Читать книгу El poder de la ropa - Lucy Lara - Страница 9
ОглавлениеPasaporte y destino
Autoanálisis y reflexión acerca de tus metas
Así como seleccionas un lugar al que quieres viajar, buscas la ruta, aerolínea y precio más convenientes para llegar, del mismo modo puedes plantearte desde el comienzo dónde quieres verte en unos años, qué puesto deseas desempeñar o qué papel quieres tener en la sociedad. El objetivo de este capítulo no es disipar las dudas sobre tu vocación o ponerte en un conflicto existencial sobre lo que has hecho de tu vida. Nuestro propósito es ayudarte a que tu ropa trabaje para ti y no que se convierta en tu peor enemigo. ¿Cuántas veces has visto a una persona que se perjudica constantemente por su manera de vestir? La mujer que ningún hombre toma en serio porque se pone ropa excesivamente reveladora, el señor que mezcla las prendas como un coctel de frutas y, con ese aspecto, nadie puede creer que sea un ejecutivo, o, simplemente, el creativo que con su atuendo desaliñado pide a gritos un baño y una lavadora de ropa. Pero, volviendo al comienzo, de nada sirve tener dinero para comprar los boletos ni que las maletas estén hechas para tomar el vuelo si no sabes el lugar en el que quieres aterrizar.
Dime quién eres y te diré cómo vestir
Tu esencia ¿Sabes quién eres? He aquí una gran pregunta. Seguro que pocos sabrán responderla. No nos referimos, en primera instancia, a una cuestión freudiana de psique y personalidad, aunque de alguna manera tenga relación con ellas. Primero que nada pregúntate: quién soy, qué hago y dónde estoy parado en este momento de mi vida. Decenas de ideas brotarán de tu cabeza, pero no te aturdas por el ruido de tu mente. Piensa y razona: no te engañes y sé honesto contigo mismo. No expongas al yo que te gustaría ser o al que te imaginas que eres, pues ya habrá tiempo para trabajar en él. Ahora, haz una reflexión y ubícate en tu realidad. Determina qué tipo de labores realizas, qué ropa necesitas en tu actividad y si vistes de acuerdo con esa posición que tienes en la vida.
Espejito, espejito mágico...
¿Cómo eres? Primero viene tu descripción física. Tu estatura –alta o baja–, tu complexión –delgada o gruesa–, tus características: espalda o pecho ancho en el caso de los hombres y tamaño de senos en el caso de las mujeres, abdomen voluminoso, piernas cortas, etcétera. Finalmente, tu edad. Como ejercicio, anota en una hoja estos aspectos que te definen y haz un dibujo de ti mismo, de tu figura: es una manera más fácil de visualizarte. O, mejor aún, observa una foto tuya reciente, en la que consideres que te ves muy bien. Ese físico que observas es resultado de una genética caprichosa o de los hábitos que has adoptado en los últimos años, y es con lo que vamos a trabajar. Pero ¡ánimo!, porque vas a aprender a exaltar tus virtudes y a ocultar tus defectos con trucos dignos de un ilusionista, sólo sigue atentamente las instrucciones presentadas a continuación para que puedas favorecer tu figura.