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Con gran alegría vengo a comentar este interesante trabajo escrito por mi querida pariente María Marta Speroni, Speroni, historia de un apellido, que sale a la luz como resultado de un importante trabajo de investigación y de una paciente tarea de recopilación de datos, de contactos con distintos integrantes de las ramas familiares, de consultas a archivos y otras fuentes de información.

La obra pretende dar a conocer la existencia y significación de una familia italiana, con más de 1.000 años de trayectoria reconocida, hoy extensamente esparcida en más de 30 países, siendo Argentina –después de Italia- el lugar de radicación mayoritaria. Como dato curioso, podemos decir que hay más Speroni en nuestro país que los que se encuentran radicados en otros 28 países.

Luego de adentrarse en la mención de diversos personajes históricos de la familia y en algunas referencias heráldicas, la autora, con amor filial, hace un esbozo genealógico de las diversas ramas que vinieron al país en el siglo XIX, tratando de vincular a la mayor cantidad de familias. Con orgullo, ambos descendemos de la rama de Lonate Ceppino, cerca de Milán, afincados –vaya a saber por qué- en la ciudad de Goya, provincia de Corrientes, en una región que atrajo a muchos italianos del norte, dedicados en su mayoría al comercio y luego a las actividades agropecuarias, mientras sus vástagos iban diplomándose en las universidades.

No se trata de un estudio genealógico profundo, trabajo que debiéramos encarar juntos en una segunda etapa, pero sí merece su reconocimiento por la inmensa cantidad de datos que aporta, base sólida para un estudio profundo.

Finalmente, la obra se sustenta en una rica bibliografía, que habla de la seriedad y rigurosidad que la autora siguió para esta investigación, de la cual me enorgullezco en haber podido colaborar, así como agradezco su generosidad para conmigo y el honor de haberme elegido para acompañarla en esta tarea.

Obras como la que hoy nos entrega María Marta merecen todo nuestro reconocimiento; constituyen un estímulo para el inicio de cualquier búsqueda familiar y son ejemplos de trabajos que debieran multiplicarse, para que cada integrante de una familia pueda conocer algo sólido sobre sus orígenes y el contexto social y económico en que se hallaron inmersos sus antepasados.

Guillermo MacLoughlin Bréard

Buenos Aires, junio de 2021