Читать книгу Código Cuántico - María Cristina Braga - Страница 5

PRÓLOGO

Оглавление

En el año 2010 fui convocada por Argentores para hacerme cargo de la delegación cultural de la ciudad de Mar del Plata. Una ciudad que desde niña había adoptado como mi segunda casa. Mar del Plata es una ciudad con un importante despliegue cultural y una de sus actividades más destacadas es sin lugar a duda el espacio que ocupa el teatro independiente. Ya en el 2010 ese espacio era un semillero vital, de una gran fuerza y mucho talento pujando por seguir en crecimiento. A ese empuje se sumó en parte el trabajo de la delegación de Argentores, entidad que guarda en su historia un enorme compromiso con sus autores y el acompañamiento de sus vocaciones. De esto último que enuncio, nació un programa que se llamó “En busca de autor”. ¿Qué se buscaba? Reunir a aquellos que estuvieran necesitados de un espacio formativo en escritura dramática –entendiendo por dramático lo que atañe al teatro, cine, radio, televisión–. Y como el teatro es la madre de las otras disciplinas, comenzamos por abrir un espacio de escritura en dramaturgia, por supuesto sin desatender al resto de las disciplinas, para las que fueron llegando colegas con maestría en cada una de ellas a impartir cursos y seminarios. Esta actividad que desplegó Argentores y que tanta repercusión tuvo en el tiempo no fue una tarea solitaria que encausó la entidad, fuimos acompañados desde un primer momento por la Escuela de Arte Dramático de Mar del Plata Angelina Pagano, la Secretaría de Cultura de la Ciudad y finalmente por la Secretaría de Educación. Todo aquello que da sus frutos no es impulsado en soledad, suele ser el resultado de un grupo humano decidido a llevar las cosas hacia su destino y así fue como nació este programa; diría a casi 10 años de la conformación del mismo que estuvo bendecido. Este programa dio lugar al nacimiento de una biblioteca especializada en el tema que Argentores donó para la ciudad de Mar del Plata y fue alimento para actores, directores, alumnos de teatro y muchos grupos independientes que llegaron a buscar allí material de consulta y estudio.

A ese espacio que fue y es semillero de autoras y autores marplatenses llegó Cristina Braga. Cristina llegó portando como dones, serenidad y potencia creativa.

Cristina ya había recorrido una parte importante de su vida y estaba decidida a tomar un compromiso aún mayor para el camino que restaba por delante; todo esto se vio reflejado en su proceso de escritura. A la luz de lo acontecido diría que ese proceso tuvo para ella algo de alquímico. En los dos años que duró la formación se fue dando una transformación que exigió de su parte un dejarse guiar, no solo por su docente sino por ese grupo de compañeros y compañeras que estaban en el mismo camino formativo y brindaban una mirada amorosa a esos materiales que se iban desplegando. Recuerdo ese espacio como un caldero, lugar donde se incubaron procesos. Fue en ese espacio que comenzaron a ver la luz las primeras escenas escritas por Cristina, ello fue con sacrificio de su parte, entendiendo por sacrificio el estar abierto a entregar lo mejor de uno, para que esa entrega sirva de alimento a quien lo dona y a quienes lo reciben. Ese fue el espacio que acompañó y en el que nacieron estas obras dramáticas que dan cuenta del mismo. Este libro reúne material de prosa poética y obras teatrales y está bien que así sea, entendiendo que uno es alimento del otro y viceversa. Si se sigue la poesía desde sus versos eróticos se ve a la autora bucear en lo que luego encarnarán sus personajes en el material dramático. Y ahondando en su escritura es casi imposible no percibir detrás de sus escritos a una Cristina profesional de la salud, que fue su primera profesión.

En estas páginas ella intenta sanar con la palabra, busca una y otra vez entrar en el alma, sacar lo que es desecho y dejar espacio a aquello que crece fresco y vital: el alimento. Corona, para mí, este libro un hermoso trabajo sobre René Favaloro, obra en la que logra a través de las voces de sus personajes interrogar e interrogarse sobre el sentido profundo de la existencia, la razón de ser y la pérdida del sentido.

Les auguro un muy buen viaje por las páginas de este libro, en cada una de ellas encontrarán vida que puja por la vida, invitándonos a reconocernos humanos y buscadores. Y por qué no, al igual que su autora, Cristina Braga; un poco alquimistas.

Adriana Tursi

Regista, dramaturga y guionista

Código Cuántico

Подняться наверх