Читать книгу Poemas del Amanecer - María de las Mercedes Botta - Страница 13

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ENCUENTRO CON EL TANGO

Luminosa Buenos Aires,

cantada por los poetas.

Recorriendo el centro,

en el guiñar de las luces

por Corrientes,

entre ruidos de bocinas

y lujosos escaparates,

desde una disquería,

se filtran las notas sentidas

de un tango arrabalero.

Desde Palermo,

cantado por Borges,

el Abasto y Boedo,

recogieron las cadencias

festivas y nostálgicas,

y a veces dramáticas

de un tango,

enraizado en el alma

de los porteños.

No es ni la Rubia Mireya,

ni Madame Ivonne,

ni la Galleguita,

ni de ¡Victoria, se fue mi mujer!

los que quiero evocar

hoy.

Son todos,

todos los que perfumados,

en esas noches peculiares

de Buenos Aires,

con algo de jazmín y glicinas

penetraron hondo

en el corazón argentino.

TANGO

Amor y Olvido.

Pena que me quema el alma.

Recuerdo de lo que fue.

Amor hallado y perdido.

Vida que te consumes,

entre los dedos

como un cigarrillo

y emborrachas con el humo,

que es bruma de recuerdos

y amores que no fueron.

TANGO.

Sobreviviente

con traje cruzado

y chambergo,

y una flor en el ojal.

Incomparable bailarín

de noctambula estirpe.

Hoy estas aquí,

como siempre,

encendiendo emociones

en el corazón

que de puro dormido,

a tu llamado

comienza de nuevo,

esa tonta y hermosa tarea,

de sentirse enamorado.

Después, de tanto recorrer

caminos,

llegando a Paris,

hoy estas aquí.

Dos muchachos porteños,

de puro nostálgicos,

te sacudieron el polvo,

prendieron farolitos multicolores,

agarraron una chispa

de ese ingenio criollo,

y lustraron las baldosas,

para que pudieras lucirte

en ese dos por cuarto,

que te llevaría a Paris.

Tango estas aquí.

La noche se aproxima.

Todos los que tenemos

algo de tu calidez

muy adentro,

nos preparamos a recibirte.

A los compases señeros de la Cumparsita,

siguen Cristal, Inspiracion,

Yuyo Brujo,

y el desencanto de Paciencia

de Gorrindo y D!Arienzo

y la gracia arrabalera

de No te Quiero Más.

Hola Tango.

Enredado como hiedra

en la pared de mi alma.

Varón, que naciste guapo,

y que hoy estas aquí.

¡Bienvenido Tango ¡

Poemas del Amanecer

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