Читать книгу Un naufragio en la costa de Yucatán: La civilización maya a principios del siglo XVI - María Elena Vega Villalobos - Страница 8
Introducción
ОглавлениеEl 13 de agosto de 1521, una de las ciudades más grandes y bellas de la América indígena, Tenochtitlan, cayó ante un contingente de hombres armados comandado por Hernán Cortés luego de un prolongado asedio. El año 1521 se ha tomado como referencia de la conquista de México y de toda Mesoamérica; sin embargo, la conquista española fue un proceso histórico largo y muy complejo cuya explicación no apunta únicamente a la derrota de los mexicas. Aunque es verdad que la caída de la ciudad más poderosa de Mesoamérica a principios del siglo xvi dio lugar a un importante dominio español en la región —dado que los mexicas eran la sociedad hegemónica de su tiempo—, otras comunidades indígenas del vasto territorio mesoamericano lograron mantener su vida independiente ante las invasiones españolas aún décadas después de la caída de Tenochtitlan.
Una de las culturas mesoamericanas que sobrevivió durante un tiempo a las conquistas del siglo xvi fue la maya, asentada en buena parte del sureste mexicano y en los actuales países centroamericanos de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador. En las primeras décadas del siglo XVI, esta enorme región no estaba regida por una ciudad hegemónica que tuviera bajo su influencia a todos sus habitantes, como ocurría en el altiplano central. Más bien, el área maya presentaba una geografía política cambiante y compleja caracterizada por la existencia de numerosos señoríos independientes que mantenían entre sí constantes reyertas, creando un ambiente difícil y caótico marcado por guerras endémicas entre los principales linajes del área.
Conquistar una región tan contrastante e inestable fue un desafío extremo para los españoles, quienes tenían poco interés en someter un área que no les aportaría los mismos beneficios materiales que otras regiones de América. Así, la conquista de la zona maya se prolongó, de tal suerte que se puede considerar concluida hasta finales del siglo xvii, específicamente en el año de 1697, cuando los españoles se apoderaron del último reducto maya independiente establecido en Tayasal, en la actual ciudad de Flores, Guatemala.
Como parte de una colección que tiene la finalidad de explicar los diversos acontecimientos históricos que condujeron a la conquista de la ciudad de Tenochtitlan en 1521, hace 500 años, la presente obra describe el naufragio de la embarcación comandada por Juan de Valdivia en su travesía del Darién al asentamiento español de Santo Domingo. A principios de 1512, el mar condujo los restos del navío de Valdivia a la costa oriental de Yucatán. Ahí, los sobrevivientes se vieron cara a cara con una de las civilizaciones más destacadas de Mesoamérica. Entre ellos, Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero desempeñaron un papel fundamental en la ambiciosa empresa de conquista por parte de la Corona española, uno como aliado de los europeos y el otro como defensor del pueblo maya.
Sin embargo, hablar de los españoles que arribaron a las costas de Yucatán a principios del siglo xvi implica, por fuerza, referirse a la sociedad que los acogió, tanto a las comunidades en las que vivieron Aguilar y Guerrero como al universo cultural maya que dio forma a esas sociedades. Por tal razón, este ensayo consta de cuatro capítulos: dos de ellos describen las incursiones españolas en América, el naufragio y la vida de Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero entre los mayas, mientras que los otros dos explican la complejidad política y cultural de la civilización maya.
Mi intención es mostrar que, pese a lo dicho por algunos autores, los mayas del siglo xvi que encararon a las huestes españolas no eran sustancialmente distintos a los mayas del periodo Clásico (250-950 d. C.) que han fascinado al mundo entero durante décadas. La conquista de México y de Mesoamérica sólo puede entenderse a cabalidad desglosando las principales características políticas, sociales, culturales y religiosas de los españoles, por un lado, y de los indígenas americanos, por el otro.