Читать книгу Resumen Completo: No Duele Preguntar (Doesn't Hurt To Ask) - Basado En El Libro De Trey Gowdy - Libros Maestros - Страница 4

Reflexiona un momento e intenta determinar el número de veces en que cambiaste de opinión luego de que otra persona te insistiera una y otra vez con los mismos argumentos, los cuales en un primer instante no te convencieron. La respuesta más posible es nunca haya sucedido.

La persuasión no se trata de ver a los demás como si se tratara de enemigos a los que debes cambiar a la fuerza. De hecho, el arte de persuadir radica en escuchar atentamente a los demás antes de siquiera hablar, para comprometernos en una conversación auténtica y efectiva que nos permita defender de manera convincente nuestros propios puntos de vista.

Las preguntas funcionan tan bien para el arte de la persuasión porque colocan el énfasis de la conversación en la persona a la que queremos persuadir y la empujan en la dirección que deseamos sin hacer que reaccione a la defensiva.

Trey Gowdy sabe de primera mano que las preguntas son la herramienta más poderosa cuando se trata de convencer incluso hasta la persona más renuente. Cuando terminó la escuela secundaria, Gowdy tenía la intención de trabajar en la industria de la construcción, pero su aspiración cambió cuando, un día, la mamá de un amigo le hizo casualmente una serie de preguntas interesantes que al final lo convencieron de optar por convertirse en abogado.

La serie de preguntas hecha por la mamá de su amigo empezó de una manera muy natural y sencilla: “Cariño, ¿qué vas a hacer ahora que te gradúes?”. Sin embargo, fue suficiente para cambiar el curso de la vida del autor.

La mujer hizo una pregunta de seguimiento después, derivada directamente de lo que Gowdy había respondido respecto a dedicarse a la construcción. Luego vino una tercera pregunta que surgió a raíz de la segunda respuesta, y luego una cuarta y una quinta; así sucesivamente.

Tras responder cada nueva pregunta, Gowdy quedó convencido de que sería más conveniente convertirse en abogado al final de la entrevista. Lo más sorprendente de todo fue que la madre de su amigo no pronunció un solo argumento ni afirmó nada desde su perspectiva; en realidad, solo lo dejó convencerse a sí mismo. Esa es la gran ventaja que obtenemos se hacemos que los demás respondan a nuestras preguntas.

Si estás listo para comenzar a ganar cualquier argumento que tenga importancia en tu vida, debes dejar atrás esa anticuada noción de que necesitas habilidades de debate agresivas para “derribar a tus oponentes”. La persuasión es una técnica compleja, es un arte sutil que requiere de herramientas sutiles, como lo son las preguntas.