Читать книгу III Diálogo entre las ciencias, la filosofía y la teología. Volumen I - María Lacalle - Страница 7

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PRÓLOGO

Javier Rubio Hípola

Universidad Francisco de Vitoria

El concepto de razón tiene que ensancharse para ser capaz de abarcar y explorar los aspectos de la realidad que van más allá de lo puramente empírico y lograr una síntesis armoniosa de saberes que integren la teología y la filosofía para poder comprender la realidad respetando su dimensión metafísica. Las cuestiones fundamentales del hombre, cómo vivir y cómo morir, no pueden quedar excluidas del ámbito de la racionalidad. 1

El desarrollo de la razón humana se encuentra hoy con una encrucijada epistemológica. Por un lado, la especialización en los saberes, el desarrollo de los medios técnicos y la capacidad de observación y experimentación han transformado la academia profundamente. Las exigencias de excelencia y de competitividad de la sociedad en general y del mundo laboral en particular parecen abocar a los estudiantes del siglo XXI a una concentración absoluta en una rama determinada del saber, cada vez más concreta, más especializada, más reducida en su extensión. Estas mismas exigencias no garantizan de ningún modo la vigencia de este esfuerzo. Al contrario, asistimos a un cambio de paradigma cada vez más acelerado que parece proyectar un horizonte más dinámico y específico en el ámbito del saber.

Por otro lado, se percibe con urgencia la necesidad de anclar la formación de las personas en unos valores fundamentales de referencia que puedan dar respuesta a las grandes inquietudes del corazón humano. El Instituto de Razón Abierta sostiene, como pilar fundamental de su propuesta, que todo esfuerzo intelectual del ser humano busca encontrar la verdad del mismo ser humano y del mundo que lo rodea. Esta verdad se resiste a quedar reducida al ámbito del conocimiento, en sentido estricto. Por el contrario, se abre a la necesidad de mejorar al propio ser humano, como individuo y como sociedad, y al mundo. En esta necesidad de encontrar la verdad y de alcanzar la felicidad —o el bien—, cada investigador y docente (cada persona) descubre la necesidad de partir desde la cuestión antropológica radical: ¿quién soy yo, que quiero buscar la verdad y quiero ser feliz? Y estas cuestiones provocan inmediatamente otra: ¿para qué busco y quiero la verdad y el bien?

Sin embargo, estas cuestiones son amplísimas, muy generales. Han sido el foco de la reflexión filosófica a lo largo de la historia. Y su estudio parece, a priori, incompatible con las exigencias de profundización y especialización que se requieren de la universidad y la academia.

Más allá de esta encrucijada epistemológica, nos encontramos con un conjunto de problemas acuciantes y amplios que no parecen poder resolverse desde una sola perspectiva científica. En efecto, junto con la exigencia de especialización, el mundo de hoy presenta la exigencia de la conectividad, de la comunicación —a todos los niveles—, de que en la solución de los grandes problemas de la humanidad y en la indagación de sus grandes misterios no se pierda la perspectiva ética: el cuidado del mundo, la protección de la igualdad y la dignidad de todos los miembros de la sociedad, la solidaridad, el respeto a todas las culturas y el desarrollo humano.

El Instituto Razón Abierta apuesta por reconciliar las dos vías de la aparente encrucijada para resolver este último problema. Desde una perspectiva de razón ampliada, a partir de una reflexión rigurosa de las cuestiones fundamentales, parece posible ofrecer una respuesta en diálogo, integrando distintos saberes, respetando a la vez su legítima autonomía de método y de objeto. Y las oportunidades parecen infinitas: bien sea fomentando los saberes más generales, bien sea desde una articulación específica entre saberes vecinos o con ciencias o saberes más técnicos…, son todas posibilidades válidas para abordar problemas complejos desde distintas ramas del conocimiento, sin perder de vista las cuestiones fundamentales.

Además de premiar proyectos de investigación y de docencia con estas características, el Instituto Razón Abierta organiza periódicamente un encuentro internacional con miras a promover y desarrollar este diálogo en acto entre distintas ciencias, saberes y técnicas.

Este trabajo recoge el fruto del esfuerzo de los participantes del III Congreso Internacional Razón Abierta, que se celebró del 19 al 21 de septiembre de 2019, en la sede del campus de la Universidad Francisco de Vitoria, en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

La experiencia no ha podido ser más positiva. Y, aunque queda aún mucho camino por recorrer, no está de más felicitar a todos los participantes por estar a la altura de las exigencias antes descritas. Una de las mayores riquezas de este recopilatorio se puede encontrar en la variedad de los temas, en la diversidad de las cuestiones planteadas y de las perspectivas abordadas. Así, por ejemplo, contamos con la aportación inestimable de S. Zamagni y su atención al problema de la economía y la justicia social con su trabajo «Desigualdad estructural en la época de la revolución digital»; la interesante propuesta de arquitectura de F. Samarán «¿Un templo para quién en honor a qué deidad?»; el trabajo de las psicólogas A. Osuna y R. de Jesús «El necesario diálogo de la psicología con la neurociencia y con la filosofía en la comprensión de la empatía», o el admirable ejercicio docente de F. Caballero, C. García y S. Álvarez «Ciencia cuestionada: un estudio piloto de preguntas de fondo planteadas en las asignaturas de Bioestadística y Fisiología llevadas al aula», por poner algunos ejemplos.

En estos dos volúmenes conviven perspectivas clínicas con ideas estéticas, proyectos de pedagogía y análisis de nuevos métodos en la investigación de biotecnología, psicología o jurisprudencia. Lo que hace posible que toda esta riqueza de saberes abracen un criterio de unidad es el ideal sapiencial de una razón ampliada. Todos los investigadores y docentes, grandes profesionales que se han dado cita en este encuentro, se han visto interpelados por la necesidad de superar los límites relativistas y reduccionistas que nacen de la pretensión de que una sola ciencia, o un saber concreto, se basta por sí misma para dar respuesta a todos los problemas o incluso para dar sentido a la realidad que tiene por objeto.

Los trabajos se dividen en dos grandes categorías: las ponencias de los invitados al congreso y las comunicaciones presentadas. En el primer grupo, contamos con la profesora Aurora Bernal, de la Universidad de Navarra, que en su intervención defendió la necesidad de trasladar al aula el diálogo fundamental entre las neurociencias y el ser humano en clave antropológica y de crecimiento personal.

El profesor Javier Sánchez-Cañizares, también de la Universidad de Navarra, ganador de la segunda convocatoria de los premios, intervino para presentar los problemas y los peligros de las neurociencias cuando se cierran ante una consideración más amplia de lo humano, sin atender a las diferencias entre natural y artificial, sin considerar la peculiaridad de la existencia humana frente al resto del mundo, o sin matizar y definir con claridad la finalidad del ser humano. En definitiva, todo desarrollo artificial en relación con la biología humana atenderá siempre a fines específicos, y esto no supone un fracaso de la naturaleza ni del ingenio humano, sino un recordatorio de sus debidos límites.

El profesor de Historia Brad Gregory, de la Universidad de Notre Dame, se acercó a la noción de razón abierta partiendo del análisis de su noción contraria, la razón reducida o cerrada, que se presenta en la mirada naturalista de la realidad. Desde ese análisis, expone los peligros a los que este naturalismo cientificista arrastra no solo a la posibilidad de encontrar vínculos entre los distintos ámbitos del saber, sino a las ramas del saber humano en sí mismas. El profesor Gregory enfatiza en su ponencia la ausencia de fundamento metafísico y la falta de fecundidad de este naturalismo, que niega de entrada la posibilidad del discurso teológico (y, por lo tanto, cualquier apertura a un sentido trascendente). La apuesta por una razón amplia, crítica, capaz de descubrir desde una atalaya filosófica la riqueza y los límites epistemológicos de cada rincón del desarrollo intelectual humano (sea científico, artístico o de cualquier otra índole) supera con mucho las restricciones a las que nos somete el naturalismo contemporáneo.

De la Universidad Abat-Oliva CEU, el profesor Martín F. Echevarría participó en el congreso con una ponencia titulada «Psicología y antropología cristiana. Consideraciones epistemológicas a la luz de las enseñanzas del magisterio». En ella, explicó la relación epistemológica que conviene trazar entre la psicología, la filosofía y la teología a partir de la consideración de las cuestiones básicas del objeto de la psicología; defendió la posibilidad de desarrollar una psicología cristiana, suficientemente distinguida y definida, que armonice adecuadamente el estudio de la operatividad del ser humano con la intervención de la gracia santificante y los dones del Espíritu Santo, elevando dicho estudio al ámbito filosófico y teológico. Este diálogo entre saberes parece necesario, por ejemplo, para definir el concepto de normalidad en el ámbito psicológico. Concluyó esta tesis llamando a la responsabilidad que tienen las universidades católicas de promover esta vía de investigación epistemológica, poco explorada hasta hoy, y profundizar en ella.

El profesor Rafael Fayos Febrer, de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, trató de ofrecer una nueva perspectiva sobre el problema histórico de la relación entre el devenir y la libertad del hombre, a la luz de la doctrina educativa del filósofo Romano Guardini, un pensador alemán que aportó al gran debate intelectual del siglo XX la metodología de la consideración de las relaciones desde la oposición polar. Esta metodología, como propone el profesor Fayos, permite resolver la relación entre el devenir y la libertad a partir de dos puntos de referencia fundamentales: la identidad y el encuentro. De esta forma, pueden llegar a distinguirse con claridad diferentes niveles de libertad, que se conjugan de forma distinta con la vivencia humana del devenir. Así se asientan las bases para una propuesta pedagógica basada en el crecimiento, a través de los niveles definidos, en el descubrimiento de la propia libertad, hasta los valores fundamentales y hacia las cotas más elevadas de creatividad.

Los participantes en el Congreso pudieron disfrutar también de la ponencia de Stefano Zamagni, profesor de Economía en la Universidad de Bolonia y presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. El tema que este abordó fue el de la desigualdad social en el mundo de la revolución digital. El punto de partida es una doble premisa: se constata el hecho actual-histórico de la revolución tecnológica y digital y, a la vez, la existencia de la desigualdad económica y social en el mundo. El profesor Zamagni explicó en su ponencia las causas que explican que ambos fenómenos avancen de la mano (especialmente las sociopolíticas) y propuso varias iniciativas para revertir la situación.

El profesor Denis Larrivée, de la International Association of Catholic Bioethicists, presentó una conferencia con el título «The Appeal to Techne: Myopia in Modern Neuroscience’s Anthropological Vision». En ella, analizó la fábula científica que considera que el hombre no es más que una máquina muy compleja y que, por lo tanto, la antropología debe reducirse a una consideración de tipo meramente biofísico. El discurso del profesor Larrivée se centra en el análisis de este mito, aplicado a los estudios de las neurociencias, para estudiar el empobrecimiento de la propuesta antropológica resultante. Esta mirada, en esencia mecanicista, no solo va en detrimento de la concepción del ser humano, sino que mina también las posibilidades de desarrollo científico de las propias neurociencias a la hora de explicar la unidad sustancial del ser humano.

La última de las ponencias la impartió el profesor Miquel-Àngel Serra, de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, y trató sobre el neuromejoramiento humano y la relación entre los conceptos de mente, cerebro y trascendencia. A partir de una descripción de la maravillosa complejidad del cerebro humano, el profesor Serra abogó por la necesidad de abordar la cuestión con una mirada amplia, teniendo en cuenta no solo la consideración biológica y científica, sino también la filosófica y sapiencial. Con el afán de superar cualquiera de las propuestas reduccionistas que se han hecho a lo largo de la historia, el profesor Serra analizó todas las posibles connotaciones de neuromejoramiento (desde el tratamiento farmacológico hasta las propuestas del transhumanismo) y concluyó con los graves problemas morales y antropológicos que pueden llegar a suponer dichas connotaciones si no dialogan con una forma de saber metacientífica más amplia, como la filosofía o la teología.

A estas ponencias se añaden las participaciones en el Congreso en forma de comunicaciones. Para esta edición, se han seleccionado aquellas propuestas que respondían con más claridad y acierto a los criterios planteados por la organización, a pesar de que la inmensa mayoría de ellas eran de gran calidad científica. En esta selección pueden encontrarse verdaderas joyas de diálogo de razón abierta entre todo tipo de saberes. Más allá de las conclusiones alcanzadas, de los méritos y los logros particulares de cada uno de estos trabajos, la mayor riqueza es, sin duda, la experiencia comunitaria de grandes profesores e investigadores, reunidos en la búsqueda de la verdad, del bien y del sentido de la existencia humana.

Por lo tanto, no queda más que agradecer a todos los que han intervenido en este proyecto y a quienes lo han hecho realidad. Esperamos que el alcance de la propuesta del Instituto Razón Abierta siga creciendo y estableciendo redes de contacto y de colaboración entre profesores e investigadores de todo el mundo.

1 Discurso de monseñor Federico Lombardi. Presentación Premios Razón Abierta en Madrid. Septiembre, 2016. El discurso íntegro puede encontrarse en: http://premiosrazonabierta.org/el-concepto-de-razon-abierta/ (16 de julio de 2020).

III Diálogo entre las ciencias, la filosofía y la teología. Volumen I

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