Читать книгу Resumen Completo: La Era Del Capitalismo De La Vigilancia (The Age Of Surveillance Capitalism) - Basado En El Libro De Shoshana Zuboff - Libros Maestros - Страница 4
CAPITULO 01: Conozca cómo Facebook y Google ganan fortuna con sus datos
ОглавлениеQue está usando internet en estos momentos es evidente porque se ha topado con estas páginas. Admitámoslo, hoy en día sería extraordinariamente difícil desenvolverse en la vida sin relacionarse con el mundo virtual. Y esta es la condición infalible para los capitalistas de la vigilancia de hoy en día
El Mercado de la vigilancia es la comercialización que resulta de recolectar información privada de las personas y utilizarlas para obtener beneficios económicos. Esto abarca desde el rastreo de la ubicación, el historial de búsqueda, los contactos, el registro de navegación, los datos biométricos, el momento en que se va a dormir y se despierta, hasta los períodos en que se recarga la batería de sus dispositivos,..Y la lista es interminable. Esta información se procesa para distinguir sus pautas de comportamiento y se vende para indicar a los anunciantes cómo sectorizar adecuadamente a los clientes.
Muchos libros que reprochan al capitalismo de la vigilancia contribuyen a normalizarlo, de cualquier manera, sencillamente sugiriendo a los individuos que desconecten sus aparatos más a menudo y restrinjan el tiempo que permanecen en las redes sociales. Aunque la autora Shoshana Zuboff tiene la esperanza de que las personas no acepten estas técnicas invasivas como el nuevo statu quo y mantiene la expectativa de que se intente hallar una manera de aprobar mejores leyes de privacidad en el campo digital.
Si en el capitalismo industrial se explotaba al máximo la naturaleza y hoy vivimos una emergencia climática, el nuevo capitalismo de la vigilancia, creado por Google pero seguido por empresas digitales y no digitales, explota con afán la propia naturaleza humana para convertirla en predicciones sobre nuestra conducta que comercializar, señala Zuboff, catedrática emérita de la Harvard Business School y que a finales de los ochenta ya publicó La era de la máquina inteligente.
Un proceso que nació en el caldo de cultivo del neoliberalismo, pero también de la crisis de las puntocom y del 11-S, y por el que Google comenzó a aprovechar los datos de las búsquedas no para mejorar su producto sino para vender enorme cantidad de publicidad personalizada. Hoy, con la escala alcanzada y con la tecnología del 5G y el internet de las cosas ya aquí, cree que amenaza el futuro de la autonomía humana y la democracia. No sólo buscan nuestros datos, dice: escanean nuestras emociones y modifican nuestra conducta para su beneficio.
“Hubo un tiempo en el que buscábamos en Google. Ahora Google busca en nosotros”, denuncia en el libro. Pensábamos que usábamos a Google y las redes sociales, y Google y esas redes nos usan a nosotros. Pensamos que sus servicios son gratis, pero esas compañías piensan que nosotros somos gratis. Pensamos que son compañías innovadoras que ocasionalmente cometen errores que violan la privacidad, cuando la realidad es que esos errores son las innovaciones. Pensamos que la web nos da acceso a todo tipo de conocimiento registrado, cuando de hecho esas empresas están extrayendo nuestra experiencia, convirtiendo nuestras vidas en datos y reclamando esas vidas como su conocimiento registrado.
La mayor paradoja es que su retórica nos ha tratado de persuadir de que la privacidad es algo propio. Que decidimos cuánta información personal damos a Google o Amazon y podemos controlar ese intercambio. Pero el hecho real es que no es privada, es pública. Cada vez que doy a estas compañías algo de información personal, su interfaz les permite obtener tantos datos más de mi experiencia de los que no soy consciente... Hasta captar las micro expresiones de mi cara que predicen mis emociones y mi comportamiento, y así nutrir grandes sistemas de inteligencia artificial que son sistemas de conocimiento y poder desigual. Una sociedad que cuida su privacidad es muy distinta a una indiferente a ella o incluso que es agresiva en su deseo de eliminarla. La privacidad es pública, si la entregamos destruimos la sociedad y disminuye la democracia.