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LOS SENTIDOS DE LAS ARAÑAS

Los órganos de los sentidos permiten a las arañas comunicarse y captar lo que sucede a su alrededor. Gracias a ellos perciben los movimientos, detectan a sus presas y las hembras pueden reconocer a los machos cuando éstos las cortejan.

A diferencia de los insectos, los ojos de las arañas son simples. Su número, tamaño y posición varían de unas especies a otras. La mayoría tiene 8 colocados en dos hileras, pero algunas especies tienen menos (6, 4 o incluso 2).

La mayoría de las arañas posee poco desarrollado el sentido de la vista, pero en cambio han desarrollado extraordinariamente otros sentidos, como el olfato y, sobre todo, el tacto. Éste se localiza en los numerosos pelos sensoriales que recubren el cuerpo y las patas.

Muchas de estas arañas son sedentarias y cazan mediante complejas telarañas; saben cuándo ha caído un insecto en sus trampas gracias a las vibraciones que se transmiten a través de la telaraña.

Para las arañas errantes, en cambio, la vista es el sentido más importante, pues les permite localizar a sus presas. Las arañas saltarinas son las que poseen el sentido de la vista más desarrollado; a algunas especies la luz incluso las ayuda a orientarse.



Las arañas poseen ojos simples, a través de los cuales sólo distinguen intensidades de luz. La mayoría posee ocho ojos, pero algunas especies tienen seis, cuatro, dos o incluso ninguno.


Los pelos que recubren el cuerpo –cefalotórax y abdomen–, las patas y los pedipalpos son importantes órganos del sentido del tacto.


Las dos arañas de la ilustración pertenecen a grupos claramente diferenciados por su forma de vida; el desarrollo de los sentidos en cada grupo es, por ello, distinto. En la parte superior, araña sedentaria o tejedora, que construye telarañas y posee muy desarrollado el sentido del tacto; en la parte inferior de la ilustración, araña errante o saltarina, que ha perfeccionado el sentido de la vista.

Las Arañas

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