Читать книгу La academia sonámbula - M. E. Orellana Benado - Страница 6
ОглавлениеIn memoriam
Carlos Gurméndez Victorica (1916-1997),
existencialista uruguayo y miembro de la tertulia madrileña
que acogió a mis padres en sus tres décadas de exilio
y
Javier Muguerza Carpentier (1936-2019),
analítico español que me brindó su amistad,
testimonio de gratitud.
Para
S. E.
El Patrono de la Universidad de Chile
y
la Ministra de Educación,
sucesora de ilustres vicepatronos,
con la esperanza de apoyar en algo
el cumplimiento de sus deberes.
Aclaraciones
Redacté la dedicatoria en los primeros días del mes de octubre de 2019, con humor, pero sin ironía ni sarcasmo. La esperanza que ésta menciona, ahora que finaliza el mes, parece haber muerto. O, por lo menos, estar desaparecida en medio de la marejada que causó, ya en plena era digital, la conjunción del descontento social multitudinario, la impericia gubernativa y la feroz violencia con la que, cuando y donde se desmorona el estado de derecho, descargan su rabia quienes nacieron y crecieron en él desamparados, sin amor, sin medios y sin educación ni familiar ni formal (es decir, las personas que los medios de comunicación llaman con saña maniquea, “el lumpen”) y la violencia que, por su lado, ejerce la policía y el Ejército cuando intentan restaurarlo. “Patrono” quiere decir defensor, protector, amparador según el Diccionario de la Lengua Española. A partir de 1843, con el presidente Manuel Bulnes Prieto, la ley encargó esta responsabilidad a sus sucesores, los jefes del Estado chileno.