en particular entre los bonobos, promueven que los grupos sociales se vuelvan justos, pacíficos y orientados a favor de las mujeres: a veces, en una sucesión rápida, la hembra incluso tiene relaciones sexuales con varios machos. Los chimpancés y los bonobos, de manera muy similar al ser humano, experimentan orgasmos y disfrutan del sexo oral y los besos.
Que seamos tan similares a esos primates tienen todo el sentido del mundo. Esto se debe a que el estilo de vida de dichos animales se asemeja al de los primeros cazadores-recolectores humanos, entre los cuales el sexo era compartido por todos los miembros del grupo. Al observar a nuestros parientes primates y a nuestros antepasados, podemos concluir que nuestra convicción típica y contemporánea de que los humanos se adaptan mejor a los hábitos monógamos es errónea.
Junto con muchos otros tipos de primates, los humanos comparten ancestros similares y son genéticamente más cercanos a los chimpancés y bonobos, cuyo ADN varía solo en un 1.6 por ciento. Tomando en consideración lo anterior, tiene sentido que debamos buscar en el comportamiento de los primates un punto de vista relevante sobre nuestra propia existencia humana, en especial si queremos comprender el origen de nuestro propio comportamiento social y sexual.
De manera muy similar a la especie humana, nuestros antepasados primates más cercanos exhibían actividades sociales y sexuales tendientes a la promiscuidad. Los bonobos y los chimpancés tienen vidas sexuales muy activas y promiscuas, por ejemplo, pues ambas especies viven en familias pequeñas y unidas en las que se fomentan las conexiones sociales mediante el sexo; nada le aporta tanta complejidad y profundidad a las relaciones interpersonales como el sexo casual.
Además, también existen paralelismos físicos que refuerzan las sorprendentes similitudes de comportamiento entre los seres humanos, los chimpancés y los bonobos. El ejemplo más obvio es el pene y los testículos masculinos, que son relativamente grandes en comparación con el resto del cuerpo. Estas características específicas del órgano sexual masculino en todas estas especies han evolucionado para fomentar un estilo de vida promiscuo.
A decir verdad, sí existe en el mundo un primate que exhibe una naturaleza monógama, aunque se trata de un primo muy lejano en el árbol genealógico: el gibón. Sin embargo, no es el primate que debemos tomar como ejemplo, pues vive una vida aislada en una relación monógama y duradera que relata una historia evolutiva distinta a la nuestra.